No puedo quitar la sonrisa de mi rostro unas horas después de dejar el parque, me he divertido demasiado y había disfrutado como nunca mi cumpleaños. Mi hermana menor está terminando de arreglarse mientras yo la espero pacientemente en la sala, las llaves del carro de Bozydar tintinean mientras muevo mis manos con ansiedad.
Finalmente Jossie sale de su habitación y me encuentra en la sala. Se ve bastante mejor comparada con su apariencia hace unas semanas. Su cabello castaño está sujeto en dos trenzas sobre su cabeza, tiene un vestido negro y está usando unas botas altas. Se veía como cuando ingresó a la universidad, tan llena de vida y emocionada.
Alguien le había arrebatado su felicidad y haría todo para verlo pagar.
- ¿Estás lista? - Le pregunto poniéndome de pie.
- Si. - Toma el borde de su vestido y lo aprieta con nerviosismo.- No quiero ver a mis padres.
- Lo sé, tampoco son mis personas favoritas pero mamá ha bombardeado mi celular con mensajes desde la mañana para que vayamos a verlos.
- ¿No les dirás nada verdad?
Me mira con una expresión asustada, y me recuerda tanto a cuando éramos pequeñas e íbamos a la misma escuela. Jossie nunca quería estar en su grupo, sino que se mantenía pegada a mi la mayoría del tiempo, sobre todo en los recesos.
- No, pero necesito que me prometas que irás con un psicólogo.
Su expresión cambia por una de enojo.
- No estoy loca.
- Lo sé, pero ir a terapia es bueno, no puedes dejar tus metas y vida de lado por una situación como la que pasaste, yo no puedo ayudarte directamente, pero si puedo mandarte con un profesional.
- Lo intentaré. - Accede.
Bajamos al estacionamiento y presiono el botón para activar la alarma del auto de Bozydar. Inmediatamente localizo el convertible y Jossie suelta una maldición cuando ve el carro de mi novio ¿o mi novio falso?.
- Dime que te ha regalado su carro.
Lo rodea y analiza todo el exterior, desde la pintura neón hasta el tipo de rines que tiene. No tengo idea de a qué se refiere, pero ella parece absorta mirándolo.
- No, solo me lo ha prestado por hoy.
- Joder ¿puedo manejarlo? - Me da una mirada de cachorro, pero hace tiempo que la he superado.
- No, ni siquiera tienes una licencia de manejo.- Contesto mientras abro la puerta vertical del conductor e ingreso.
- Pero nadie me va a detener al ver que estoy manejando un carro de más de un millón de dólares. Me han dicho que me veo bastante mayor para mi edad.
- Eso dejará de ser un cumplido cuando alcances los veinte años.
Salimos del complejo de apartamentos y empezamos nuestro camino hacia la casa de Melanie y Daniel Ström o simplemente nuestros padres. Durante el viaje noto a mi hermana pensativa y ansiosa, algunas veces se voltea como si quisiera decirme algo, pero después vuelve la cabeza hacia la ventanilla.
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NO LO DIGAS
RomanceDe todas las advertencias dentro del contrato, solo una es la más importante... no lo digas. [Libro 1: Trilogía Reflectores]. Obra protegida por derechos de autor, se prohíbe su copia, adaptación o distribución sin la autorización del autor. Contien...