- ¿Ya tienes hechas las maletas?
La pregunta de Bozydar me confunde. ¿Él sabía que mi vuelo salía en unas horas? No recordaba haberle dicho nada.
- ¿Por qué es irrelevante? Eso es algo privado de las personas.
Él rueda los ojos y saca su celular para enviar un texto rápido.
- Mi madre me ha dicho que regresemos en el jet privado, como una forma de disculpa por la actitud de mi padre. - Me mira. - Por eso pregunto si ya las tienes hechas o no, para avisar al piloto.
- ¿En cuál jet privado? ¿Es esto una broma? - Mis cejas se elevan. - Tu padre ni siquiera fue taaan malo, créeme que he conocido a peores personas.
- No es una broma Lila, pasaremos a mi hotel por mis cosas y después al tuyo. Ella me dijo que haría los arreglos necesarios para salir del país. - Me da una mirada de reojo. - Y mi padre es una horrible persona, no intentes defenderlo
- Tengo que declinar tu invitación, ya que yo he comprado mi boleto de regreso, aunque es un lindo gesto... a pesar de los motivos detrás.
Él solamente suelta una risa baja y dirige su mirada a la ventana. No pasan ni cinco segundos cuando gira violentamente la cabeza con picardía en sus bonitos ojos endrinos.
- Me debes algo Agnes. - Enuncia con una sonrisilla malévola.
Mierda. Esperaba que no recordara lo que había dicho por la mañana, aunque en realidad no me parecía algo asqueroso, si lo hacía, toda esta pequeña venganza por sus insultos se iría por el caño.
Debía hacerlo rogar por mi toque, no premiarlo por algo que era su responsabilidad.
- No sé a qué te refieres. - Me hago la tonta.
- Y una mierda que no lo sabes, dijiste que si iba con mis padres, me darías una mamada.
Miro a mis uñas pintadas de blanco para evitar hacer contacto visual.
- Estoy en mi periodo.
- ¿Qué? - Frunce el ceño. - Eso es una puta mentira y lo sabes, en la mañana te estabas tocando justo frente a mis ojos, y yo no vi nada rojo, en todo caso vi...
Me entra un bochorno al recordar el espectáculo que di en la mañana.
- ¡Bueno ya! No es necesario que seas tan específico.
El chofer acelera en cuanto entramos a la autopista. Me recargo en mi asiento y coloco el cinturón de seguridad.
- Estamos en una autopista Bozydar, no seas irresponsable y ponte el cinturón.
Él suelta una maldición y se recarga en el sillón, más no se pone el cinturón.
- Dije que te pongas el cinturón. - Repito. - Deja de ser ridículo y no arriesgues tu vida por algo que no es de vida o muerte.
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NO LO DIGAS
Roman d'amourDe todas las advertencias dentro del contrato, solo una es la más importante... no lo digas. [Libro 1: Trilogía Reflectores]. Obra protegida por derechos de autor, se prohíbe su copia, adaptación o distribución sin la autorización del autor. Contien...