CAPÍTULO 13.- Toda una experiencia

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- Hace demasiado frío

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- Hace demasiado frío. - Mis dientes castañean al hablar.

Mi cuerpo se sacude levemente debido al frío que se siente en el bosque, me estoy helando a pesar de que me ha dado su chamarra.

-Si. - Su brazo rodea mis hombros y me acerca a su lado. - Recuerdo haber visto en un programa de supervivencia que para mantener el calor te debes quitar la ropa.

Ruedo los ojos ante su proposición.

-Ni en tus mejores sueños Bozydar. - Niego.

Me alegro que no pueda verme el rostro porque una leve sonrisa se ha instalado en mis labios.

- Bueno, luego no digas que no quise ayudarte.

-No me trago tus buenas intenciones.

- ¿Por qué no? - Sus labios forman un puchero. - Pensé que te habían gustado mis besos.

- No lo voy a negar, eres bueno besando, pero tampoco quiero alguna infección. - Le doy una mirada de reojo. - Solo Dios sabe dónde han estado tus labios.

- Por aquí y por allá. - Se encoge de hombros. - Aunque no quieras, me vas a tener que seguir besando. Ya sabes, por todo este rollo de la relación falsa.

Suelto un suspiro simulando estar resignada a mi horrible futuro.

Aunque en realidad de horrible y fatídico no tenía nada...

- Siento que todo esto nos va a explotar en nuestras caras.

- Nah, la gente cree todo lo que ven en las redes sociales. - Me suelta y se estira para sacar su celular. - Tomémonos una foto para subirla en cuanto tenga maldita señal.

Su brazo vuelve a su antigua posición y estira el derecho para acomodar la cámara frente a nuestros rostros. Miro nuestro reflejo. Me veo espantosa. Mi cabello está desordenado y me veo espantosamente pálida. Sin embargo, mis ojos tienen un brillo distinto.

Mis ojos se dirigen para observar a Bozydar. Su cabello está más rebelde que de costumbre. Sus mejillas están sonrojadas por el frío y sus ojos se ven más oscuros de lo normal. El flash de la cámara nos ilumina y volteo para mirar hacia la misma.

Bozydar baja el brazo y le echa un vistazo a la fotografía. Intento asomarme también, pero no me permite verla.

- ¡Hey! - Me quejo. - Quiero ver cómo salí.

Su celular desaparece de nuevo en el bolsillo de su celular y se niega divertido.

- La verás cuando la publique.

- ¡Estaba distraída!. - Explico. - Deja tomarnos otra.

Mi mano izquierda se estira, buscando a través de sus pantalones para tomar el celular. Bozydar se da cuenta y atrapa mi muñeca en un apretón delicado.

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