- ¿Tú me amas también? - Pregunta con la voz quebrada. - ¿Verdad Agnes?
Miro a Bozydar seriamente sin saber que responder a su pregunta, a la evidente aprehensión en sus ojos, aquellos que tanto me encantaron desde el primer momento y solamente me mantuvieron cautiva por todo este tiempo.
Esto no era como se suponía que mi cumpleaños iría, pensé que pasaríamos el día juntos y simplemente comeríamos un poco de pastel al anochecer, no esperaba esta sorpresa de su parte o que él rentara un parque de diversiones por mi. Tampoco esperaba que al verlo mis sentimientos fueran tan intensos y mis dudas tan grandes.
Él me había escrito un maldito álbum completo y yo... yo estaba a punto de romper su corazón.
Niego con la cabeza ante su pregunta.
- Bozydar yo... - Tomo el collar entre mis dedos, necesitaba aferrarme a algo o me desmoronaría frente a él. - No sé qué decir.
Él se mantiene estoico frente a mí, sus escleróticas están rojas y no tengo idea de si ha consumido drogas o es porque está al límite de sus emociones como yo.
- Solamente tienes que decirme que me amas.
Por supuesto que lo amaba, pero simplemente no funcionaríamos, no después de lo que mi hermana me había contado, no con mi madre sobre mi nuca diciéndome que les debía todo por el apoyo que me habían brindado, no cuando ambos teníamos problemas serios de salud.
Quería rodearlo con mis brazos y explicarle por qué no podíamos estar juntos, quería que me confirmara si mi hermana estaba diciendo la verdad, quería tantas cosas y simplemente todo se sentía tan lejos de mi alcance.
- No lo hago. - Niego con un nudo en la garganta. - Lo siento mucho.
Finalmente lo había dicho, las palabras salieron de mi boca como veneno, mi tono era frío y sin emociones.
El inhala de golpe y se echa para atrás como si lo hubiera golpeado, y supongo que lo había hecho, pero no físicamente. Bozydar tiene las cejas fruncidas y parpadea repetidamente.
- ¿No me amas? - Pregunta en voz alta para sí mismo. - Mierda, no me amas. - Afirma.Limpio las lágrimas que bajan por mi rostro y lo miro sin saber cómo ayudarlo. Mi corazón duele al verlo en ese estado, tan confundido y dolido, como si no entendiera qué estaba pasando. Le había dado esperanzas que al final no pude cumplir, y eso siempre sería algo con lo que cargaría en mi consciencia para siempre.
El murmullo de la gente hablando por detrás de la cortina me pone alerta, cualquier persona podría entrar de un momento a otro y vernos o escucharnos, esto podría salir a la prensa y entonces nada habría valido la pena.
- Lo siento, yo pensé que... esto era por el contrato, no estoy enamorada de ti o siento algo más que amistad. - Miento. - Me gusta pasar tiempo contigo, pero no como algo romántico.
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NO LO DIGAS
RomanceDe todas las advertencias dentro del contrato, solo una es la más importante... no lo digas. [Libro 1: Trilogía Reflectores]. Obra protegida por derechos de autor, se prohíbe su copia, adaptación o distribución sin la autorización del autor. Contien...