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Me levanté y tome la libreta. Agradeciéndole.

–¿Con nosotros? –preguntó Ángel sorprendido.

–Por supuesto ¿no quieren? –dijo ella.

–No, no es eso. Solo que...como hace un rato nós ignoraste –dijo David y todos lo miramos por su sinceridad.

–¿Hice eso? –ella, realmente parecía confundida.

–Eso pareció cuando llegaste, seguiste de largo en el pasillo principal –dijo esta vez Mark. Pareció entender al fin.

–No es personal chicos, no miro a los lados en los pasillos –se defendió ella y termino de ponerse su mochila –Me iré entonces, tengo hambre.

A penas empezó a encaminarse como si nós hubiésemos puesto de acuerdo le gritamos que nós esperara. Pues ¿quién le negaría algo a Laura? En los pasillos, todos nós miraban. Los patéticos del instituto hablando con la chica más hermosa de este. Algo, sorprendente para ellos y ¿para qué negarlo? También para nosotros. Pero ahí íbamos. Al llegar no fue como las otras veces, no nós empujaron ni nós tumbaron la comida ¿La razón? Simple, Laura estaba con nosotros.

–Puedo preguntar, ¿Por qué no miras a los lados? –dije.

–Pues, al parecer, a todos aquí les gusta mirar ala chica nueva. Algunos de buena manera pero...otros no. Así que prefiero evitarlo –explicó –Iré a buscar mi celular, espérenme –sin más se fue.

Empezamos a hablar en la mesa para esperarla. Estabamos a gusto cuando escuchamos un carraspeó a nuestras espaldas, giramos. Era Vianca y las suyas, la mano derecha de Liam y por lo tanto nuestro segundo tormento.

–¿Está buena la comida? –dijo, nós quedamos en silencio –Supongo que eso les gusta a su marrano cuerpo –se burló –Pero ¿cómo se verá sobre ustedes? –tomo una bandeja e iba directo al uniforme de David, mi amigo, solo espero pacífico lo peor al igual que nosotros. La bandeja estaba cada vez más y más cerca.

De la nada, una mano se puso bajo esta y la estampó en el pecho de la chica que la sostenía. Todo pasó muy rápido, de repente, era Vianca la que llevaba la ropa sucia.

Todos en la cafetería se pusieron de pie, pues nadie se lo esperaba. Y yo, estaba presa del miedo al ver que había sido Laura.

–Creo que se ve mejor sobre tí –dijo Laura sin inmutarse, tomó unas papitas de la bandeja de Mark y las paso por el ketchup de la camisa de Vianca comiendoselas mientras la miraba desafiante.

–¡¿Quién demonios te crees?! –dijo Vianca reaccionado al fin.

–No, ¡¿quién te crees tú?! A demás tomaste mi bandeja –cierto, había tomado el almuerzo de Laura.

–¡No sabes con quién te estas metiendo! –amenazó Vianca.

–¡Tú tampoco! –contra atacó Laura.

Se miraron sin pestañear, Vianca con verdadero odio, sin embargo, Laura estaba completamente tranquila.

–¡Voy a matarte! –dijo Vianca desquiciada queriendo atacar a Laura. Pero, su ataque no llegó a la víctima, pues alguien la tomo alejandola de Laura. Nós sorprendimos aún más al ver que era Liam.

–¡Suficiente Vianca! Ve a cambiarte antes que suene el timbre –esta miró a Laura quien seguía tranquila.

–Me las pagarás nueva –dijo cabreada antes de irse con todas sus amigas detrás.

–Cuando quieras –dijo Laura. Liam se quedó en medio mirándola y después desaparecio. Laura tomó asiento como si nada y nosotros seguimos estáticos. Bebió de su refresco y a los segundos una bandeja de comida nueva fue puesta en frente de ella. Todos levantamos la vista y era Liam quién se la había llevado.

–Come –dijo y ella le sonrió radiante.

–Gracias Liam –le guiñó el ojo haciéndolo sonreír y este se fue.

–A comer todos –grito él a la cafetería y todos obedecieron.

Me sentí idiota por no reaccionar antes. Pero, estaba realmente sorprendido. Nadie se atrevía si quiera a tocarle un pelo a Vianca, pues a demás de una loca era...

–Gracias Laura –agradeció David y ella sonrió.

–No debiste hacerlo. Es la hija del director –dijo Mark.

–¿Dices que debí tenerle miedo por eso? Me trae sin cuidado quién sea su padre.

Ahí descubrí algo, que Laura venía a traer muchos cambios a este lugar.

NO ERES LO QUE CREÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora