La lleve a mi habitación y al entrar cerré la puerta detrás de nosotros.
–Espera un momento –le dije yendo a buscar la cajita en el mueble al lado de mi cama. Al encontrarla volví mi vista a ella –Ven –le extendí la mano y ella la tomó –Debes cerrar los ojos.
Frunció los labios.
–No me gustan estas cosas –dijo con sospecha pero los cerró.
Abrí la cajita y saque el collar dorado con una pequeña estrella que le había comprado. Se la puse en la mano que sostenía y le dije que los abriera. Sus ojos enseguida fueron a ello, miro el collar sonriendo y después a mi sorprendida.
–No tenías que hacerlo, pero está realmente hermoso...muchas gracias Lucca –dijo tomándolo observando con detalle, sus ojos brillaron con sinceridad y su sonrisa creció.
Y yo solo con eso me sentí feliz.
–He notado que te gusta mucho mirar al cielo, así que en cuanto lo vi pensé en tí ¿Te lo pongo?
Asintió sonriendo y me lo dió girándose. Apartó su rubia cabellera, se lo puse y giró de vuelta a mi.
–¿Qué tal? ¿Como se me ve? –dijo haciendo poses modelando.
–Dudo que algo se te pueda ver mal lindura. Te queda bien.
Se acercó y me atrajo a un tierno abrazo, de esos que te derriten el corazón.
–Gracias... –agradeció de vuelta con tono más serio.
–De nada.
Duramos un rato así, uno aferrado al otro disfrutando el simple tacto. Al apartarnos miró alrededor.
–Es muy extraño que no hayan vendio a ver qué hacemos –dijo refiriéndose a nuestras madres.
–Cierto –dije extrañado también –¿Estarán bebiendo?
Ambos nós vimos y asentimos pensando lo mismo, abrimos la puerta y nós asomamos desde las escaleras a escuchar que hacían pero no hubo ruido, así que terminamos bajando y fuimos a la cocina donde estaban.
–Chicos, estábamos pensando en salir al club de un amigo que acaba de abrir –dijo mi papá.
–¿Un club? ¿En la noche? No creo que podamos entrar nosotros ¿verdad? –dije señalando a Laura y a mí.
–Exacto, solo será por unas horas. Tenemos mucho tiempo sin salir los cuatro –dijo la mamá de Laura.
¿Pensaban dejarnos solos? ¡¿ESTABAN LOCOS?!
Sí, lo estaban, porque efectivamente planeaban ir.
–Es mejor a que cada uno se quede solo en su casa –dijo mi papá cuando ya estaban listos.
–Estaré al pendiente del celular, cualquier cosa llámame hija –decía la mamá de Laura mientras salían.
Nós dijeron un montón de veces "Cuídense y cierren todas las puertas" "Llámenos si sucede algo" después se despidieron y salieron dejándonos completamente solos. Mis padres casi nunca salían de fiesta, así que no había forma de yo les estropeara la salida, se veían emocionados por salir como hace años lo hacían.
Así que, obedecimos y cerramos las puertas, después fuimos a la cocina, calentamos una comida que había dejado mi mamá y luego fuimos a ver TV mientras cenábamos. Al terminar lavamos los platos y nós fuimos al garaje a escuchar música. No puedo mentir, la estaba pasando bien. Laura me contaba todo sobre su viaje y hablábamos de todo un poco.
–¿Crees que ya estén borrachos? –preguntó.
–Es muy probable –dije riendo.
Un rato después, mientras ella me hablaba yo solo podía ver sus labios, como si de repente sintiera una gran necesidad de ellos.
–¡Si tanto quieres besarme solo hazlo! –dijo exasperada probablemente notando que no le estaba prestando atención.
Y lo hice, la tomé de la nuca acercándola y la besé. Su boca se abrió para mi dejando a mi lengua explorar con libertad. Esta vez, fuí yo quien la tomo montandola sobre mí.
Demonios, sabía que quedarnos solos era una mala idea...o no.
Mis manos en su cintura la pegaban más hasta que baje y masajie su trasero, los jadeos no se hicieron esperar. Estábamos muy..."acelerados" pero antes de ir más allá, yo necesitaba decirle algo.
–Laura espera... –me miró, su pecho subía y bajaba –Yo...yo –no me salían las estúpidas palabras.
–¿Tú que? –cuestionó curiosa.
–Yo... –lo dije rápidamente mirándola a los ojos –Soy virgen.
Se tomó un segundo.
–Oh...Lo siento –dijo y se alejó intentando bajarse de mi. Al parecer entendiendo el mensaje contrario. La tomé de la cintura manteniéndola en su lugar y admití nerviosamente; –No, no lo dije para que te detuvieras.
Ella sonrió pero también dijo:
–Yo no lo soy cariño, así que debo preguntar, ¿Estas seguro?
–Si –dije suspirando intentando calmar un poco mis nervios.
Me besó lento y pausado, pero la intensidad aumentó nuevamente, justo como empezamos. Me quitó la sudadera y fue a mi cuello, mis manos seguían en su cintura así que solo las subí quitando su camisa de una vez y sus grandes senos cubiertos por un brasier azul pastel saltaron a mi vista, completamente atraído a ellos, me incline y deje un beso en estos, vi su piel erizarse. Mis manos fueron a su espalda al broche de su sujetador pero no se lo pude quitar, ella sonrió y llevando sus manos atrás lo quitó, JODER, sus senos eran hermosos, grandes, blancos, firmes y con un pezón pequeño rosado, ahí perdí la poca cordura que me quedaba. Fui hasta ellos y los toqué con la punta de mi lengua, Laura jadeo e inclinó su cabeza, lleve mi mano al seno que no tenía la atención de mi boca, lo masajie mientras mi lengua atendía a su vecino. Ella se empezó a mover provocando lo peor en mi, puse las manos en su espalda y la acosté en el enorme sofá. No recuerdo con exactitud cómo, pero de repente nuestra ropa ya estaba en el piso. Nuestras intimidades tenían roces demasiado sugerentes, extendí mi mano hacia la mesita cercana y saqué una caja de condones. Mi papá los había puesto ahí e insistido en que "Nunca se sabe cuando los necesitaras" ahora, le agradecía. Ella lo tomó y me lo puso sin ningún ápice de vergüenza. No sabía cómo o por dónde o ¡NADA! ¡NO SABIA NADA! temblaba de nervios mientras miraba su maravilloso cuerpo desnudo ante mi. Ella se acercó y pego su frente ala mía.
–Tranquilo... –susurró –Yo te guiaré.
Tomó mi miembro y sentí una fuerte estremecida, y literalmente lo guió hacia el lugar correcto. "Ahora entra lentamente, cariño" murmuró en mi oído. Estaba sobre ella, jadeante, exitado y nervioso. Así que la obedecí, ambos soltamos un gemido al sentir nuestros cuerpos unirse. Se sentía, estrecho pero extremadamente bien. Primero todo fue poco a poco, adaptandonos. Hasta que el frenesí llegó y gimió "Por favor acelera"
Y sí, él ritmo aceleró, las estocadas se hicieron más fuertes, los gemidos llenaron el espacio. Estaba fuera de mi, solo reaccioné cuando ambos llegamos al clímax.
–Te quiero Laura... –susurré tumbado a su lado.
Esa fue...la mejor noche que pasé en mi patética existencia.
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NO ERES LO QUE CREÍ
Roman pour AdolescentsLucca; un chico acostumbrado a ser humillado por su cuerpo un tanto rellenito, apariencia "poco agraciada" y personalidad diferente al resto, siendo él y sus amigos considerados como los "raritos". De repente, ingreso una nueva estudiante, posibleme...