Al salir saludamos a sus padres y fuimos a la cocina, le prepare un sándwich de jamón y nós quedamos ahí, hablando por horas hasta ella se marchó.
El Lunes en el instituto cuando los chicos y yo llegamos, fuimos a los casilleros a cambiar unos libros antes de entrar a clases, Mark y yo estábamos haciendo eso cuando nós estamparon de repente a estos, el golpe fue lo suficientemente preciso como para romper mi labio, me volteé. Estaba Adrian, diría que el segundo al mando del desagradable grupo de Liam con ellos detrás.
–Perdón gordo ¿Te he hecho daño? –dijo sarcásticamente. Antes esto pasaba todos los días.
–Ey gilipollas –se escuchó en el pasillo, volteamos y venía mi chica jugando con sus auriculares –Déjenlos en paz.
–Viene la heroína a defender a los idiotas –dijo Adrian y Laura llego a nuestro lado, ahí notó mi labio y miró con odio a los demás.
–Sí y la heroína no podrá besar a su chico hoy por tu culpa –dijo dando un fuerte pisotón con su bota al pie de Adrian, él enseguida se quejó y se apoyó en el otro –¡Fuera! –rugió ella.
Murmuraron, pero se fueron. Podían ser unos patanes pero jamás se metían con las chicas y menos con Laura.
Ella se volteó y miro con cuidado mi labio, era un pequeño corte, pero aun así sangre un poco.
–Estoy bien –dije limpiándome con un pañuelo que me dio David –No deberías hacerles caso y mucho menos meterte en problemas.
–¿Y dejar que les hagan lo que quieran? No, a demás, los problemas me buscan a mí –se defendió –¿Tú cómo estás? –le preguntó a Mark.
–Bien –aseguro, pues el corrió con más suerte y no se rompió nada –Gracias Laura, siempre terminas en situaciones así por nuestra culpa –dijo apenado.
–Y seguirán si sigues cerca de nosotros –dijo Ángel.
Ella se encogió de hombros.
–Me seguirán siempre entonces, ustedes son los mejores.
¡Dios mio! ¡¿Acaso puede ser más hermosa?! Estoy seguro que ahí termino de ganarse el corazón de mis amigos.
Así pasaron un par de meses, ya estábamos en el tercer y último periodo del instituto y después vendrían las amadas vacaciones de verano, la inscribí en el grupo de ajedrez y quedaron en hacerle la prueba antes de que termine el año. Adrián seguía molestandonós, Liam ya no lo hacía e incluso llego a pasar el rato con nosotros más de una vez pero aquellos junto a Vianca seguían. Nós reuníamos casi todos los fines de semana, salíamos algunos viernes y todos parecíamos realmente felices. Nunca antes habíamos tenido tanta vida social, siempre eramos los chicos y yo aquí encerrados, pero ahora junto a ella y las chicas, todo había cambiado y definitivamente para mejor. Nuestros padres sospechaban pero no decían nada, al parecer la idea de Laura y yo les agradaba.
Ahora, estaba tumbado en el sofá viendo películas con ella, los demás vendrían después e iríamos a cenar afuera.
–¿Vendrá Liam? –pregunté acariciando su cabello.
–Si, me dijo que terminaría unas cosas y después vendría –dijo y se incorporó robándome un beso en el camino, sonreí –Tengo algo para tí.
–¿De verdad? –pregunté ya emocionado. Ella asintió y fue hasta la mochila que había traído.
–Cierra los ojos –me dijo señalandome con el dedo y obedecí enseguida, confiaba en ella –Ábrelos.
Los abrí y ella sostenía una sudadera azul marino con una luna llena en medio. Era realmente hermosa, el color, el diseño; todo, me dejo sin habla un momento.
–Sé que te gusta mucho el color azul y también ver el cielo conmigo así que, pensé que tal vez te gustaría.
Me levanté y fuí hasta ella, tome su rostro entre mis manos y besé con extrema suavidad sus labios haciéndole saber de forma indirecta mi gratitud, al apartarme tome la sudadera.
–Pensaste bien, joder está increíble. Muchísimas gracias hermosa –besé sus mejillas haciéndola reír –Me la voy a poner –dije y me quite la que llevaba puesta poniéndome esa en su lugar, me quedó a la perfección y volteé mirándola a ella quién se había sentado de vuelta en el sofá.
–Te queda bien, tengo buen gusto –dijo sonriendo.
–Si, está bella y la tela es muy suave –dije acariciando el material.
–No hablaba de la sudadera cariño –levanté la vista a ella –Hablaba de tí.
Como le encantaba hacerme esto. Volteé la vista completamente seguro de que me había colorado, ella se echó a reír. Sí, ya llevábamos tiempo juntos, pero ella seguía provocando los mismos efectos en mí como al principio.
Esta noche en particular, la pasé realmente genial. Primero fuimos a una pizzería, comimos y nos quedamos un rato ahí solo hablando. Al aburrirnos por alguna extraña razón decidimos que era buen momento para ir al cine, estuvo bien, sin contar las veces que nós mandaron a callar porque no parábamos de reír y bromear en toda la película. Ahora, nós encontrábamos en una heladería porque mi preciosa rubia había delegado qué "Faltaba el postre" y cómo ya lo he dicho antes ¿Quién le negaría algo a Laura? Y las chicas, siendo fanáticas del dulce también, por supuesto la apoyaron.
–Ya son las 9, deberíamos irnos o mañana no querremos ir al instituto –dijo Jessica al salir de la heladeria.
–Si, ¿no habría sido mejor hacer esto mañana Viernes? –preguntó Ángel sarcástico.
–Mañana viernes te recuerdo que estaremos ocupadas –dijo Emma haciendo mención a ellas y recalcando porque habíamos quedado hoy jueves.
–Y sabemos que sin chicas solo nos hubieramos metido en el garaje a jugar videojuegos –dijo Mark haciéndonos reír, sí, tenía razón.
–Él lo dice porque le gusta Rebecca y le gusta salir con ella –lo delató David y el sonrojo en la mencionada más la mirada que se dieron, nós hizo saber que ahí ya estaba pasando algo. Así que todos empezamos a molestarlos en todo el camino y antes de las diez, ya cada uno estaba en su casa.
Repito, la pasé increíble.
Al día siguiente, después de terminar las primeras clases fuimos a la cafetería y nós sentamos juntos a almorzar.
–Y ¿qué es lo que harán hoy? –le preguntó por milésima vez David a las chicas.
–No te diremos, resígnate de una vez –le dijo Jessica.
–Hermosa, tú si no tienes secretos con nosotros –le insistió ahora a Laura.
–Lo siento David, no sé nada. Por algo no te quieren decir –dijo ella encogiéndose de hombros.
–¿Tú qué harás hoy? –le preguntó Ángel a ella.
–Saldré con mis padres, lo siento chicos. Les tocará pasar la tarde sin nosotras –contestó Laura.
Mi amigo insistió sin éxito. La última hora fue deporte y todos acabamos exhaustos tumbados en la cancha, estaba con los chicos cuando a los lejos en las gradas vi a Laura junto a Liam. Tome mi mochila y fuí hasta ellos, me acerqué pero no me notaron. Estaba a punto de hablar cuando escuché que Liam dijo algo que me hizo temblar.
–Veo que el gordo confió en tí, no te costó nada cumplir la apuesta.
¿Que?...
–¿Que te puedo decir? Soy irresistible... –contesto Laura sonriendo con orgullo.
¡¿QUÉ?!...
ESTÁS LEYENDO
NO ERES LO QUE CREÍ
Teen FictionLucca; un chico acostumbrado a ser humillado por su cuerpo un tanto rellenito, apariencia "poco agraciada" y personalidad diferente al resto, siendo él y sus amigos considerados como los "raritos". De repente, ingreso una nueva estudiante, posibleme...