Sentí sus manos en mi pecho acariciando con delicadeza mientras besaba mis labios aún, esta era una sensación nueva pero jodidamente genial. Se apartó y me miró sonriendo tiernamente, nada que ver con lo que me estaba haciendo sentir en este momento. Quería tocarla, pero me daba pánico arruinarlo. Esta vez, fuí yo el que inició otro profundo beso, luego baje a su cuello besando e inhalando su delicioso olor, mientras me encargaba de eso ella sacó sus manos de mi y tomo las mías llevándolas a su trasero, me aparté y la miré. Me estaba dando absoluta libertad. Lo masajie apretándolo poco después, me sonrió. Sí, esto era lo que ella quería y yo también.
La cosa empezó a salirse de control, nuestras lenguas tenían una intensa pelea, mis manos tocaban con fuerza su cuerpo, las lleve a su cintura y la apegue más a mí. Mordió mis labios y su cuerpo encajó con el mio en el lugar preciso y justo cuando había perdido todo tipo de cordura ante esta chica ¡BUM! Su celular empezó a sonar.
Gruñimos separando nuestros labios, lo tomó del sofá y vió el remitente "Mamá".
–¿Si, mamá? Estoy con Lucca ¿Por qué? –ninguno despegó su mirada del otro –Esta bien, iré en un momento –colgó y me miró suspirando.
–Esta bien, te acompañaré –le dije entendiendo.
Volvió a besar mis labios y al apartarnos pegó su frente de la mía.
–Continuemos después –susurró y se levantó de mí tomando sus cosas. Joder, había perdido la noción del tiempo por completo.
Me levanté segundos después y le abrí la puerta sacándonos de ahí.
–Laura ¿eres celosa? –pregunté mientras caminábamos y tomé su mano.
–No en realidad.
–Bueno, tampoco es que hay alguien por quién debas estarlo –yo recalcando que nadie más ha estado en mi vida. Se rió
–Si la hay, pero eres tan ciego que nunca lo has notado –dijo tranquila
Me detuve y ella me miró.
–¿De qué hablas? ¿Tengo una? –
–¿Admiradora? Sí, y para ser sincera creo que siempre la has tenido.
¿Ah?
–¿De quién estás hablando? –pregunté, completamente sorprendido y curioso.
–No te diré quién es, no me incumbe. Si lo quieres saber tendrás que prestar más atención a tu alrededor y descubrirlo por tí mismo.
Asentí y volvimos a encaminarnos.
–¿Y cómo es que tu lo sabes?
–Cariño, eso fue bastante obvio –contestó riendo.
No dije más y seguimos en silencio. Al llegar a su casa y antes de que entrara dije;
–Laura, no me importa quién esté o no interesada en mí. Yo solo tengo ojos para mi rubia –dije y le dejé un beso en los labios.
–Eso dices ahora, veremos cuando notes lo encantadora que es –se despidió yendo a la entrada.
–Ninguna como tú, no te cambiaría por nadie –le grité.
Se volteó riendo.
–Nos vemos mañana –me gritó y entro a su casa.
Suspire, metí las manos en mis bolsillos y me devolví a casa. No estaba lejos. No dejaba de pensar en lo que había dicho ¿Una admiradora? Eso no tiene sentido, aunque tiene razón en la parte de que soy un despistado, nunca me doy cuenta de las cosas. Al llegar me fuí al garaje a hacer una tarea pendiente y después me fui a la cama. Lo cierto es que lo de la "Admiradora misteriosa" no me importaba en absoluto, solo me sorprendió. Cerré los ojos y la sensación de Laura encima de mi besándome con fuerza me invadió, solo el simple recuerdo me hizo sentir aquel cosquilleo. Lo cierto es, que yo también tenía razón en algo.
"Yo solo tengo ojos para mi rubia"
Una rubia que me hacía perder la cordura y me enloquecía. Al otro día temprano, después de haberme alistado y desayunado salí de casa al instituto.
–¡Lucca! –mis amigos estaban en la salida de la residencia –Buenos días –me dijo Mark.
–Buenos días ¿Llevan rato esperando? –pregunté, a veces nos íbamos juntos desde aquí o nós veíamos directamente en el instituto.
–No mucho, solo falta Emma y nós vamos –dijo Ángel mirando el reloj. ¡Cierto! A veces olvidaba que Emma vivía aquí.
Esperamos como cinco minutos y esta apareció en nuestra vista.
–¡Hola chicos! Buenos días –dijo sonriente acomodando sus lentes.
La saludamos todos y empezamos a caminar. Los chicos iban hablando como locos adelante, así que me quede atrás con ella.
–¿Hablaste con Laura? ¿No se había molestado? –me preguntó.
–No, tal parece que esa hermosura no es celosa –dije sonriendo.
–¿Tú si?
–No sabía que lo era hasta que empecé a salir con ella –expliqué.
Después nós pusimos a hablar de algunas actividades del instituto y los chicos se integraron. Al llegar, Emma fue a buscar a las chicas y nosotros íbamos al salón cuando de repente alguien nós empujo bruscamente a cada uno haciendo que cayéramos de bruses al suelo. Me dí un fuerte golpe en el codo, me volteé y ahí estaba el desagradable grupo de Liam, pero de él ni rastro. Se rieron junto con otros estudiantes y siguieron caminando como si nada.
–Lo sentimos chicos, fue un accidente –nós gritaron a lo lejos.
Si, la mierda empezaba otra vez. Nos levantamos.
–Esos idiotas, casi me golpeo la cabeza –dijo David. Nós quejamos, los insultamos y después fuimos al salón de clases.
Un segundo después que el profesor entro, la puerta se abrió revelando a Laura y Liam.
–Lo siento profesor ¿podemos entrar? –dijo Laura, les dio permiso pues no habían llegado tarde en realidad.
Los miré, parecían agitados. Como si hubiesen corrido ¿Estaban juntos? Y ¿De dónde demonios venían? ¡¿Y por qué rayos estaban tan agitados?! Fruncí el ceño. Al acabar las dos primeras clases, llego la hora del almuerzo.
–¿Por qué llegaste tarde? –le pregunté a Laura delante de su asiento.
–Hola Laura ¿cómo estás? Bien ¿y tú? –dijo lo que se supone debía decir yo por educación.
–Perdona, saltémonos esa parte ya que la contestaste. ¿Por qué llegaste tarde y con Liam? –pregunté nuevamente.
–¿No se te ocurre que tal vez solo me lo encontré? ¿Otra vez con lo de las explicaciones? –dijo recogiendo sus cosas. Fruncí el labio y la miré fijamente, se levantó colocándose su mochila.
–¿Y a tí no se te ocurre que tal vez es obvio que quiera saber por qué llegaste tarde por primera vez? –dije.
–No llegué tarde, la clase ni siquiera había iniciado –aclaró –Pero esta bien, si tanto quieres saber te lo cuentaré después ¿Feliz? –me dio un beso fugaz y empezó a salir del salón –Los veo en la cafetería –grito desde la puerta y salió.
Suspire ¿Que voy a hacer contigo Laura?.
ESTÁS LEYENDO
NO ERES LO QUE CREÍ
Ficção AdolescenteLucca; un chico acostumbrado a ser humillado por su cuerpo un tanto rellenito, apariencia "poco agraciada" y personalidad diferente al resto, siendo él y sus amigos considerados como los "raritos". De repente, ingreso una nueva estudiante, posibleme...