Toda la mierda que sentí ayer volvió, mi corazón estaba desbocado y mi cuerpo temblaba completamente. No quería voltear, no quería verla. Pero como lo dije antes, necesitaba cortar este lazo cuanto antes y para eso necesitaba jodidamente voltear. Así que reuní una valentía que no tenía y lo hice.
–Te llame ayer un par de veces, tus papás acaban de salir, iban al supermercado ¿Por qué me miras así? Lucca, ¿qué tienes? Estás pálido y tienes ojeras. ¿Te sientes mal? –preguntó acercándose pero en reflejo retrocedí.
–No te me acerques –dije rápidamente. Se sorprendió pero dio un paso atrás.
–¿Qué pasa? –preguntó.
Y con todo el dolor del mundo y ojos cristalizados dije;
–Vete Laura.
–¿Qué? –preguntó arrugando sus cejas. Trague grueso pero continúe.
–Por favor...vete, esto se terminó.
El shock en su rostro fue digno del mio ayer.
–¿De qué demonios estás hablando?
–Tu deberías saberlo mejor que nadie –dije calmado.
–Explícate –exigió cruzando los brazos. ¿Era necesario? ¿No entendía o se hacía la tonta?
–¿Yo? No soy yo quién debe una explicación –mi tono se alzó.
–Bueno, no soy yo quién lo esta terminando sin razón –me igualó.
–¿Sin razón? ¿Por qué terminaría yo contigo Laura? Busca en tu mente brillante, seguro ahí tendrás la respuesta.
–Pues mi mente brillante no entiende nada y no sabe de qué estás hablando –Jesús, ¿De verdad seguirá fingiendo? Quise gritarselo en la cara, decirle que la había descubierto, pero eso solo me dolería más a mi.
–Deja el teatro, ya sé que todo fue un estúpido juego y te lo repito. Terminamos.
–¿Cuál teatro? ¿Y qué juego? –ambos gritábamos.
–Vete Laura –dije huyendo a mi habitación y cerré la puerta. Ella llegó y empezó a tocar.
–Lucca no seas infantil, abre y hablemos.
–¿Que no me oíste? ¡Terminamos! –joder, mientras más lo decía mas dolía.
–¡¿Por qué?! –gritó.
–Porque... –me detuve, de verdad no tenía el valor de decirlo en voz alta –Porque no eres lo que creí...
–Para ya esta idiotez y abre la puerta.
–¿Tanto te sorprende que sea yo quién lo termine? ¿El gordo patético te esta dejando a tí? –grite llorando.
–No me iré de aquí hasta que abras.
–¡Vete Laura! No quiero verte más, se acabó, por favor solo...vete –rogué. Oí su suspiro al otro lado, los golpes cesaron.
–¿Esa es tu última palabra?
Me estaba dando un ultimátum, pero estaba decidido.
–Si.
–¡Bien! –dijo y oí sus pasos, se había marchado.
Así que...¿Así es cómo se siente? ¿Así es como se siente que te rompan el corazón? Si es así, admiro a las personas que lo han sufrido y salido de ello, yo no me creo capaz. A penas oí la puerta un fuerte nudo en mi garganta se hizo presente. Me costó, me costó como no imaginan terminarlo así. Y en vez de sentir alivio o algo parecido, solo me sentía peor. Con cada segundo que pasaba todo dentro de mi empeoraba, de verdad la quería, muchísimo diría yo. Tanto que tuve que huir a mi habitación para evitar su presencia y mirada, porque bien sabía que si la tenía de frente, mirándome con esos cielos le habría creído cualquier cosa que me soltara. De todas las reacciones pensé que entendería de una vez y me soltaría cualquier excusa, pero ella solo seguía sin asimilar lo que decía. Simplemente no me seguía. Me acosté y lloré hasta que me quedé dormido.
De repente, veía a Liam junto a Laura, se besaban y reían sin parar. Llegué hasta ellos y pregunté con temor;
–Laura, ¿qué significa esto?
Ella se empezó a reír burlona.
–¿Qué? ¿De verdad creíste que fue real? Mírate ¿Crees que yo estaría con alguien como tú? Eres gordo, tonto, patético e ingenuo. Superalo de una vez niño –se acercó a mi –¿Por qué otra cosa me había acercado a tí? Piénsalo, no seas tan estúpido.
Me desperté sobresaltado con el corazón a millón. Sentí algo en la mejilla y la toque, lágrimas. Todo había sido un sueño, o más bien una pesadilla. Y era precisamente por esto que no se lo grité en la cara, porque temía con todo mi ser que me dijera ésas palabras. Aun quedaba un mes de clases, quiera o no, debía verla en el instituto pero haría todo lo posible por no toparme con ella.
Y así lo hice, en toda la semana evite el más mínimo contacto con ella. Y ella tampoco hizo ningún ademán por acercarse, los chicos notaron todo y aunque no intervinieron, el sábado en el garaje me tenian tan acorralado con preguntas que se los solté exasperado.
–No me lo puedo creer –dijo Ángel.
–¿Estás seguro? –preguntó David con cautela.
–¡Los escuchó! ¿Que más seguridad necesitas? –le soltó Mark.
–No lo sé chicos, no creó que Laura sea capaz de eso –dudó David.
–Dices eso porque te gusta –le dijo Mark.
–¡Como a todos en el instituto! Pero ella demostró que fue nuestra amiga. Chicos, Laura es muy cínica para ser doble cara, debe haber una explicación. Hablaré con ella.
–No David, no te metas en medio. Yo ya tome mi decisión, respétala –hablé yo.
–Y nosotros te apoyamos –dijeron Mark y Ángel.
–Está bien amigo, perdón. Eso te corresponde a tí –se acercó y me dio un abrazo, lo acepte y después se unieron los demás. Estábamos así cuando Mark dice;
–Oh no, tenemos una infiltrada –se apartaron y me tensé de solo pensar en quién podría ser, pero al voltear me encontré con Emma en la puerta, nós había escuchado.
–Tu mamá me dijo que podía entrar, siento haberlos escuchado –se disculpó rápidamente.
–Esta bien, pero que esto quede aquí muchachos. Nadie más debe enterarse –les dije a todos y asintieron. El asunto me daba vergüenza, así que no había necesidad de hablarlo más.
Ellos empezaron a "entretenerme" e hicieron un montón de estupideces que no puedo negar, algunas me hicieron sonreír. Los chicos dijeron que las penas deben ahogarse con buena comida, así que salieron a comprar unas cosas y quedamos Emma y yo. Ella estaba en silencio, parecía extraña.
–¿Qué es? –pregunté sabiendo que algo tenía.
–Perdón es que, aun no me creo lo que pasó. Sé que nós hicimos amigos gracias a ella pero, le patearía su lindo trasero por tí. Nadie debería jugar así con otra persona, menos contigo –dijo con ojos cristalizados y mejillas rosadas.
Me reí, pero acepte el consuelo que me daba.
–Gracias Emma –dije sinceramente.
******
El Lunes en el descanso mientras buscaba algo en mi casillero antes de alcanzarlos en la caféteria, se acercó Laura.
–Lucca –dijo a mi lado. No hice nada, ni la miré y tampoco hablé –Por favor, ¿cuánto más seguirás con esto? Hablemos si, lo que sea que pase háblalo conmigo.
–Ya dije lo que tenía que decir, que tengas buen día –di media vuelta y me marché.
Joder ¿es que cada vez se sentiría peor? Ya había pasado un poco más de una semana y nada mejoraba. Los chicos dejaron de hablarle, solo la saludaban. Yo seguía firme en mi decisión, pero era muy difícil. El viernes después de educacion física mientras estábamos tumbados en la cancha ella llegó a nosotros.
–Chicos –los saludo asintiendo y ellos la imitaron –Lucca, ¿podemos hablar?
–No –me levanté tomando mi mochila queriendo irme, pero ella me tomo del brazo. Su toque me altero.
–Venga ya, solo dame un minuto por favor. Hablemos.
Suspire, estaba a punto de contestar cuando alguien intervino.
–Ya te dijo que no, déjalo en paz Laura –dijo Emma metiéndose en medio y soltando su agarre de mi.
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NO ERES LO QUE CREÍ
Fiksi RemajaLucca; un chico acostumbrado a ser humillado por su cuerpo un tanto rellenito, apariencia "poco agraciada" y personalidad diferente al resto, siendo él y sus amigos considerados como los "raritos". De repente, ingreso una nueva estudiante, posibleme...