NO ERES LO QUE CREÍ

26

Y sí, la vi en la cafetería. Se sentó a almorzar con nosotros pero en ningún momento me dijo algo respecto a lo del retraso. A lo mejor, no quería decírmelo frente a los chicos. La miré, estaba entretenida hablando con ellos, no pude evitar pensar en lo misteriosa que se comportaba a veces, como si ocultara algo. Suspire pesadamente intentando alejar esos pensamientos de mi cabeza.

–Tranquilo, te lo contaré a la salida –me susurró de repente, como si hubiese escuchado mis pensamientos.

–Estoy tranquilo.

Sus dedos fueron a mi entrecejo, el cuál se había fruncido mientras pensaba. Diciéndome de forma obvia "No, no lo estás" lo relaje.

–Por cierto, hoy no les daré clase.

–¿Qué? ¿Por qué?.

–Cosas –no me quiso decir.

–Bien, así descanso otro día de tus regaños en inglés –dije y me dio un golpe suave en el brazo riendo.

–¡Oye! Son por tu bien, a demás no te regaño tanto –cruzó los brazos.

–Aja si –dije de forma sarcástica. Sí nos regañaba y mucho.

El timbre sonó dando por terminado nuestro descanso y fuimos a clases otra vez. Ya terminaríamos el primer periodo y tendríamos un corto descanso de dos semanas. Eso, a todos nós emocionaba, le dije a los chicos que se fueran primero ya que quedé en esperar a Laura en la salida porque había ido a regresar los libros que nos dio a la biblioteca.

–Listo, vámonos –dijo llegando a mi lado tomando mi mano y empezamos a caminar. Fuimos un rato en silencio hasta que de repente me dijo;

–Nos devolvimos por el libro, venía entrando al instituto junto a papá cuando vi a Liam, le pregunté si había traído el libro de inglés y me dijo que lo olvidó. Yo había quedado en entregarlos hoy, así que papá nos llevo rápidamente y después nos trajo de vuelta, todos habían entrado ya a clases y corrimos por los pasillos. Eso fue lo que pasó.

Así que por eso habían entrado tan agitados. Me reí y tome su rostro dejando besos por todos lados, esa fue mi forma silenciosa de disculparme por mi comportamiento anterior.

******

Cuando llegó nuestro tiempo de exámenes, cada quién se concentró en lo suyo. Pero aún así nós veíamos de vez en cuando o hablábamos por teléfono. Hoy era el último día antes de las pequeñas vacaciones, algunos profesores nós darían la nota del primer periodo. Estaba seguro de haber aprobado todo, pero inglés me tenía de los nervios. Laura se había esforzado mucho explicándonos y no quería defraudarla a demás de obviamente querer pasar ileso. La profesora entró y empezó a pasar lista dando la respectivas notas de una vez. Después de esta clase, eramos libres por dos semanas.

Tenía los nervios de punta ¡¿por qué tenía que ser el número 22?! Cada vez estaba más cerca de mi número y el revueltillo en mi estomago incrementaba a medida que avanzaba. Hasta que llegó.

–Lucca Vitali –decía la profesora, mis latidos se detuvieron –8, aprobó la materia. Felicidades.

¡¿8?! Saqué el aire que retenía en mis pulmones, esta era la primera vez que sacaba más de 6 en inglés. Respire aliviado y emocionado. Miré a Laura al otro extremo del salón, estaba igual de emocionada que yo, me dio un pulgar arriba y la profesora continuó. Liam sacó la misma nota. Ambos nós vimos y asentimos. Al terminar, todos gritaron y salieron disparados afuera, yo fuí hacia Laura y la abrace alzándola.

–¡Gracias! –le decía una y otra vez haciéndola reír.

–Suéltala ya gordo, yo también quiero agradecerle –dijo Liam llegando a nuestro lado, rodé los ojos y la baje. El la abrazo amistosamente –Muchas gracias hermosa, te debo una.

–De nada, pero ¿No se habrán copiado aquí también? Sacaron la misma nota –nós dijo Laura riendo.

–Imposible, esta vez fue una coincidencia –digo yo.

–Esta bien.

–Como sea, hoy en la noche habrá una fiesta en mi casa. Están invitados –dijo Liam tomando su mochila.

–¿Están? ¿Yo también? –pregunté extrañado.

–Es que si no te invito Laura no irá –claro, había una razón detrás –Los veo en la noche.

–Debemos celebrar que pasamos todas las materias ¿Salimos o nós tomamos una noche de películas? –decía Mark mientras salíamos del instituto. Yo iba de la mano con Laura y las chicas también iban junto a nosotros.

–Liam me invitó a su fiesta –dije yo y todos se detuvieron mirándome.

–¿Liam? ¿Son amigos ahora? –preguntó Jessica.

–¿Qué? No, no. Solo me invitó por Laura pero yo no estoy muy seguro de ir.

–¿No quieres ir? –preguntó Laura.

–Digamos que me emociona más lo de la noche de películas en el garaje ¿Tú qué quieres hacer? –pregunté para saber qué elegía, si ir con Liam o quedarse conmigo. Todos la mirábamos esperando.

–Liam me invitó con antelación y ya había aceptado –explicó. Gruñí.

–Siempre se puede cancelar ¿no? Ven con nosotros –le animó Rebeca.

–No le haré eso, iré a la fiesta. Pero puedo irme con ustedes ahora y pasar la tarde –dijo, fruncí los labios pero asentí y seguimos caminando.

Quería que se quedara conmigo obviamente. Cada quién fue a cambiarse a su casa y Laura se fue directamente a la mía a esperar a los demás. Al llegar subimos a mi habitación.

–¿Puedo escoger tu ropa? –preguntó yendo a mi clóset.

–Si quieres –acepte y me senté en la orilla de la cama viendola revisar mis prendas –¿De verdad irás a la fiesta? –pregunté nuevamente.

–Eso planeo –dijo y sacó unos jeans claros rasgados –¿Por qué nunca te he visto con estos?

–No lo sé, ¿Sabes que probablemente también vaya Vianca, no?

–Me trae sin cuidado –sacó una camiseta negra –¿Dónde están tus zapatos? –preguntó mirándome.

–Debajo de la cama –señalé y ella echó una mirada –Pues yo no creo que sea buena idea que se vean.

Camino a mi dirección, se arrodilló delante de mi, puso sus manos en mis muslos y abrió mis piernas. Se me subió el azúcar, mi corazón se detuvo y mi respiración se corto un segundo. Levantó el rostro y me miró sonriendo malvadamente. Quitó una mano y la llevo debajo de la cama sin dejar de mirarme.

–Ponte estos –dijo sacando unas botas negras y se levantó riendo.

Demonios...¡Lo hizo a propósito!