El profesor nós puso a trotar, dividió el grupo en dos partes; las chicas y chicos.
–Ustedes a la derecha –nós dijo a nosotros –Y ustedes a la izquierda –dijo a ellas.
Nos empezamos a encaminar cuando vi que Vianca tomó nuestra dirección.
–Vianca –le gritó Laura en medio de un ataque de risa –¡Está es tu izquierda cariño! –le hizo señas.
Vianca reaccionó y se fue corriendo a ella. En toda la cancha, podía oír las carcajadas silenciosas de Laura burlándose de su compañera. Después, nós puso a hacer abdominales con nuestro compañero tomando nuestras piernas.
–¡Para ya ridícula! ¿Es que tu nunca te has equivocado? –le dijo Vianca exasperada a Laura.
–No tan estúpidamente –dijo Laura burlona aún.
En todo el rato, se oían las quejas de ellas dos; "es para acá mensa" "empieza tú" "tu no me das órdenes ridícula" no lo puedo negar, daban risa. Parecían niñas, en un momento Laura tenía que correr y Vianca le metió el pie pero Laura rápidamente la tomo de la camisa y se la llevo al suelo con ella.
–No haré el ridículo yo sola –le dijo Laura riendo.
–Haces el ridículo desde que naciste –dijo Vianca levantándose.
–Seguro tu lo haces mejor ¿si supiste por dónde salir cuando naciste o por poco te vas a la otra dirección? –dijo Laura y esta vez, Vianca termino riendo también. Por un momento, parecieron llevarse bien. Nadie se esperaba eso, aun cuando se estaban insultando ninguna pareció tener una intención real de pelear.
–Descansen aquí lo que queda de la hora, iré a buscar mi maletín para darles sus notas –dijo el profesor saliendo.
Nós quedamos tumbados ahí y algunos fueron a buscar cosas a la cafetería. Yo estaba junto a los chicos, Vianca salió y Laura se quedo sola en una esquina, se puso sus auriculares y se recostó mirando a la nada. Todos nosotros la miramos, la sonrisa había desaparecido de su rostro. Estaba seria.
–Lo siento chicos –dijo David levantandose de repente –Hagan lo que quieran, y Lucca perdón si te molesta, pero Laura también es mi amiga –tomo su mochila y fue hasta ella.
Se paro delante y le extendió una mano, como haciendo las pases. Laura la tomo y oí cuando dijo;
–Debes traer una ofrenda de paz –mi amigo sacó un dorito de su bolso y se lo mostró –Trato hecho –dijo Laura sonriendo y dándole un lugar.
Al rato llegó Vianca y miro entre Laura en una esquina y nosotros en otro sitio.
–Laura, ¿qué pasó contigo y el gordo?
Sabía que algo así pasaría.
Todo quedó en silencio total. Me puse nervioso, espere miles respuestas y todas ellas malas. "Lo dejé, fue un juego, me aburrió etc"
–¿Te importa? –contestó Laura mirándola.
–Estoy curiosa –dijo Vianca.
–No estás curiosa ¡eres una chismosa! –dijo Laura tranquila.
–Todos queremos saber –dijo Vianca señalando alrededor para que Laura viera que tenía razón.
–Pues no sean metiches –contestó Laura.
–Venga ya, ¿están peleados? –preguntó Vianca.
Laura se quedó unos segundos en silencio, probablemente dándose cuenta que no la dejaría tranquila. De todo lo que pensé, no creí que dijera eso.
ESTÁS LEYENDO
NO ERES LO QUE CREÍ
Teen FictionLucca; un chico acostumbrado a ser humillado por su cuerpo un tanto rellenito, apariencia "poco agraciada" y personalidad diferente al resto, siendo él y sus amigos considerados como los "raritos". De repente, ingreso una nueva estudiante, posibleme...