Incidente. | JinKook.

Trece: Encuentros no tan casuales.

SeokJin es poseedor de una facilidad impresionante para actuar con normalidad, él no necesita mentalizarse para hablar como regularme hace frente a JungKook, él no necesita convencerse de pretender, él simplemente pretende.

Pretende que no hay tensión entre él y el muchacho, pretende que no han tirado tres veces en distintas fiestas y pretende que no siente el nerviosismo irradiando del rubio joven en cada ocasión que han estado cerca, pretende que los ojos de JungKook sobre él no son algo obvio y pretende calma junto a sus amigos.

Lo único que desea es que la inquietud de JungKook sea evidente para nadie más que para él. Asume que es el caso, ninguno se detiene en busca de detalles.

Es algo cómico, en realidad, JiMin también logra ocultar pistas y actuar como si nada entre ellos hubiera sucedido, presentan una imagen de amigos, eso son, sus interacciones públicas son inocentes y en caso de ser atrapados pueden excusarse bajo ellas, ahora que ha analizado la situación, piensa que JungKook no sería capaz de hacerlo, es más nervioso de lo que imaginaba, transparente.

—Iré al baño —avisa el mencionado, revisa la hora en su reloj, sus amigos lo aceptan, llevan algunos minutos sentados en las bancas.

Sigue sin hablar con YoonGi, siendo sincero, lo ha considerado bastante, es su amigo más cercano, lo ha sido siempre, ocultarle cosas no es algo que le encante, si no habla sobre JungKook, mínimo debería hacerlo sobre JiMin, espera pronto se presente la oportunidad para hacerlo y según el tiempo que pasan juntos, es lo más probable.

Comprueba la hora en su celular, tiene clases, le sorprende que JungKook no haya vuelto, ha pasado tiempo. Da igual. Acomoda sus cosas dentro de la mochila y se despide corto del trío discutiendo una nueva película que SeokJin no ha visto. En el trayecto saluda a más de un par, un alzamiento de mano junto a la amable sonrisa que suele adornarle los labios. Su aula está casi al final del campus, maldice, pero nadie le obligó a quedarse al inicio. Dobla uno de los estrechos pasillos. Un tirón de su mano le hace tambalear.

—Hola, corazón —saluda dentro del baño, JungKook le jaló. Solo son ellos dos, es un baño prácticamente escondido, no lo usan mucho—. ¿Qué quieres?

—Estaba pensando... —habla bajo, ignora el apodo compartido y sube sus palmas desde el pecho de SeokJin hasta su nuca— podría... tú sabes...

Atrevido.

—Tengo clase, JungKook.

—Seré rápido.

—No me interesa, tengo clase.

—Por favor —alarga sus vocales, se acerca a la oreja de SeokJin—. Quiero chupártela.

—No creo-

JungKook se agacha, apoya su mentón en el muslo contrario, le ve con sus amplios ojitos.

—Seré muy rápido, te lo prometo. Por favor, ¿sí?

Eso no es algo que él pueda decidir. El azabache se queda en silencio, su erección crece bajo la prenda. Joder. JungKook es un maldito. Toma uno de los mechones rubios para ocultarlo tras su oreja, es lindo. Suelta su cinturón antes de desabrocharse el pantalón y bajarse el cierre, JungKook le sonríe.

Expone el miembro al bajarle la ropa interior, no piensa revelar mucho, él dijo que sería rápido. ¿Cómo se supone que sea rápido? Nunca ha hecho esto, ¿qué estaba pensando? Le gustaría meter el falo en su boca y no sacarlo, el peso haciendo presión en su lengua, dándole dolor en la mandíbula.

Traza la forma del glande con su lengua, cierra los ojos, quiere recordar la sensación, el camino que debe recorrer antes de envolverlo en medio de sus labios, es cuidadoso, arrima su cabeza queriendo comprobar hasta donde llega, qué tanto soporta. La arcada se anticipa cuando la punta le choca la garganta, SeokJin jadea, atento. JungKook no esperaba que fuese tan grande.