Catorce: Privacidad.

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Existe la diminuta posibilidad de que JungKook haya llegado antes de lo acordado, él -quizás- no quería llegar tarde y salió de casa preparado, ansiedad a flor de piel. Ahora, por consecuencia de sus actos, espera oculto junto a las paredes de la linda y solitaria casa que SeokJin habita. Ser atrapado no es precisamente factible, pero él está más que asustado, aún más cuando sabe lo cerca que vive JiMin, ¿ser atrapado con el hombre que hace no mucho no soportaba ver por uno de sus buenos amigos? Muchas gracias, pero no.

—¿Dónde mierda estabas? —pregunta sorprendiendo a SeokJin, estaba abriendo la puerta cuando las palabras lo hicieron pegar un salto—. Dijiste que a las seis.

—Son las cinco treinta y siete.

—¿Y? Me tuviste esperando.

—Cállate y entra a la casa, JungKook.

—De acuerdo, pero-

—Entra.

Obedece, entra como perrito regañado. SeokJin deja sus cosas en el piso después de cerrar la puerta y colgar en el perchero su chaqueta, vuelve a tomar las bolsas que dejó en el piso y avanza hacia la cocina, JungKook se queda de pie, lo mira sin decir palabra, ve que ahora acomoda las bolsas en el mesón, está guardando lo que traen en los estantes.

—¿Quieres comer algo? —ofrece al notar la incomodidad del rubio.

—Dudo que eso sea buena idea considerando porqué vine.

SeokJin ríe.

—Sí, supongo. No es necesario que te quedes de pie como tonto.

Lo dice a modo de broma, JungKook se ofende de todas formas, ofrece ayudar, pero el mayor le responde que es menos demoroso si lo hace solo, entonces toma lugar en un taburete para llevarle la contraria, él no se queda de pie como tonto, se sienta y deja su chaqueta de muchos bolsillos sobre la mesa.

—¿Por qué llegaste tan temprano?

—No sé, salí a buena hora.

—No suenas muy seguro.

—¿Por qué no estaría seguro?

SeokJin se encoge de hombros, aplasta una de las bolsas cuando la ha vaciado, sigue con la otra, no es mucho lo que compró, JungKook tiene entendido que vive solo, no sabe porqué ni le interesa, esos víveres deben ser suficientes, aunque los considera poco, él acabaría con ellos en una semana.

—Eres muy sabelotodo para darme esa respuesta.

—¿Cuál respuesta?

—Que no sabes. Eres obstinado también, no me pareces alguien que deje respuestas en el aire.

—Si te gusto solo dilo.

El mayor suelta una carcajada, JungKook no recuerda haberlo escuchado reír antes, quizás lo olvidó.

—Lo único de ti que me gusta es tu culo, no te emociones.

—Es bueno que lo admitas, SeokJin, empezar con lo pequeño —usa su pulgar e índice para representar algo de poco tamaño— muy valiente de tu parte.

—Tu culo es de todo menos pequeño, Jeon —el rubio no capta el tono, es justo, SeokJin tampoco lo dijo de la mejor manera—. Es gordo.

Su rostro se apaga, evita decir más, pero el azabache espera que lo haga, siempre es divertido discutirle, en especial ahora que no debe cuestionarlo, discuten un poco, es gracioso y acaban sudados besándose en los baños. Levanta la vista al joven, frunce el ceño al topar el ajeno.

—Corazón, ¿piensas que lo dije para ofenderte?

—No... pero no es tan gordo, ¿o sí?

SeokJin detiene lo que hace para acortar la distancia separándolos, quedan a bastantes centímetros, es mejor que estar lejos por metros.

Incidente. | JinKook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora