Dieciocho: Quejas, parte tres.

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Se cree que detrás de los sueños hay significados importantes, que debemos analizarlos y entender nuestra vida gracias a ellos.

La última vez que JungKook analizó uno de sus sueños concluyó que estaba caliente y necesitaba una paja, las semanas siguientes no ocurrieron de tal forma, sus despertares húmedos habían acabado. O eso pensaba.

Es temprano. Y a diferencia de sus otras experiencias, el número de SeokJin está guardado en su móvil, espera no despertarlo.

El buzón suena, cuenta cuantas veces y de pronto se detiene. JungKook se muerde el labio inferior.

—¿Koo? —SeokJin no suena como alguien que acaba de despertar, se preguntaría el motivo si no tuviera la polla causando dolor al presionarse bajo su prenda—. ¿Estás bien?

Su corazón va a escaparle del pecho. Lo siente chocar, lo siente en la garganta. SeokJin escucha sus dientes cuando el menor cierra la boca, no quiere vomitar uno de sus órganos.

—¿JungKook? ¿Estás ahí?

.

—¿Es otra de tus bromas? No voy a caer.

No.

¿Qué debería decir? Respira. No. No debe decir respira, pero debe respirar, no está respirando.

—JungKook, te oigo respirar muy fuerte, ¿qué pasa?

—Escucha... —logra decir. Se acomoda en la cama preparando sus próximas palabras—. Estaba pensando... si tú...

—Si quieres que nos veamos antes de la universidad no tengo problema.

—No. No es eso. Dame un momento.

Regalando ruido al otro lado y dejando a SeokJin confundido, JungKook logra acomodar una almohada entre sus piernas, el roce es suficiente para sentir palpitaciones, se deja caer sobre el blando objeto.

—Desperté pensando...

—¿Pensando en qué, JungKook?

Balancea su cadera, muy poco.

—En lo mucho que me gustaría tenerte aquí.

SeokJin demora en responder, unos segundos se sienten eternos.

—¿Y qué estaría haciendo, Jeon?

Si no tuviera la necesidad de mantener la compostura, JungKook hubiera liberado un curioso sonidito al escuchar la provocadora voz del mayor, decir algo le da pena.

—Es... En... —el constante movimiento lo hace jadear, no encuentra palabras— quisiera que me folles, SeokJin —consigue decir, lloriqueando—. Tuve un sueño y tú estabas ahí y-

—¿Quieres describirlo para mí?

Afirma que sí, una queja atrapada en su garganta.

—Estábamos en mi habitación... Tú... SeokJin...

Esto fue una mala idea, no consigue contarle, sus mejillas están rojas de vergüenza y las ganas por detener la fricción contra la almohada son nulas, al otro lado de la línea, SeokJin lo escucha suspirar.

—¿En qué parte de tu habitación, JungKook?

—El escritorio.

—¿Quieres que te folle contra tu escritorio, corazón? —un ruido en respuesta, se permite seguir—. Eres tan escandaloso al recibir mi polla, tendría que poner mi mano sobre tu boquita para callarte.

Sin notarlo, JungKook lo hace, cierra sus ojos y se cubre la boca con la mano desocupada, aprieta sus dedos en el móvil.

—Serías bueno para mí, ¿no es así? Quiero ver que te aguantes, eso siempre te hace temblar.

Incidente. | JinKook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora