Capítulo 7: Enteros y vivos

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El sol estaba en su punto más alto, no teníamos agua, ni comida y los malditos muertos estaban en la puerta tratando de entrar.

—¿Por qué tardas tanto, preciosa?—Merle se notaba cansado y estaba rojo por estar  tanto tiempo bajo el sol. Yo estaba sudada y muy mareada.

—Merle estoy haciendo lo mejor que puedo, pero no ayuda nada que la herramienta de Dale este vieja y no sirva— Y claramente estábamos de mal humor los dos.

Al notar que no funcionaba la herramienta recordé que Merle me enseño a abrir puertas, candados y esposas con un pasador de cabello, siempre me decía que no sabía cuando iba a necesitar esa información, así que lo intente y a los pocos intentos ya había abierto las esposas.

Nos miramos con los ojos abiertos. —Si— dijimos los dos.

Merle estaba parado y tomando nuestras cosas, cada quién tenía una mochila con su respectiva arma.

—Salimos por la otra puerta, ¿no?— apunte a la puerta que estaba a nuestro lado izquierdo.

—Es lo mejor, muñequita, no se escuchan muertos ahí—.

Íbamos bajando las escaleras rápido por que faltaba poco para que se hiciera de noche. Necesitabamos encontrar un lugar seguro para pasar la noche y también comida. Nos topamos con algunos muertos, pero nada de que preocuparse.
Salimos del edificio por la parte de atrás y caminamos dos cuadras.

Yo sabía que había un super por esa zona, Gleen y yo nunca entramos ya que siempre encontrábamos los suministros antes. Cuando lo encontramos se veía bastante bien, ya adentro del super verificamos que no había caminantes y cerramos la puerta delantera y trasera.

—Mira Merle— le enseñe un dildo que estaba tirado, él estaba lejos, cuando se acercó abrió los ojos y se alejo con una cara de asco.

—Tira esa mierda Cameron— me regaño.

—Pero mira, es mas grande que mi cara— reí cuando lo puse al lado de mi cara y puse cara de sorprendida.

—No puede ser— susurró pasando las manos por su cara. — Camero imagínate que no este nuevo y alguien ya se lo haya metido en el culo— puso sus manos en la cadera.

—No soy idiota Merle, cuando lo encontre estaba en un empaque solo lo saque— dije obvia.

—Si, si, lo que sea, solo dejalo donde lo encontraste y vamos a descansar— me dijo, para empezar a caminar a la zona de colchones.

—Merle, toma— lancé el dildo.

Merle sin saber que había aventado solo estiro sus manos. Cuando el dildo estuvo en sus manos lo aventó de nuevo hacía mí. Limpiando sus manos como loco y viéndome mal.

—Oh vamos Merle, no me digas que tienes masculinidad frágil y te dan asco los penes que no sean el tuyo— le dije con burla

Merle bufo, para luego levantar el dildo.

—¿Feliz?— me dijo molesto con el dildo en la mano.

—Mucho, ¿por qué te pones así?, yo siempre hago lo que tu me pides, no recuerdas que yo era la que me besaba con Carolina— le reclamé con indignación.

Él rodo los ojos —Besarte con Carolina fue tu idea Cam— me miró.

—Pues si, pero tú eras el que no quería pagar los tragos- le recordé con los brazos cruzados. — Acuerdate que yo tuve que decirle que no llamara a la policía—.

—No Cam, tú le dijiste "Caro, que te parece si por esta vez los tragos corren por tu cuenta y yo te agradezco tu generosidad con un beso"— hizo una mala actuación de mi voz.- sabías que Carolina tiraba a los dos bandos y eso lo usabas para las bebidas gratis- me recordó con una sonrisa.

Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora