Augusto Monterroso. I

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1. No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos. Pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.

2. Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser mas inteligente que él.

3. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.

4. Quizá la dificultad del cuento reside en la sencillez.

5. Lo bello del arte es el experimento, la aventura, la búsqueda.

6. No tengo días muy estereotipados o rutinarios que se diga. Tampoco horarios ni disciplina diaria, sino que escribo como puedo.

7. La envidia es un pecado detestable. Este vicio de mis enemigos puede ser el escondido factor de las escasas críticas negativas.

8. No tengo dos libros que se parezcan. Eso lo hago por un afán que tengo de experimentar y una forma de ver diferentes las cosas.

9. Creo que dar consejos es muy difícil. He pensado mucho y no los doy. Yo creo que el escritor, a medida que va madurando, debe ir aprendiendo de los jóvenes. Uno nunca debe decir que ya sabe. Eso ha estado siempre contra mi modo de pensar.

10. La mayoría de los buenos cuentos son tristes; pero el arte verdadero nunca es trágico sino una alegría y un gozo. Por eso vamos en busca del arte verdadero. Porque en ocasiones nos hace llorar, ya es otra cosa.

11. Cuando un cuento es bueno, es cuando ha retratado bien la vida. Si retrata bien la vida y la vida es triste, pues el cuento será triste también. Es simplemente un punto de vista personal.

12. Creo en la inspiración, pero evidentemente también creo en el trabajo. La inspiración de que se me ocurre algo, de que venga una idea. ¡Ahí se puede quedar si no la convierto en algo concreto a base de trabajo!

13. Todo aquel que tenga la oportunidad, la suerte de leer, tiene una riqueza muy grande. El simple goce lo está formando a uno, y también le está dando armas para toda la vida.

14. La única manera de vencer el miedo a hacer algo es haciéndolo. En realidad siempre he vencido el miedo a escribir pensando que luego viene el de publicar.

15. Mi primer oficio es de lector, cuando no escribo estoy leyendo, pero la escritura es un arte ¿no? Por eso el escritor es inquieto; busca la pintura, busca la música, busca las otras artes para enriquecer su escritura. Lo mismo debe de pasar con los músicos; se alimentan con las otras artes. Hay músicos que son grandes lectores. De todo se alimenta uno, no digamos de la vida. 

16. El que quiere ser escritor va sentir dentro de él la necesidad de expresarse, de decir lo que siente o lo que piensa. Debe sentir que es una vocación, que es un llamado... pero hay otra cosa también; no es sólo la vocación, la persona debe sentir si tiene el talento. Porque escribir es un arte.

17. El problema del escritor es hacer una obra de arte, porque escribir es indiscutiblemente un arte. Se empieza y no se termina nunca de escribir, de aprender. Lo que parece un trabajo muy arduo; el estudio de la gramática, (y dentro de ella, de la sintaxis y cada una de las partes que la forman) se convierte en algo muy agradable que uno busca; no es que se lo esté imponiendo, uno quiere aprender cada vez más para hacer mejor su trabajo, y eso se convierte en un placer, en una forma de vida incluso.

18. No tengo un horario de trabajo. Lo anterior no quiere decir que esté atenido a la inspiración. Siempre procuro trabajar en las mañanas. Cuando son las ocho, probablemente ya he leído dos horas. Me despierto temprano, pero no me levanto sino que me pongo a leer. El inicio del día es el único espacio en el que estoy tranquilo. No suena el teléfono, no hay muchas actividades que hacer, sino solamente leer. De manera que cuando son las ocho de la mañana, yo ya he trabajado, aunque parezca mentira.

19. Siempre se está uno retroalimentando. En este oficio, la escritura y la lectura van muy unidos. Al leer se está alimentando, y aquí viene otra cosa: que la lectura por sí sola no es suficiente. Uno puede volverse "un ratón de biblioteca", alguien que vive en un mundo aparte o que no vive en este mundo. El escritor debe conocer también a las personas. Leer, leer y leer solamente se convierte a nadie en un gran escritor. También tiene que vivir. Uno puede ser mejor escritor si uno ha vivido el amor y el odio; ha vivido aventuras, ha pasado necesidades, ha sido feliz en la vida real, no en la de la ficción.

20. Está bien leer mucho, estudiar con ahínco, se decía con frecuencia; pero observar a las personas le sirve más a un escritor que la lectura de los mejores libros. El autor que se olvide de esto está perdido.


Augusto Monterroso

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Augusto Monterroso.

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