Corín Tellado.

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1. He sacrificado mi vida a la literatura. Me hice daño a mi misma. Pero dejaré de escribir, cuando me caiga la cabeza sobre la máquina. Yo no me rindo.

2. Para mi el escribir no es un trabajo, es un placer.

3. No soy romántica ni soñadora, pero alguien tenía que escribir novelas de amor.

4. Ni soy romántica ni escribo novelas románticas. Soy positiva y sensible, y escribo novelas de sentimientos, que no es lo mismo. Para mí, la novela puede ser sentimental, no me molesta que me encasillen en la novela rosa, pero es evidente que muchos ignoran que la denominación rosa procede de cuando las tapas de la novela eran de ese color. El amor nunca pasa de moda y aunque mis novelas puedan parecerse entre sí, todas son diferentes. El desamor es lo que más está presente en ellas.

5. A insinuar me enseñó la censura, porque decía las cosas claras y eso me lo rechazaban. Hubo meses que me rechazaron hasta 4 novelas. Algunas novelas venían con tantos subrayados que apenas quedaba letra en negro. Me enseñaron a insinuar, a sugerir más que a mostrar. Aprendí a contar lo mismo pero con sutileza, así nunca me dejé nada por decir.

6. Yo hilvano un argumento en 5 minutos. Las historias de la vida cotidiana me inspiran. Yo recopilo las vivencias de la calle y las acoplo a mis cosas. Mis personajes tienen una tremenda humanidad. Hay muchas chicas que en la vida real han vivido lo que viven mis personajes. Yo adorno con fantasía las realidades, siempre escribo de gente de la alta sociedad, rodeada de lujos.




 Yo adorno con fantasía las realidades, siempre escribo de gente de la alta sociedad, rodeada de lujos

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Corín Tellado.

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