Joël Dicker. X

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226. El éxito es algo que no se fabrica. Si uno intenta fabricarse ese éxito, el lector lo nota enseguida.

227. Se puede tratar de machacar a la gente con publicidad y obligarles a comprar, pero eso no es el éxito. Es curioso que en español la palabra sea "éxito", pues me hace pensar en la palabra excitación en francés, que es algo que se produce entre la gente; es un sentimiento y los sentimientos no se fabrican, no se inventan.

228. Yo soy muy consciente de que hay libros que tienen éxito y otros no. Y eso es la vida. Hay gente que trabaja toda una vida y no consiguen ese éxito.

229. Escribo porque deseo transmitir un mensaje y compartir algo, pero sin saber si eso va a funcionar o no.

230. Gran parte de los elementos que generan ese suspense son elementos involuntarios y que me permiten ubicarme en la historia, porque si quiero que mis lectores me sigan tengo que saber exactamente dónde estoy yo, así que sobre todo se trata de que yo me entere, de no perderme.

231. Dos cosas importantes. La primera, que mi propia vida "no era interesante como para escribir un libro", de lo que me percaté tras hacer dos primeras novelas en las que hablaba de mis "sentimientos" y de mi "visión del mundo" y darme cuenta de que no tenía interés ni siquiera para mi mismo. Esto me ha permitido entender que lo que me apetecía era contar una historia nueva y, por eso, cuando yo digo que yo no soy Marcus, es que no lo soy, porque a mí lo que me gusta, lo que me emociona, lo que me apetece es vivir otra vida a través de otros personajes.

232. Si antes me daba cuenta de que había 50 páginas que no había forma de encajarlas en el libro, pensaba que si las quitaba era como si fuera para atrás, pero he entendido que quitarlas, al contrario, es un gran paso hacia adelante y que era necesario escribirlas para comprender que eso no iba a funcionar y saber hacia dónde tenía que dirigirme.

233. Para mí la creatividad no es una especie de magia que surge, no es un genio que surge, es trabajo; un trabajo como cualquier otro.

234. No hay conexión entre lector y personaje hasta que el lector sepa quién es realmente ese personaje.

235. Es el objeto de esa redención en el libro: ser capaces de atravesar los traumas y dramas y continuar.

236. Eso sí, que la gente me vea como un escritor, que no era el caso de antes del éxito, ha hecho cambiar mi identidad a ojos de los demás.

237. La literatura tiene un gran poder. Dar al lector la oportunidad de parar en este mundo mareante que vivimos y ponerle en conversación consigo mismo.

238. Leer es probablemente la única oportunidad hoy de estar en discusión con nosotros y no con los otros.

239. Cuando lees e imaginas los personajes de la obra, el ambiente, no esperas la validación de nadie, creas algo para ti. Ese es el poder de la literatura hoy, estar un poco más conectados con nosotros. Es ese último momento de conexión pura.

240. El primero lo envié cuando tenía unos 20 años, pero antes de poder terminarlo había detrás una gran cantidad de trabajo que había durado muchos meses de preparación.

241. Tardé bastante en tener terminada una novela que yo creía que estaba lo suficientemente bien como para ser compartida con más gente. Luego llegó el trabajo, la búsqueda, de un editor que confiara en aquella historia.

242. En realidad el cambio vino dado al escribir Harry Quebert y que por eso tuvo éxito, en relación con otros libros anteriores, y es que hice cosas nuevas al escribirlo, diferentes a las que solía hacer. Es un estilo diferente, una narración diferente, un género diferente y de momento ahí continúa. Está por ver lo que va a pasar a partir de ahora, pero no está vinculado con el éxito posterior de la novela, sino por la escritura de esta, en la que me planteé algunos cambios.

243. Es muy difícil decir qué hubiera pasado. La etapa de Harry Quebert como libro ha tenido una validación por el éxito que le ha otorgado el público, pero al mismo tiempo he tenido muchos fracasos en otros libros que también me impulsaron a escribirlo. Así que es complicado de decir, pero, en general, si Harry Quebert no hubiera tenido éxito, las cosas habrían sido diferentes, habría seguido buscando nuevos parámetros.

244. Escribo todos los días, lo hago muy temprano porque considero que son horas muy buenas para mí. No soy un escritor nocturno, en absoluto. A las seis de la tarde dejo de escribir, aunque conozco gente que escribe al revés, que lo hacen por la noche, pero yo no puedo. Por la mañana, bien pronto, escribo muy a gusto y a medida que llega la tarde, me cuesta más.

245. La verdad es que hay una gran diferencia entre que un libro tenga éxito y que yo sea un escritor experto. La sensación es que todavía tengo muchas cosas que aprender y no me siento todavía un escritor. Espero que dentro de unos pocos años dominaré ya el tema.

246. Hay que trabajar muchísimo. Trabajar, trabajar, trabajar y trabajar. Y cuando creas que ya has trabajado mucho, todavía queda trabajar un poco más. No hay que tener miedo a la magnitud del trabajo al que te vas a enfrentar, o por lo menos ser consciente de lo que te vas a encontrar antes de empezar a escribir.



Joël Dicker

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Joël Dicker.

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