1. No beberás, ni fumarás, ni te drogarás.
Para ser escritor necesitas todo el cerebro que tienes.2. No tendrás costumbres caras. Un escritor nace del talento y del tiempo. Tiempo para observar, estudiar, pensar. Así que no puedes permitirte desperdiciar una sola hora ganando dinero para cosas que no son esenciales. A menos que tengas la suerte de haber nacido rico, es mejor que estés preparado para vivir sin demasiados bienes terrenales. Es cierto que Balzac sentía un especial interés por acumular enormes deudas y comprar cosas, pero la mayoría de las personas con hábitos caros son propensas a fracasar como escritores. A la edad de 24 años, tras la derrota de la revolución húngara, me encontré en Canadá con unas 50 palabras de inglés. Cuando me di cuenta de que era un escritor sin una lengua, subí en ascensor al último piso de un alto edificio de Dorchester Street, en Montreal, con la intención de saltar. Al mirar hacia abajo desde la azotea, aterrorizado ante la idea de morirme, pero con más miedo de romperme la columna vertebral y pasar el resto de mi vida en una silla de ruedas, decidí en vez de eso tratar de convertirme en un escritor inglés. Al final, aprender a escribir en otra lengua fue menos difícil que escribir algo bueno, y viví durante seis años al borde de la miseria antes de estar listo para escribir En brazos de la mujer madura. No podría haberlo hecho si me hubiesen interesado los trajes o los coches... En realidad, si no hubiera visto otra alternativa que la azotea de aquel rascacielos. Algunos escritores inmigrantes que conocía trabajaban como camareros o vendedores para ahorrar dinero y crearse una "base financiera" antes de intentar ganarse la vida escribiendo; uno de ellos posee ahora toda una cadena de restaurantes y es más rico de lo que yo podría llegar a ser, pero ni él ni los otros volvieron a escribir. Es preciso decidir qué es más importante para uno: vivir bien o escribir bien. No te atormentes con ambiciones contradictorias.
3. Soñarás y escribirás y soñarás y volverás a escribir. No permitas que nadie te diga que estás perdiendo el tiempo cuando estés con la mirada perdida en el vacío. No existe otra forma de concebir un mundo imaginario.
Nunca me siento ante una página en blanco para inventar algo. Sueño despierto con mis personajes, sus vidas y sus luchas, y cuando una escena se ha desarrollado en mi imaginación y creo saber qué han sentido, dicho y hecho mis personajes, tomo pluma y papel e intento relatar lo que he presenciado.
Cuando he escrito y pasado a máquina mi relato, lo leo y encuentro que la mayor parte de lo que he escrito es a) confuso o b) inexacto, o c) tedioso, o d) sencillamente no puede ser verídico. Así, utilizo el borrador mecanografiado como una especie de informe crítico de lo que he imaginado y vuelvo a soñar toda la escena mejor.
Fue este modo de trabajar lo que me hizo darme cuenta, cuando aprendía inglés, que mi principal problema no era la lengua, sino, como siempre, ordenar las cosas en mi cabeza.4. No serás vanidoso. La mayor parte de los libros malos lo son porque sus autores están ocupados en tratar de justificarse a sí mismos. Si un autor vanidoso es alcohólico, el personaje de su libro descrito con mayor simpatía será un alcohólico. Este tipo de cosas resultan para los de fuera. Si crees ser sabio, racional, bueno, una bendición para el sexo opuesto y una víctima de las circunstancias, entonces, no te conoces a ti mismo lo suficiente como para escribir.
Dejé de tomarme en serio a la edad de 27 años y, desde entonces, me he considerado sencillamente materia prima. Me utilizo del mismo modo que se utiliza a sí mismo un actor: todos mis personajes —hombres y mujeres, buenos y malos— están hechos de mí mismo más la observación.5. No serás modesto. La modestia es una excusa para la dejadez, la pereza, la complacencia; las ambiciones pequeñas provocan esfuerzos pequeños. Nunca he conocido a un buen escritor que no intentara ser grande.
6. Pensarás sin cesar en los que son verdaderamente grandes. "Las obras del genio están regadas con sus lágrimas", escribió Balzac en Ilusiones perdidas. Rechazo, burla, pobreza, fracaso, una lucha constante contra nuestras propias limitaciones..., estos son los sucesos más importantes en las vidas de la mayoría de los grandes artistas, y si aspiras a compartir su destino debes hacerte fuerte aprendiendo de ellos. Yo me animo con frecuencia a releer el primer volumen de la autobiografía de Graham Greene, Una especie de vida, que trata de sus primeras luchas. También he tenido ocasión de visitarle en Antibes, donde vive en un pequeño piso de dos habitaciones (un lugar diminuto para un hombre tan alto) con los lujos de un aire benigno y vistas al mar, pero pocas posesiones aparte de libros. Parece tener pocas necesidades materiales, y estoy seguro que esto tiene algo que ver con la libertad interior que irradian sus obras. A pesar de que afirma que ha escrito sus "entretenimientos" por dinero, es un escritor que está dirigido por sus obsesiones sin hacer caso de modas que cambian e ideologías populares, y esta libertad se comunica a sus lectores. Él te libera del peso de tus propios compromisos, al menos mientras lo lees. Esta clase de logro solo es posible para un escritor de costumbres espartanas. Ninguno de nosotros tiene oportunidad de conocer a muchos grandes hombres en persona, pero podemos contar con su compañía si leemos sus memorias, diarios y cartas. Hay que evitar, sin embargo, las biografías dramatizadas, especialmente las que han sido convertidas en películas o series de televisión. Casi todo lo que nos llega sobre los artistas a través de los medios son bobadas, escritas por autores perezosos de poca monta que no tienen ni la menor remota idea del arte ni del trabajo duro. Un ejemplo reciente es Amadeus, que intenta convencernos de que es fácil ser un genio como Mozart y muy difícil ser una mediocridad como Salieri. Sí que hay que leer, en cambio, las cartas de Mozart. En cuanto a literatura específica sobre la vida del escritor, yo recomendaría Una habitación propia, de Virginia Woolf; el prefacio de La dama morena de los sonetos, de Shaw; Martin Eden, de Jack London y sobre todo, Ilusiones perdidas, de Balzac.
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BIBLIA DEL ESCRITOR.
Historia Corta¿Quieres escribir? Entonces lee la Biblia del Escritor donde encontrarás todos los consejos de escritura dictados por las grandes maestras y maestros de la literatura. Después de haber leído estos aforismos que se convertirán en tus versículos, p...