Stephen King| Mientras Escribo. I

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«Tras la exquisita lectura de este maravilloso ensayo sobre escritura recopilé todos estos fragmentos que me han sido de utilidad y de inspiración para escribir, así que quise compartirlos para que le sirvan a todos aquellos que quieran dedicarse a este mágico oficio a través de la mano del maestro Stephen King. (Si realmente quieren ser escritores es imprescindible que lean el libro completo)».

Anghell Gravecraft.

1. Si quieres ser escritor, lo primero es hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho. No conozco ninguna manera de saltárselas. No he visto ningún atajo.

2. Somos escritores, pero evitamos preguntarnos mutuamente de dónde sacamos las ideas. Sabemos que no lo sabemos.

3. Escribir es humano y corregir divino.

4. Parece que las buenas ideas narrativas surgen de la nada, planeando hasta aterrizar en la cabeza del escritor, de repente se juntan dos ideas que no habían tenido ningún contacto y procrean algo nuevo. El trabajo del narrador no es encontrarlas sino reconocerlas cuando aparecen.

5. Escribir una historia es contársela uno mismo. Cuando reescribes, lo principal es quitar todo lo que no sea la historia.

6. Hay que escribir con la puerta cerrada y reescribir con la puerta abierta. Al principio sólo escribes para ti, pero después sale afuera, cuando ya tienes clara la historia y la has contado bien, pertenece a cualquier persona que quiera leerla o criticarla.

7. Escribir es una labor solitaria, y conviene tener a alguien que crea en ti. Tampoco es necesario que hagan discursos. Basta normalmente, con que crean.

8. Escribía después del trabajo, a veces también escribía un poco a la hora de comer. Lo cierto es que me divertía, hasta los cuentos más tétricos eran una manera de descansar del jefe.

9. Aprendí dos cosas: primero, que la impresión inicial del autor sobre el protagonista o personajes puede ser tan errónea como la del lector. Segundo, darse cuenta de que es mala idea dejar algo a medias sólo porque presente dificultades emocionales o imaginativas.

10. A veces hay que seguir aunque no haya ganas. A veces se tiene la sensación de estar acumulando basura y al final sale algo bueno.

11. Los libros son la magia más portátil, yo suelo escuchar uno en el auto. Nunca salgo sin un libro. Nunca se sabe cuando apetecerá una válvula de escape.

12. Si resulta que tengo que pasar una temporada en el purgatorio antes de que me manden arriba o abajo, preveo que mientras haya biblioteca no me quejaré.

13. Es el foco de atracción y lo vemos los dos, ni yo lo he dicho ni tú me lo has preguntado. Yo no he abierto mi boca ni tú la tuya. Ni siquiera coincidimos en el año y no digamos en la habitación y sin embargo estamos juntos. Muy cerca, se han tocado nuestras mentes.

14. El acto de escribir puede abordarse con nerviosismo, entusiasmo, esperanza y hasta desesperación, cuando intuyes que no podrás poner por escrito todo lo que tienes en la cabeza y en el corazón.

15. Se puede encarar la página en blanco apretando los puños y entornando los ojos, con ganas de repartir golpes y poner nombres y apellidos o porque quieres que se case contigo una chica o por ganas de cambiar el mundo. Todo es lícito mientras no se tome a la ligera, repito no hay que tomar la página en blanco a la ligera.

16. No es ningún concurso de de popularidad, ni las olimpiadas de la moral; tampoco es ninguna iglesia, pero maldición, se trata de escribir. Si eres capaz de tomártelo en serio, hablaremos. Si no puedes o no quieres, cierra el libro y dedícate a otra cosa.

17. El pan del escritor, es el vocabulario. Hay escritores con un léxico enorme. También hay escritores que emplean vocabularios más reducidos y sencillos.

18. Yo tampoco pienso en abandonar la literatura sólo por haber tenido lapsus tan tontos. En estas cuestiones no hay ningún escritor libre de pecado.

19. Escribir es seducir. La seducción tiene mucho que ver con hablar con gracia. Sino, ¿por qué hay muchas parejas que empiezan cenando juntas y acaban en la cama?

20. Para escribir bien hay que aprender a usarlo bien. El secreto es practicar mucho. Hay que aprender a oír el ritmo.

21. La extensión del libro es una, por supuesto, pero no la única; también está la inversión de tiempo y el trabajo que tuvo que hacer el autor para crear su obra, y la que tiene que aceptar el lector para digerirla.

22. Las palabras pesan, si no, que se lo pregunten a los que trabajan en el departamento de envíos de alguna editorial o en el almacén de una librería grande.

23. Las palabras crean frases, las frases párrafos, y a veces los párrafos se aceleran y cobran respiración propia.

24. Tú crearás párrafos, construyéndolos con tu vocabulario y tus conocimientos de gramática y estilo básico.

25. Mientras cepilles bien tus puertas, puedes construir lo que te dé la gana; si tienes la energía necesaria, hasta mansiones enteras. ¿Hay alguna razón para hacer casas enteras con palabras? Yo creo que sí.

26. Hemos leído mil páginas y aún no tenemos ganas de abandonar el mundo que nos ha regalado el escritor o a la gente imaginaria que lo habita. Si hubiera dos mil paginas, las acabaríamos con la misma sensación.

27. Hemos hablados de herramientas de carpintería, de palabras, de estilo... pero a medida que progresemos, convendrá tener presente que también hablamos de magia.

28. Aunque tenga unas ganas infinitas de dar ánimos a cualquier persona que intente escribir por primera vez, mentiría si dijera que no hay escritores malos. Lo siento, pero hay un montón. Los del montón en el montón se quedan.

29. Los escritores se ordenan siguiendo la misma pirámide que se aprecia en todas las áreas del talento y la creatividad humana.

30. Abordo el corazón de este libro con dos tesis sencillas. La primera es que escribir bien consiste en entender los fundamentos (vocabulario, gramática, elementos del estilo) y llenar la tercera bandeja de la caja de herramientas con los instrumentos adecuados. La segunda es que, si bien es imposible convertir a un mal escritor en escritor decente, e igual de imposible convertir a un buen escritor en fenómeno, trabajando duro, poniendo empeño y recibiendo la ayuda oportuna si es posible convertir a un escritor aceptable, pero nada más, en buen escritor.




Stephen King

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Stephen King.

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