Katherine Mansfield.

7 0 0
                                    


1. No hay sentimiento comparable a la alegría de haber escrito y terminado un relato.

2. Espero que sea bueno, es lo mejor que he sabido hacer, y todo mi corazón y mi alma están en él... cada detalle.

3. No creo ser una buena escritora. Me doy cuenta de mis errores mejor que nadie. Sé exactamente dónde fracaso.

4. Y sin embargo, cuando he acabado un relato y antes de que empiece otro, me pillo acicalando mis plumas. Es descorazonador. Parece que hay un viejo y malo orgullo en mi corazón.

5. Elijo no solo la duración de cada frase, sino incluso el sonido de cada frase, elijo la subida y bajada de tono de cada párrafo para que encaje en ella, y para que se ajuste a ese día y ese instante.

6. Después de escribir, lo leo en voz alta, varias veces, como haría con una composición musical.

7. La verdad es que una historia puede contener solo una cantidad determinada de información; siempre se tiene que sacrificar algo. Se tiene que omitir lo que se sabe y se desea utilizar. ¿Por qué? No tengo ni idea, pero así es.

8. ¿Y ahora en realidad qué es lo que quiero escribir?

9. Me pregunto: ¿escribo ahora peor que antes?

10. ¿Es menos urgente el ansia que siento de escribir?

11. ¿Sigue siendo natural en mí el buscar esta forma de expresión?

12. ¿Ha bastado la palabra para crearla?

13. ¿Pido acaso algo más que no sea narrar, recordar, afirmarme?

14. No termino de estar satisfecha con lo que escribo, ni siquiera cuando lo envío a un editor.

15. Pido que se destruya todo lo que he escrito en mis cuadernos.



Katherine Mansfield

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Katherine Mansfield.

BIBLIA DEL ESCRITOR. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora