Paul Auster. III

4 0 0
                                    


36. Aprende de los grandes. Creo que lo importante para los jóvenes escritores es leer a los buenos. Y supongo que con esto quiero decir a los que han resistido la prueba del tiempo. Ya sabes, los grandes: Hawthorne, Melville, Dostoevsky, Tolstoy, Kafka, Dickens... es de donde vas a sacar lo mejor. Y cuando ves la forma tan brillante en la que ellos hacen las cosas, entiendes que están ahí por una razón, porque son realmente los mejores escritores. Y creo que hay que aprender de los grandes.

37. No te des demasiada importancia
Cuidado con el ego y con darte demasiada importancia. No seas un escritor. Es una terrible forma de vivir tu vida. No ganarás nada con ello salvo pobreza, soledad y oscuridad. Así que si realmente quieres escribir, si te quemas por hacerlo, adelante. Pero no esperes nada de nadie. El mundo no te debe nada y nadie te lo ha pedido.
Es común que los jóvenes tengan sentimientos de logro tales como: "¡Por supuesto que mi libro debería ser publicado! ¡Por supuesto que tengo que poder ganarme la vida con esto!". Pero las cosas no funcionan así.

38. El libro no resultó tan pequeño como me lo planteé en un inicio. Esas 150 páginas crecieron, eso es todo lo que puedo decir. No estaba planeando escribir este enorme libro, simplemente pasó. A medida que sabía más, más quería decir, y así terminó surgiendo este libro que puede romperte el pie si te cae encima. Es una tremenda pieza de trabajo.

39. Estoy escribiendo historias cortas de ficción; eso es lo nuevo que he estado haciendo. Y también es una forma de escribir que nunca había hecho antes: es un reto muy difícil e interesante.

40. La historia de mi máquina de escribir. Es una historia de relaciones entre un escritor y un pintor, entre el escritor y su máquina de escribir. El pintor y su obsesión por la máquina de escribir del escritor.

41. He escrito todas mis novelas a mano y a máquina, pues considero que escribir es un acto de libertad y una cuestión de supervivencia. Razón por la cual no utilizo PC ni smartphone. Soy una de las pocas personas del mundo alejada de todo eso.

42. Escribo a mano y en la máquina de escribir de siempre, es indestructible. Prefiero las cartas a los correos electrónicos y escribo mis cuentos y novelas a mano, en mis míticos cuadernos. No puedo componer nada ante el teclado. Ni siquiera escribo cartas ahí.

43. Son viejos hábitos. sentir una conexión directa entre el pensamiento y la escritura manual. Es como yo empecé a escribir cuando era un chico. Tenía un lápiz en la mano y producir palabras se me hizo natural. Luego fue una especie de vínculo neurológico entre mi pensamiento y mi mano y entonces las palabras salían del lápiz. Pero es simplemente un método, hay muchos métodos para escribir. Con éste es con el que me siento más cómodo.

44. Soy muy desprolijo y ni yo mismo entiendo a veces mis manuscritos, por lo que luego los tecleo en la antigua máquina de escribir que utilizo desde hace décadas y de la que atesoro un stock de carretes como para cinco años, ante el temor de no poder conseguirlos luego.

45. Lo bueno acerca de eso es que no necesita electricidad. Por supuesto hay máquinas de escribir eléctricas, pero a mí nunca me gustaron porque hacen ruido y todo el tiempo parece que te está diciendo date prisa, más rápido, más rápido. A mí me gusta el silencio de mi máquina de escribir manual.

46. Pasó un año, pasó un decenio, y ni una sola vez me pareció raro, ni siquiera vagamente insólito, el hecho de trabajar con una máquina de escribir manual. La otra posibilidad era utilizar una eléctrica, pero no me gustaba el ruido que hacían aquellos artilugios: el continuo zumbido del motor, el discordante repiqueteo de las piezas, la cambiante frecuencia de la corriente alterna vibrando en los dedos. Yo prefería la suavidad de la Olympia. Era agradable al tacto, funcionaba estupendamente, se podía contar con ella. Y cuando no se le estaban aporreando las teclas, guardaba silencio.

47. He tomado posesión de mi máquina de escribir, y poco a poco le he ido transformando un objeto inanimado en
un ser con personalidad y presencia en el mundo.

48. Escribo durante la mañana, almuerzo y corrijo de tarde y siempre lo hago con lapicera y papel y una vieja máquina de escribir para pasar en limpio ese borrador. Necesito la presión de la lapicera del papel para pensar y poder convocar las palabras. Sé que soy un dinosaurio pero qué importa. Es un simple tic.

49. Toda nuestra vida literaria la hacemos juntos. Nada sale de la casa sin la aprobación del otro: yo leo absolutamente todo lo que hace y ella lee todo lo que escribo. Siri ha sido durante 40 años la primera y más importante lectora que he tenido. Siri para mí es una genia. Una persona con tres vidas. No solo escribió esas novelas por las que debe ser reconocida como una de las grandes novelistas contemporáneas, sino que además trabaja en profundidad sobre psiquiatría, neurociencia y arte. Cada vez que la reconocen, siento un profundo orgullo.

50. Es la primera frase de un texto lo que me motiva a seguir: A veces me paso meses hasta encontrarla. El principio es lo más duro. Tiene que ser lo suficientemente bueno como para que sienta que me impulsa al resto del libro.

51. Escribir es una manera terrible de vivir.







 Escribir es una manera terrible de vivir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Paul Auster.

BIBLIA DEL ESCRITOR. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora