Siri Hustvedt. I

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1. Todo el mundo piensa que lo que escribo es mi vida, pero no lo es. Tengo una imaginación soberbia y me puedo convertir en otra gente muy fácilmente.

2. La imaginación y la memoria están vinculadas. Escribir ficción es como recordar lo que nunca sucedió.

3. La imaginación siempre tiene que ver con ser otro y eso es lo que ocurre en el libro. El arranque es muy banal, casi ordinario, pero es precisamente por esa historia tan ordinaria que mi protagonista se pasa todo el libro redecorando la vida con su propia imaginación.

4. Mi intención era justamente esa, contar en una novela cómo siempre estamos reescribiendo nuestro pasado. Y que no se trata solo de que la distancia creada por el tiempo tiene que ver con revisitar nuestra historia, sino que nos ofrece además nuevas posibilidades de reflexión sobre el pasado. Entonces los recuerdos adquieren diferentes significados dependiendo de la situación en la que se encuentra quien los evoca.

5. Originalmente iba a escribir otra novela, también sobre la memoria, el tiempo, los traumas, que son cosas que como verá me interesan mucho, pero no logré hacerlo, la escribía pero no salía nada bueno. Digo, las frases eran lindas, pero el libro como un todo no funcionaba. Y creo que el problema era que todo era demasiado obvio, tenía estas ideas, que muchas venían de papers académicos que había escrito, pero estaba todo muy exteriorizado. Entonces se me ocurrió el personaje de la vecina de la protagonista, y a partir de ahí comencé a reformular toda la novela.

6. Pero como ya había hecho todo el trabajo de conceptualización en la versión anterior que había fracasado, escribir esta novela fue bastante sencillo, se generó bastante orgánicamente. Tenía los temas, pero no fue hasta que se me ocurrieron algunos personajes que pude destrabar la escritura.

7. Lo que ocurrió es que había terminado de escribir el libro, y un día estaba parada en la cocina pensando en él y me pregunté: "¿Qué es esto que acabo de hacer? ¿Cómo lo definiría?". Y me di cuenta que el libro empieza con un pequeño pedazo de papel, y la historia se va doblando, y doblando un poco más, y hay frases que vuelven a aparecer, pero cada vez que lo hacen tienen otros significados, son cada vez más densas. Para el final, el libro se ha doblado en sí mismo, y termina siendo como una de esas palomas de origami, lo cual me parece muy apropiado.

8. Quiero decir, sé que las referencias que a veces hago en mis novelas son algo difíciles y que no todo el mundo podrá captarlas, de la misma manera que cuando yo leo algo no siempre estoy entendiendo el 100%, porque todos tenemos nuestras limitaciones. Pero he notado que cuando un hombre escribe un libro lleno de referencias intelectuales o analogías complejas, es celebrado, pero cuando una mujer lo hace, es considerada pretenciosa, y en el mejor de los casos destacan sus aspectos menos desafiantes. Bueno, algo así inevitablemente te afecta, como escritora y como persona. Es algo que te provoca enojo pero que también te da miedo.

9. La verdad que busco como escritora de ficción no es un registro documental del pasado. Estoy buscando una verdad emocional. Solo sé que las novelas que amo, los libros que siempre me acompañan, son todos verdaderos. Son libros que me han hecho ver a la gente y el mundo desde una perspectiva nueva. Han cambiado la comprensión de mi propia vida.

10. Cuando escribes, te encariñas con las debilidades, los defectos de los demás. Te das cuenta de que no estamos solos, de que todos somos iguales.

11. En los libros que me deslumbraron, los autores parecen animados por tal empatía que las vidas más comunes, los acontecimientos más cotidianos, se adornan de magia. Algo grande parece surgir de nuestras vidas miserables. Ellos me infundieron la esperanza o la ilusión de que nos podíamos comprender, incluso perdonarnos y no juzgarnos. No estábamos condenados a la fría e interminable soledad.

12. Sin embargo, una encuesta de 2015 realizada por Goodreads reveló que el 80% de los títulos escritos por mujeres fueron leídos por mujeres, quienes también leyeron el 50% de los escritos por hombres. En otras palabras, los hombres que escriben literatura de ficción cuentan con un público que es representativo del mundo en su conjunto, mientras que las mujeres no.

13. Los escritores no están en el texto. Su cuerpo está ausente. La representación, por su misma naturaleza, está separada de lo representado. En el habla y la escritura nos distanciamos de nosotros mismos incluso cuando decimos "yo" para señalar al Yo como portavoz.

14. Nos sacudimos el género cuando leemos y cuando escribimos ficción. "Esto es posible porque no somos ratas sino seres imaginativos capaces de salir de nosotros mismos y, durante un rato al menos, convertirnos en otra persona, joven o vieja, cuerda o loca, mujer u hombre".

15. La nueva novela tiene una estructura mucho más compleja, más comedia, y una perspectiva doble, no única, con una narradora joven y otra vieja.

16. Creo que la imaginación y la memoria no son facultades distintas, sino que están vinculadas. Nuestros recuerdos están llenos de ficción y la escritura está siempre conectada con el recuerdo, incluso cuando los eventos descritos están completamente inventados. Escribir ficción es como recordar lo que nunca sucedió. Esta novela en particular es, de hecho, una obra en la que memoria e imaginación comienzan a superponerse hasta que al final no hay separación alguna entre lo real y lo imaginario.

17. Me cuesta mucho ver cómo se distingue lo que ahora se llama autoficción de muchas novelas. Estoy más interesada en la pura invención ficticia.

18. Gran parte de una novela radica para mí en el ritmo, un tipo de música que descubro al principio del proceso de escritura y que luego impulsa el libro. Estos ritmos son parte de la profunda realidad de cada persona. Somos criaturas rítmicas que respiran, cuyos corazones palpitan, que duermen y se despiertan. Estamos obligados al día y la noche, sensibles a los ritmos que nos rodean. Como criaturas que hablan, nuestras palabras no están separadas de estos hecho, sino que forman parte de ellos. Aún más, los ritmos de un texto crean significados en el oyente no siempre fáciles de explicar, pero cruciales para la experiencia de lectura.

19. Fui profesora de escritura voluntaria para pacientes psiquiátricos durante cuatro años. Ahora enseño psiquiatría en una escuela de medicina y publico en revistas sobre psicoanálisis, psiquiatría o trastornos neurológicos. Ha sido un viaje largo y muy interesante.

20. Tenemos grandes escritores, pero rara vez encuentras una placa en una casa o una calle que lleve el nombre de una personalidad literaria. Ni Emily Dickinson Place ni Nathaniel
Hawthorne Street.








Siri Hustvedt

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Siri Hustvedt.

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