Capitulo 3

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Entro en mi cuarto y me tiro en mi cama cansada siento como mi perrito empieza a lamer mis pies que están fuera de  la cama, me levanto  y me quito el horrible uniforme y me coloco una ropa cómoda, tomo a el Sr. calcetas mi pequeño  perro de color negro y  patitas blancas, de ahí su nombre.

-Vamos a comer- le digo  y bajo hacia la cocina con el en brazos, lo dejo en el piso y voy hacia el microondas y saco la comida que me preparo mamá,  mientras que espero a que se caliente le doy  su comida  Sr. calcetas,  cuando terminamos de comer yo lavo los platos  y subo a mi cuarto  a hacer mis deberes.

-¡KARIMA!-escucho el grito de mi papá desde la parte de abajo de la casa.

Mierda ahora yo que hice- trato de recordar que hice mal pero nada viene mi mente.

Tomo unas llaves y las pongo en mi  bolsillo trasero y bajo las escaleras y lo veo,  el esta parado con las manos en sus caderas.

Mierda, mierda y mas mierda.

-Me encontré de casualidad al señor Bardot de camino a casa-dice y yo bajo la cabeza  cierro los ojos sabiendo lo que viene-¿Sabes lo que me dijo?-pregunta retóricamente-Que mi hija es una mal portada que no sabe respetar- el miedo se hace presente en mi sistema.

Maldito seas Bardot, Maldito seas.

-Eres una inepta que sirve para nada-siento sus pasos acerarse aprieta con fuerza mis mejillas me levanta la cabeza y  me hace mirarlo-Lo único que eres es un estorbo, maldito sea el día en el que tu madre quedo embarazada, maldito sea -el  me toma del brazo y me lleva hacia el sótano, mi corazón va a mil por hora, no lloro, no pongo  resistencia, simplemente camino por las oscuras escaleras que nos dirigen al sótano.

Al llegar al ultimo escalón el olor a podrido hace  que se me  revuelva el estomago y imágenes de todo lo que e pasado aquí llegan a mi mente como una ola.

-Espero que con esto aprendas a respetar-dice mientras pone un paño en mi boca y lo aprieta tan  fuerte que siento como si mi mandíbula se fuera a romper, el esposa mis manos en la espalda dejándome inmovilizada.

-Inservible- dice con asco mientras me empuja, caigo en el piso encima de heces fecales, orines y vomito que yo misma e hecho las otras veces que me ha castigado, escucho sus paso alejarse y después oigo como la puerta se cierra.

Pensé que me había acostumbrado a esto pero no, aun no lo hago. 

Siento algo caminar por mis pies no se que es y prefiero  no saberlo, me siento en un escalón y trato de no pensar nada, tomo las llaves que anteriormente había guardado en mi pantalón y abro las esposas  cuanto tengo las manos liberadas quito el paño de mi boca, el  olor hace que unas nauseas inmensas aparezcan en mi, trato de retenerlo pero al final no puedo evitarlo y vomito todo lo que comí.

Así son mis castigos, encerrada en el sótano, atada de manos y con la boca tapada para que no salieran mis gritos de ayuda, las horas que paso aquí son relativas, pues,  puedo solo durar una hora  o hasta 2 semanas encerrada sin comer ni beber nada  y oliendo el hedor que hay aquí.

                   (...)

-¡Hija por el amor de Dios!  ¿Qué haces ahí?-escuchó la voz preocupada  de mi  padre, no se en que momento de quede dormida.

-Vine a buscar al Sr. calcetas que había venido para acá y la puerta se trabó- le respondo con voz suave y medio adormilada.

-No vuelvas a bajar aquí te lo dije un millón de veces- me dije entono de advertencia, mientras me ayuda a parar.

-Si, lo siento-me disculpo subiendo las escaleras delante de el.

-Ve, toma un baño a lo que yo te traigo algo de comer- yo asiento y me dirijo a mi cuarto, una ves dentro de este me quito la ropa y la hecho en la cesta de la basura y me meto en la ducha.

Mientras el agua cae por mi cuerpo cierro los ojos con impotencia.

Mi padre fue diagnosticado con  Trastorno de personalidad disociativa cuando era un adolescente, y esto es lo que siempre pasa, yo hago algo el me castiga y luego va y se sorprende por como me encuentro sin saber que el mismo es quien lo provoca, yo no puedo hacer nada por ordenes de mamá, lo único que hago es fingir que todo está bien que el es el mejor padre de todos.

 Un día de estos va a bajar y con lo único  que se va a encontrar va a ser con mi cuerpo sin vida.

Y se que se sorprendería al saber las ganas que tengo de que ese dia llegue.

 Salgo de el baño me coloco un pijama y me dirijo a la cocina, al entrar lo veo despalda preparando algo en la estufa, me siento en la isla y lo observo mientras me imagino que nada a pasado. El se voltea y me sonríe y yo trato de hacer lo mismo pero en no me sale.

-¿Como me encontraste?- pregunto curiosa pues la última ves que estuve ahí el me encontró por que Fred vino a visitarme por que el creía que estaba enferma ya que tenia 2 días sin ir a clases.

- Sr. calcetas no dejaba de ladrarle a la puertas así que decidí ir  a ver- veo como el sirve lo que cocinó.

-¿Y mamá?-cuestiono cuándo el pone un caldo de pollo enfrente de mi.

-Ella aun no ha llegado del trabajo- asiento y el sonríe.

Mamá se la pasa trabajando todo el día para poder comprar los medicamentos de papá, cosa que el odia, y pues yo trato de nunca hacerlo enojar pero siempre fallo.

Mi vida es fantástica ¿no lo creen?

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