Capitulo 5

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Despierto un poco desorientada y bajo a la cocina arrastrando los pies abro el refrigerador y tomo un poco de jugo,  me voy al cuarto a cambiarme, me coloco unos shorts con una blusa sin mangas.

Es fin de semana así que el plan de hoy es limpiar mi casa.  

¡Que divertido!- nótese el sarcasmo.

La música suena  toda la casa mientras bailo con la escoba, el Sr. calcetas  que todo este tiempo estaba junto a mi empezó a ladrar a la puerta del patio y eso solo significa una cosa, el quiere ir al baño, le abro la puerta y el sale disparado, sonrió al verlo corretear por todo el patio.

Mi sonrisa se borra cuando lo veo que cruza al patio de los vecinos, corro hacia el pero al ser mas pequeño se logra escabullir por la puerta de hierro que nos divide.

-¡Por Dios!-exclamo al verlo caminar en dirección a la casa de los locos Adams -Sr. calcetas-lo llamo pero el solo me ignora, sin mas remedio busco las llaves rápidamente y salgo abro la puerta y empiezo a perseguir a mi perro por el césped mal cuidado de los vecinos,  El Sr. calcetas  huele el piso mientras camina y yo trato de no hacer ruido cosa que es casi imposible debido a las hojas secas que hay en el piso.

-Sr. calcetas  ven bebé-le hablo como estúpida  para ver si así  el viene a donde mi, el mira hacia donde estoy y yo palmeo mis piernas para que venga pero el lo que hace es correr mas lejos de donde yo estoy como si estuviéramos jugando.

-¡Maldición!-exclamo por lo bajo, mis padres me van a matar cuando se enteren de que estuve aquí y al sr. calcetas lo van a dar  en adopción.

Mientras camino le voy rezando a todos los Dioses  para que ni mis padres ni los locos Adams se den cuenta de que estuve aquí,  el Sr. calcetas  sigue corriendo y yo lo persigo como tonta, hasta que lo veo parar debajo de un árbol que esta ubicado detrás de la casa, yo estoy tratando de recuperar el aliento, me acerco a el y lo tomo en brazos y siento como el aire regresa a mis pulmones, me quedo pasmada con lo cerca que estoy de la casa de los locos Adams. Estoy tan entretenida mirando la casa que casi dejo caer a Sr. calcetas cuando siento una respiración en mi cuello.

-¡Por Dios Santo!- me volteo con una mano en el pecho y jadeo en sorpresa al ver al hijo de Moticia frente a mi, estamos tan cerca que siento su aliento en mi cara.

-Lo siento, mi perro vino hacia acá y solo lo vine a buscar-balbuceo mientras me alejo, sus ojos cafés claros  me observan detenidamente, su piel es  blanca al igual que todos en Deadwood pero a diferencia de los demás la de de es más blanca, el tiene el cabello café oscuro, es lindo no lo niego pero e visto mejores  a decir verdad, observo su chaqueta de cuero junto con unos pantalones del mismo material.

Salgo de mi ensoñación cuando siento como toma mi mano y observa mi brazo como si fuera la cosa mas rara que vio e su vida.

Haber ya se que estas acostumbrado a las barbies pero tampoco me lo demuestres así.

El mira mi brazo y después me mira a los ojos, agarro al Sr. calcetas que esta inquieto, el despega su mirada de mi brazo para dirigir su mirada a mis muslos descubiertos, su mirada tan intensa me pone nerviosa.

-y-yo me t-e-t-engo que ir-me reprocho mentalmente por tartamudear, el no dice nada solo observa detenidamente mis piernas aun con mi brazo en su mano-lo siento por entrar así a tu patio-al menos no tartamudee eso es un logro, trato de soltar mi brazo de sus manos pero el lo agarra con mas fuerza.

- Papá te esta buscando-una melodiosa voz hablo, mire hacia donde vino la voz y vi a la hija de Morticia que nos mira con el ceño fruncido, su cabello rubio cae por su espalda en hondas, sus ojos de color  ¿ámbar? me observan con rareza.

-¿Que haces?-cuestiona asombrada, el no le responde solo le extiende la mano libre ella se acerca cautelosa y confundida a la vez el levanta mi mano hacia ella cuando esta se encuentra frente de mi, ella mira mi brazo igual que su hermano.

-¿Como es posible?-pregunta en un jadeo sorpresivo  dice la chica para su hermano y el solo se encoje de hombros y señala ahora mis muslos, si antes estaba nerviosa ahora lo estoy mas, ella acerca su mano derecha a mis brazos y pasa sus dedos como si estuviera buscando algo, el Sr. calcetas  se tira de mis brazos y se dirige a un pequeño árbol.

-Me tengo que ir- menciono tragando saliva, ellos simplemente me ignoran y yo estoy empezando a sentirme nerviosa intento moverme pero la mano del chico me lo impide, ella se inclina un poco y  dirige sus dedos ahora a mi muslo, yo muevo mis pies con nerviosismo, mi respiración es errática y ellos parece no importarles ni un poco.

Ella quita su mano de mi muslo y sube mi blusa dejando afuera mi abdomen, sus dedos fríos se mueven atreves de mi abdomen su hermano solo la mira curioso y confundido, ella quita su mano y yo bajo mi blusa inmediatamente ellos se miran a los ojos y después me miran a mi.

-Me tengo que ir a casa-digo en un susurro, ellos simplemente me ignoran otra vez y me miran como si fuera la cosa mas extraña que han visto en sus vidas.

-No tiene nada- menciona la chica.

-¡Chicos!-escuchamos una voz super grave habla desde dentro de su casa.

Si antes estaba asustada ahora creo que me voy a desmayar.

-¿Que haremos?-ella cuestiona a su hermano pero el solo sonríe de lado y se encoje  de hombros sin dejar de mirarme-Ni se te ocurra- ella lo amenaza, ella pasa sus manos por su cabello- La voy a esconder  mientras  tu te  encargas  de papá  ¿ok?-el solo asiente con un a sonrisa y ella lo observa con los ojos entra cerrados, el me suelta y ella me toma del brazo.

-Toma a esa cosa y vámonos- me ordena la chica soltando mi brazo, tomo al Sr. calcetas  que estaba en el árbol, ella vuelve a tomar mi brazo y me lleva por el mismo camino por el que vine.

-Yo puedo ir sola-menciono soltándome de su agarre  su mirada viaja hacia donde estaba la mano de su hermano la cual quedo marcada en mi brazo.

-¿Donde vives?-interroga con su mirada fija en la marca que dejo su hermano.

-Somos vecinos desde hace mas de 15 años- digo con un poco mas de confianza en mi misma que no se de donde la saque, ella me mira sorprendida.

-¿Enserio?-yo asiento-Pues vamos a tu casa-yo iba a negarme pero ella solo empezó a caminar en dirección a mi casa.

Genial, rompí la única regla que siempre e seguido en mi vida.

 Entramos a mi casa por la puerta del patio y le agradezco al cielo que mis padres aun no hayan llegado, ella solo observa todo deforma extraña como si nunca hubiera visto nada igual.

-No quiero ser grosera pero te tienes que irte-le digo y ella solo me ignora y me sienta en el sillón yo me siento a su lado y ella me observa detenidamente.

-¿Por que todo es tan extraño?-me cuestiona.

-¿A que te refieres?

-A todo esto-ella señala todo el salón, yo observo todo y bueno es un salón bastante normal, muebles, tv, una mesa cafetera, en fin todo lo normal de una sala.

-Eres extraña-se me sale de los labios esas palabra y ella solo se encoje de hombros como si no le importara lo que acabo de decir. Se acerca a mi tanto que siento su respiración en la cara lo hiso tan rápido que me costo reaccionar.

-¿Como es que no tienes nada?-yo frunzo en ceño y ella analiza mi rostro como si buscara algo en mi cara.

Ya veo por que nadie quiere acercarse a ellos.

Me hecho para atrás alejándome lo mas que puedo de ella-¿Como te llamas?-pregunto en un susurro y eso al parecer la hiso salir de su trance por que parpadea un par de veces y simplemente se para del sillón y sale por la puerta en la que entramos solté el aire que no sabia que retenía.

Eso fue raro, pero  por alguna extraña razón quiero conocer mas a esos locos hermano.

Aquí Empieza El JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora