Capitulo 29

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Camino a paso decidido a la oficina de director, no veo a Héctor en  su puesto de trabajo  así que simplemente avanzo hacia la puerta.

Necesito respuestas y los únicos que me la pueden dar son los chicos Adams por eso necesito salir.

Toco la puerta, escucho murmuro adentro eso quiere decir que el esta con alguien , vuelvo a tocar pero esta vez mas fuerte.

-Adelante-escucho la voz nerviosa  del director entro y lo veo sentado en su silla con el nudo de la corbata deshecho y una capa de sudor en su frente.

Alguien estaba disfrutando sus últimos días aquí.

-Señorita Tansley que sorpresa-el dice señalando la  silla frente a el.

-no me encuentro bien-digo en un tono bajo mientras me siento, estiro mis piernas disimuladamente debajo de la mesa para ver si alguien esta debajo de esta pero no siento a nadie.

-No, no, no, ni lo pienses-declara mientras se pasa la mano por el pelo.

-Me siento muy mal, señor-expreso suave como si hablar me costara, mientras miro hacia los lados buscando de manera disimulada a la persona con la que el hablaba.

Algo me die que no estaba hablando por el teléfono.

-Llamare a tu  madre para que venga a buscarte-menciona mientras mueve su anillo, puedo notar un pequeño temblor en esta.

-Dígale que se apresure-sigo fingiendo y el me mira con pesar.

-No lo hagas- expresa mirándome a los ojos con cierto pesar, como si me advirtiera de algo.

-¿Que se supone que estoy haciendo?- cuestiono sin entender y el traga en seco.

¿por que estas tan nervioso señor  director?

-Fingir que estas enferma para poder irte- no se por que siento que el no se refiere a eso, siento que hay algo mas pero no se que.

-¿Todo bien? lo noto algo nervioso- declaro acercándome mas a su escritorio.

-Estas alucinando de tan enferma que estas- dice acercándose a mi, puso su mano derecha en mi frente y con la izquierda pone un papel de manera discreta cerca del porta lápiz que esta en su escritorio frente a mi-Estas bien, quizás el hambre te esta haciendo alucinar-yo frunzo el ceño el mira mi mano de manera discreta y me mira pidiéndome que lo tome.

Aquí hay alguien, alguien que esta asustando al director.

-Si seguro es eso-digo extrañada y siguiéndole el juego.

-Ve a comer algo y si sigues sintiéndote mal vuelve-frunzo el seño tratando de adivinar lo que el intenta decirme,  deslizo mi mano hacia el porta lápiz  disimuladamente lo tomo una ves que lo tengo en la mano pongo mi mano en mi rodilla y entro el papel en las medias del horrible uniforme.

-Okey-digo levantándome, el me dedica una ultima mirada y luego finge leer unos papeles que claramente  están vacíos-Hasta luego-me despido el levanta la vista de los papeles un segundo y vuelve  sonríe de lado y vuelve a fijar la vista en los papeles.

Salgo de la oficina  el puesto de Héctor aun esta vacío.

¿Estará enfermo?

Sigo mi camino confundida  y me dirijo a las gradas de la cancha de fútbol me siento en una zona alejada  y saco el papel que me dio el director de las medias desdoblo el papel y lo leo.

"No confíes en nadie, nada es lo que parece  todo es una vil mentira, seguramente esta fue nuestra ultima conversación, uno de los dos acabara conmigo y creo que advertirte me hace sentir mejor luego de todo el daño que te provoque lo cual estoy tan apenado que no puedo ni mirarte a la cara,  pero te lo prometo si fuera por mi nada de esto hubiese pasado  pero solo soy un peón mas en este gran tablero de ajedrez"

¿Qué cojones?

Mi cabeza va a explotar en cualquier momento no entiendo que demonios esta pasando.

-No deberías estar sola-dice  una vos ronca a mi lado, casi caigo al suelo del susto, estaba tan metida en lo que estaba leyendo que ni siquiera cuenta me di cuando llego alguien.

Guardo el papel en mi bolsillo y levanto la mirada encontrándome unos penetrantes ojos azules observándome.

Es el mismo hombre del otro día.

-¿Usted quien es?-cuestiono, lo único que puedo ver son sus ojos ya que el resto de su cara esta cubierta por una bufanda.

-Te conviene no saber quien soy-responde yo trago en seco.

Este hombre intimida solamente con los ojos. 

-¿Que quiere?-pregunto sacando valor no se de donde.

-Yo quiero muchas cosas-dice tocando el ruedo de mi falda, como acto de reflejo yo me aparto.

-Me tengo que ir-digo poniéndome de pie lista para irme.

-Karima, Katima, Karima-el saborea mi nombre de manera lenta y calmada- ¿me pregunto que estará dispuesto hacer Paula por su lindo e inofensivo retoño?- su pregunta retorica me dio escalofríos por todo el cuerpo.

-¿Q-que?-tartamudeo sin poder evitarlo.

-Admito que fue difícil dar ustedes-el ríe irónico-Y todo este tiempo estuvieron en mis narices, esos imbéciles son mas listos de lo que creí- Yo retrocedo asustada-tranquila Karima, estoy seguro que estarás mas segura conmigo que con tu amada familia-dice lo ultimo con burla.

-Me tengo que ir-digo apresurada pero el me lo impide tomándome del brazo.

-Tu yo tenemos que ponernos al corriente-anuncia mientras se quita la bufanda del rostro, los ojos casi se me salen de su orbita de tanto que los abro- Sobrina.

Su cara es casi igual a la de mi padre la diferencia es que el tiene una pequeña cicatriz en la mejilla.

-Espero que disfrutes tu pasadía por el país de las maravillas-declara mientras me tapa la boca con un pañuelo que no se de donde lo saco- Esto lo hago por ti  y por Kaydem-es lo ultimo que escucho que el dice luego de sentir sus labios en mi frente.

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