Observo el hermoso lago que hay enfrente de mi la luna se refleja en las aguas cristalinas de este, cerca de este hay un árbol grande y de el cuelgan pequeñas bicicletas, hay muchas y cada una diferente a la otra, todo esta iluminado por luces de navidad que están alrededor del tronco del gran árbol.
Me acerco al árbol con la intención de tocar las hermosas bicicletas que cuelgan de el pero antes de que lo logre una mano toma la mía.
-No-una voz viril y grave me detiene me volteo y veo al chico Adams abro los ojos sorprendida y suelto mi mano de la suya y quito la cinta.
-¡No!- exclama la chica Adams-No lo hagas-le advierte eta a su hermano.
-Bien estoy aquí ¿Ahora que quieren?-cuestiono ignorando el pequeño berrinche de la chica Adams, estoy asustada y agradezco que no se noto en mi voz
Mírale el lado bueno, si te matan al menos vas a morir en un lugar lindo.
-¿Que crees que haremos?-dice el chico Adams colocándose al lado de su hermana.
-Lo mas probable es que quieran cometer homicidio-menciono con desinterés fingida como si no me diera miedo.
-¿Por que crees que haremos eso?-cuestiona la chica.
-No lo se quizás por que me trajeron aun bosque en contra de mi voluntad-replico.
-Buen punto-ella se acerca al árbol y saca una manta de detrás de este-Pero en realidad solo queremos hablar ¿No es así?-lo ultimo lo dice mirando a su hermano quien asiente en respuesta.
Ella abre la manta en el piso y palmea a su lado para que me sienta yo me quedo parada mirándola con inseguridad y su hermano me toma del brazo y me sienta en medio de ambos.
Mente sana, mente sana-repito una y otra vez recordando el sueño que tuve.
-Así que cariño tienes la oportunidad de preguntar lo que quieras-la mirada de los dos sobre mi me hace sentir pequeña.
¿Qué yo quiero saber de ellos? lo único que se me viene a la mente es que no me se sus nombres.
-Lo único que quiero saber en este momento es sus nombres- ellos se sorprende y se miran entre si, como si se estuvieran comunicando telepáticamente.
-Calix-dice la lunática con buen estilo.
-Calix-repito en un susurro-¿Y tu?-me dirijo ahora a su hermano quien me ignora.
-Alguna otra pregunta cariño-yo ruedo los ojos.
-Cariño no es mi nombre, ya basta de decirme así-le digo fastidiada.
-Pero tu papá te llamo así-yo volteo mi cara a su dirección.
-Es un apodo-le aclaro y ella asiente confusa y abre la boca para decir algo pero vuelve a cerrarla.
-No me has dicho el tuyo todavía-me reclama la lunática con buen estilo que ahora se que se llama Calix, cambiándome de tema.
-Tu hermano tampoco-le digo en el mismo tono que ella me hablo.
-Pero yo si así que lo justo es que me lo digas a mi-se defiende.
-Desde cuando te importa la justica-ella iba a hablar pero su hermano se le adelanto.
-Karima-yo abro los ojos sorprendida al escuchar la profunda voz del chico Adams decir mi nombre.
-¿Como sabes mi nombre si jamás te lo dije?-este chico cada día es mas raro.
-Karima-repite su hermana-La verdad es que me gusta mas cariño.
-Aun no has respondido mi pregunta-le reclamo al chico Adams, el solo se encoje de hombros.
Nos quedamos en silencio observando el lago, el frio estaba asiendo que empiece a temblar levemente el chico Adams pone su abrigo de cuero sobre mis hombros, se levanta y se dirige hacia el árbol donde se encuentra una chica que no se de donde rayos salió y se sentó debajo de este con la chica al lado, su mirada estaba puesta en nosotras podía ver el desespero en sus ojos como si no quisiera hacer lo que esta apunto de hacer.
Su hermana se levanta y se sienta junto a su hermano y la chica misteriosa que no se de donde salió, ahora la mirada de los tres esta puesta en mi desde la distancia en la que nos encontramos yo quito mi mirada de ellos y me acurruco mas al abrigo de piel que tengo en mis hombros el olor masculino que desprende es realmente hipnotizante y junto con la vista de la luna reflejada en el lago hace el momento mas inolvidable aun.
Vivir con una psicóloga y una persona que necesita una te enseña a leer las personas en todo momento y estoy mas que segura que la razón por la cual estoy aquí no es para hablar, no se a ciencia cierta que ellos quieren de mi pero por sus expresiones corporales se nota que no es nada bueno.
Los veo discutir a lo lejos y me doy cuenta que no tengo nada que buscar en este lugar, me levanto y dejo el abrigo aun lado y me dirijo al bosque para regresar a mi casa.
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Aquí Empieza El Juego
Short StoryLos locos Adams, al escuchar ese nombre lo primero que te viene a la mente es la película ¿cierto?, pues a mi no, lo primero que me viene a la cabeza es la imagen de mis raros vecinos, llevan mas de veinte años viviendo en el pueblo y nadie sabe s...