Red Thread - Kirinmaru & Setsuna (+18)

TRECE: RECLAMO

Bueno, me dió el arranque antes mencionado aksakjskajksaj y también me dió lástima dejarlos así, por lo que este es el último de esta semana, nos volvemos a leer el lunes sin faltaaaa <3

QUE COMIENCE EL FRUTIFANTASTICO JAJAJA

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-Muéstrame entonces, demonio. -La voz suave de Setsuna lo envolvió como si fuera terciopelo líquido, calidez recorriendo sus extremidades mientras luchaba para que la feroz oleada de placer que estaba crispando sus nervios y autocontrol no hicieran que se descontrolara.

El cuerpo bajo su peso era suave como el mismo pecado, tentador y perfecto. Las cortas respiraciones de nerviosismo que ella daba hacían a su pecho subir y bajar, marcandole aún más la estrecha cintura y la curva preciosa de sus caderas, toda color melocotón ruborizado.

-Mírate, Princesa Hanyo. -Se escuchó ronco y oscuro, mientras una de sus manos acariciaba el muslo de la joven. Ella de inmediato respondió a su caricia, suspirando mientras le ofrecía el cuello. -¿Tu cuerpo está rogando por mí?

Se permitió dejar el control momentáneamente, queriendo poder disfrutar de forma plena el sabor exquisito y el aroma embriagante que le llegó a sus sentidos cuando su boca tomó los labios de la chica. Cata gemido suave y lleno de placer hacía que la sangre le quemara más, provocando su instinto a tomar más que aquellos inocentes soniditos de placer.

-Porque el mío se está despedazando, Setsuna, y tal parece que tu y tu perfecto ser son lo único que me puede mantener unido.

-Dame tu boca... Por favor... -Cada palabra la escuchó dulcemente, recorriéndolo hasta el cimiento de su cuerpo. Esos preciosos ojos, en ese momento marrones cálidos, lo miraban con una necesidad que él jamás había visto latir en absolutamente ningún otro ser. Nunca se había sentido tan afectado por la simple mirada y ruego de una mujer.

-Dime, Setsuna. ¿Dónde la quieres exactamente? -Él se inclinó hacia ella hasta que cada palabra le rozó los labios. Adoró el temblor en la boca femenina, la necesidad de besarlo cuando él se alejó para evitarlo, soltando una risa suave ante su latente necesidad.

Se iba a perder en ella.

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La risa suave y pecaminosa que salió de sus labios le provocó una oleada de intenso placer, mientras la pregunta aún colgaba, obscena, entre ellos. Su sonrisa dejaba al descubierto uno de sus colmillos, sus ojos rasgados en rendijas de placer mientras las marcas de su rostro evidenciaban la necesidad que estaba sintiendo en ese momento.

Impaciente, Setsuna se levantó buscando aquella boca, pero él se apartó para nuevamente dedicarle una atenta mirada a su cuerpo desnudo.

Lo dejó, incluso cuando sintió como se separaba de ella para mirarla con mayor detalle en los puntos que no podía tomar con los ojos cuando estaba encima de ella. Lo dejó cerrando los ojos para ocultar la vergüenza de que alguien más conociera la forma de su cuerpo desnudo, para ocultar también la intensa sensación de presión exquisita que se arremolinaba en su vientre bajo al saber que él la estaba inspeccionando, al añorar las manos de ese hombre en los lugares que ella misma no se permitía tocar.

Pero sus ojos se abrieron, curiosos al escuchar el susurro rasgante de la tela en el silencio nocturno de aquella habitación, donde sólo reinaba su respiración pesada y la necesidad cruda de ambos.

Y al hacerlo supo que no había forma de que diera marcha atrás, las consecuencias ya escritas a fuego en el hilo de su destino.

Kirinmaru estaba desnudo completamente, acechandola como un animal a su presa con pasos suaves. Ella debió levantar ambas piernas, aferradas entre sí para reprimir la sensación de miedo, horror y total excitación que la recorrió de forma placentera cuando sus ojos se posaron sus caderas, donde era duro, grueso y completamente exuberante.