SENTIMIENTO

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-¿De qué color son tus ojos, Reina Setsuna del Este? -La sonrisa que se formó en su rostro fue a penas visible en la penumbra de la noche.

Las sábanas en su cuerpo la abrazaban, su piel desnuda amando el contacto suave y exquisitamente fresco en la noche de intenso verano. Se dió la vuelta, sus ojos buscando el punto desde donde la voz venía a ella.

-¿Están tus sentidos dormidos, Preciosa? -Lo escucho a su espalda, su nuca erizandose por la presencia de él.

-Hazme la pregunta nuevamente, Bestia Tonta. -El rió.

Su risa era oscura, le hizo sentir completamente cautivada, aún resistiéndose a dar la vuelta y mirarlo a los ojos.

-¿De qué color son tus ojos, Esposa? -Ella inclinó levemente su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos del alivio puro que sintió en su cuerpo al chocar contra el pecho del demonio.

-Pronto serán violetas, Bestia. -Las manos de Kirinmaru la jalaron hacia el, ambos siendo arropados por el lecho al caer juntos.

Sus ojos vieron perfectamente en la oscuridad de la habitación, demostrándole que estaba poco tiempo de recuperar el dominio habitual de su sangre. Las garras negras en la mano de piel levemente bronceada hicieron un contaste fuerte y llamativo con su propia piel, pálida y tersa en la abultadisima panza que el estaba protegiendo en ese momento.

¿El estaba ronroneando? Rio suave al sonido que el soltó, ronco y satisfecho al pegarla a su cuerpo.

-¿Sigues siendo mi pequeña humana, entonces? -Sus manos volaron a su espalda, de inmediato tocó la piel de los costados de las caderas de su demonio.

Su Kirinmaru, el demonio que dominaba en el Este, había adoptado la rutina de atormentarla con sus juegos, con sus palabras filosas para hacerla caer en una discusión que siempre terminaba con ella riendo.

Con sus manos fuertes acariciándola.

-¿Es que no me quieres Híbrida, Kirinmaru? -Le hizo pucheros, de inmediato sintiendo sus dedos acariciarle la piel del rostro.

Suspiró, la suave garra rozando la piel de sus labios.

-Te quiero, te necesito y te adoro por completo, pequeña Hanyo preciosa. -Sus párpados cerrados temblaron, sus labios se separaron cuando lo sintió morderle el cuello con cuidado. -Eres un milagro, la dureza de tu sangre intensamente poderosa y la suavidad de tu corazón palpitante te hacen imposiblemente perfecta, Setsuna.

La mano en su vientre le acarició la piel suavemente, el dedo que estaba jugando en sus labios se adentró en la calidez de su boca.

Cuando el quito en dedo del lugar donde ella estaba jugando con el contra su lengua, lo sintió besarme la base de su nuca desde la espalda.

-¿Pensabas lo mismo hace unos años sobre los Hanyo, Rey Decadente? -Lo vió entre sus ojos semiabiertos, vio como el acercaba a su boca el dedo que ella había lamido, cómo lo probaba con deleite.

-Lo pienso desde que te vi luchando a lo lejos hace poco más de un año. ¿Recuerdas ese momento, Setsuna? -Ella se inclino más hacia atrás, dejo que el tuviera acceso a cara, entre abrió los labios, suspirando. -Tu porte elegante sobre tu dragón, imponente con tus ojos violetas completamente fríos.

Estiró una mano hacia el, jalandolo para que por fin sus labios chocarán con los de ella, necesitando sentir que la besaba y que la dejaba absorber su alma.

Su lengua trazó el borde de sus labios, de inmediato el respondiendo a sus caricias, permitiéndole que fuera ella quien lo besara a el, ella quien jugara a jalar sus labios entre besos y que buscara la danza suave con su lengua.

Red Thread - Kirinmaru & Setsuna (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora