VEINTIUNO: ENFRENTAR LA VERDAD

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Su mente aún daba vueltas a las sentidas palabras que él le había dicho. Aún intentaba comprender a qué se refería con aquellas palabras enigmáticas, que tanto le habían dicho sin decir absolutamente nada, en realidad.

Dos noches habían pasado desde esa muestra de vulnerabilidad. A la mañana siguiente, Kirimaru había amanecido aún sobre su pecho, aferrándose a ella, y Setsuna no había podido más que acariciar su cabello, siendo de repente consciente de muchas cosas pequeñas que antes había desconocido.

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"El rostro del demonio, perfectamente cincelado se encontraba contra la piel de uno de sus pechos, ambos brazos aferrándola mientras era el calor de su cuerpo lo que a ella la cobijaba del frío. Sus manos se enterraron en el sedoso cabello de el sin siquiera notar lo que estaba haciendo en lo absoluto.

-Podría morir aquí. -su voz resonó contra su pecho, dónde el escondió el rostro y beso su piel.

Setsuna se estremeció, sonriendo levemente.

-Prefiero que nadie muera sobre mi, muchas gracias. -El levantó el rostro, sus ojos absolutamente verdes la miraron con un miedo parecido al que había visto antes, en el baño. Pero el lo reprimió.

-Déjame vivir aquí entonces, Setsuna. -Se levantó, atrapándola con su cuerpo por completo. Su rostro estaba pegado al suyo, sus ojos la observaban casi con un halo de devoción en el intenso verde. -Déjame vivir contigo en la más cruda vulnerabilidad.

La boca del demonio la besó con dolor contenido, ella podía sentirlo abriendo cada defensa que lo mantenía alejado de todos para ella mientras le entregaba sus labios a todo lo que ella quisiera de él. ¿Qué le había pasado a aquel demonio orgulloso? ¿Qué debía hacer con el ahora?"

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Ahora, mientras avanzaba rápidamente entre los árboles aferrando fuertemente su arma sentía claramente la conexión que los unía, latía haciendo que ella estuviera ansiosa por volver a su lado, por no alejarse demasiado y mantenerse ahí, vigilando su arrogancia. Ahora podía entender mínimamente el como se sentía su madre cuando Sesshomaru abandonaba el palacio, siempre por corto tiempo y solo si era necesario.

Ahora comprendía, aunque fuera muy poco, la gran necesidad que los mantenía a ellos fuertemente unidos.

La aldea en la que vivió un tiempo siendo pequeña se abrió ante sus ojos, llena de nostalgia y acogedores sonidos de vida. La presencia de su prima estaba errante entre los árboles, la energía de su tío se encontraba a su lado, mientras que todo el ser espiritual que los rodeaba era, obviamente, de la poderosa sacerdotisa.

-¡Setsu! -La voz familiar se elevó en el aire, las personas aledañas dentro de la aldea la voltearon a ver de inmediato, algunos sonreían, otros la miraban con extrañeza absoluta.

Moroha se abrió paso con su rostro sonriente, corría hacia ella vestida con las familiares ropas de sacerdotisa y un arco en sus manos.

-¿No puedes dejar de gritar, Moroha? -La alegre cuarto demonio se plantón frente a ella.

Su compañera de aventuras y batallas la miraba con ojos atentos y curiosos, sus pupilas se dilataron al olfatear levemente más profundo que lo normal.

-¿Puedes dejar de ser tan amargada? -Ella notó de inmediato el cambio en el tono de voz en Moroha.

¿Cómo iba a mantener la compostura al terminar ese día?

-Jamás contigo, Niña molesta.

-Tenemos la misma edad, tonta. -Ella siguió avanzando, buscando la cabaña que era de su madre y que ella usó por un poco de tiempo.

Red Thread - Kirinmaru & Setsuna (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora