NUEVE: CARNAL

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-¿De qué está hablando? -Moroha pareció debilitada. Ella solo podía verlo todo rojo.

La mano de su hermana se aferró a la suya, pero no se vió capaz de devolverle el apretón tranquilizador que ella le estaba demandando silenciosamente. La risa se sintió nuevamente en el ambiente, movida por la brisa mientras el total caos que había en la aldea desaparecía como si nunca hubiera estado ahí. La única prueba de que todo fue real era el fuego y ruinas, que persistían.

Persistían como el mismo fuego que ella sintió arder en su interior.

Ella había pasado por diversas situaciones, desde pensar que su padre había dejado morir a su madre siendo apenas una niña, hasta ser usada como un arma. Ella había sufrido, había sentido la ira en su interior, pero jamás había recriminado los pasos que debió dar en su vida luego de comprender que todo había pasado por algo. Que así debía ser para que al final pudiera obtener la familia que tanto deseaba.

Ella había aguantado, sin siquiera sentirse mal mínimamente.

Pero ahora, el malestar en su pecho no era normal. No se parecía a nada que hubiera experimentado antes, y le hizo recordar un día, mientras acompañaba a su madre paseando descalza por los patios del palacio.

***

"-Ven conmigo, mi Setsuna. -La voz suave y melodiosa de su madre la llamó, ella se encontraba caminando hacia el salón donde se suponía habría una reunión para plantear la seguridad en palacio, ahora que su madre estaba cercana a dar a luz.

Pero ella no podía negarle nada a esa mujer, Hanyo, pero nacida humana.

La mano delgada y delicada de su madre estaba extendida hacia ella, y Setsuna se apresuró para no hacerla esperar más. El aspecto frágil que reinaba en Rin era una fachada. Ella sabía que su mamá podía con cualquier mal.

-¿Me necesitas, Madre? -Tomó su mano, dejándola solo a ella sentir su vulnerabilidad. Bajando la guardia solo para sus ojos.

-Camina conmigo. Mis pies comienzan a ser un impedimento para moverme, y quiero aprovechar que tu papá está ocupado y no querrá venir a cargarme. -Rin se rió suavemente, y Setsuna sintió una punzada extraña.

¿Cómo había hecho ese demonio, conocido universalmente como despiadado, para ganarse el favor de su madre? El la adoraba visiblemente, pero no lograba entender del todo que hacía que ella también lo hiciera.

Cómo si su madre pudiera leerla, le sonrió suavemente mientras caminaban lento entre la hierba.

-El siempre ha sido un ser amable. -Su madre parecía ida, reviviendo momentos en su cabeza que no iba a revelar. -Esas son las únicas palabras que saldrán de mi boca cuando me refiera a él. También comprendo bien a quienes digan que no lo es. -Rin se frenó frente a ella, mirándola directamente a los ojos. -Pero la crueldad que corrió por su mano, en gran mayoría, fue por ayudar a su medio hermano, y cuidar de mí.

-No sé porque querría saberlo, Mamá. -Ella quería parecer despreocupada, pero no podía esconderse de los ojos curiosos, sabios de aquella jóven mujer. Rin le tomó ambas manos, acercándose hasta que ella casi rozaba su abultado vientre.

-Porque debes comprender que las ama. Las amó el día en que supo de su existencia, las amó cuando nacieron y debió esconderlas para que nada las tocara. -Los expresivos ojos de su madre comenzaron a llenarse de lágrimas, y ella se sintió caer en el sentimiento también. -Las lloró sin lágrimas cuando creyó que Towa había muerto al no poder encontrarla, y cuando te hizo sufrir quitando tus sueños para que yo pudiera mantenerme en los míos.

Red Thread - Kirinmaru & Setsuna (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora