Red Thread - Kirinmaru & Setsuna (+18)

CUARENTA Y TRES: REINA

PRIMERO QUE TODO! Quiero pedir disculpas, se que he demorado demasiado, pero juro que no he tenido el tiempo que querría para poder escribir :( y cuando no me siento satisfecha con como quedó algo simplemente lo borro y vuelvo a hacer :( perdón

Juro solemnemente que jamás dejaría algo inconcluso, por lo que aunque me cueste sigo escribiendo con amor y cariño a ustedes 💖💖❤️‍🔥❤️‍🔥

Ahora sí! ¡PENULTIMO CAPITULO! No fui capaz de terminarlo todo en este, me falta el descenlace tierno, romántico, satisfactorio (y puede que también algo 🔥🔥)

El 44 será el último, y espero poder subirlo este fin de semana ❤️ les agradezco mucho su paciencia

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Esposa era un termino que el no había escuchado mucho en sus propias tierras, por todo el tiempo que había vivido hasta ese momento. Estaba seguro que era algo mucho más usado en las tierras aledañas, donde la sangre de Toga dominaba por sobre todos, mostrando su superioridad aún cuando él mismo había tomado una “Esposa”.

Su hijo, luego de él, también pronunciaba sin tapujo aquella palabra a la humana convertida que era su compañera, la mujer madre de la chica que ahora mismo hizo que todo su cuerpo se tensara por necesidad de protección también era llamada una “Esposa”.

Esposa era una palabra que el no hubiera usado para llamar al ser que dominara su existencia por completo, reclamandolo como su compañero y llenandole la vida de la necesidad sorda que él mismo había experimentado. Pero ahí estaba, justo en ese momento.

Ella era su esposa.

El dolor que lo invadió fue mucho más de lo que el podría haber pensado jamás. Sentía cada palpitar de su maltrecho corazón bombeando sangre vuelta fuego, los ojos ardieron mientras ni siquiera era capaz de ver al demonio que conocía tan bien, que había intentado tomar su reino, había puesto a la que reconocía como su compañera, “Esposa”, en aquella situación que lo hacía perder el control.

Las manos le ardieron ante el conocimiento de lo que estaba por pasar, la necesidad de tocar el rostro surcado de lágrimas lo hizo temblar, su brazo estirado mientras ignoraba las risas burlones de Toru en el fondo de su cabeza, un gruñido escapándose entre sus dientes cuando comprendió que no podía sentirla.

Su energía lo rechazaba, crispada en el inmenso dolor que podía sentir sincronizado con su propio cuerpo, el sufrimiento de ella desbordándose hasta darle el último empuje que necesitaba para dejarlo ir todo.

Nada tenía que perder, si ella estaba en esa situación, después de todo.

Sólo podía ganar.

Liberó toda su energía con un gruñido enfermizo, su cuerpo transformandose y tomando el mismo ritmo del latido de la mujer de rodillas, aferrada a la nada mientras lloraba acunando el muñeco contra su cuerpo, su dolor palpable en la oscuridad de la maldita ilusión en la que ese ser despreciable la mantenía inmersa.

-Perdón, se me pasaba por alto que ella hizo que ya no seas capaz de recordarla. -La burla lo golpeó.

¿Había Sido aquella criatura, preciosa y única, la que había hecho que no fuera capaz de recordar cuántas veces había despertado con su precioso rostro a su lado?

No le cabía duda alguna, ella hacia vibrar su cuerpo como nunca nadie había hecho jamás, el podía sentir incluso cada movimiento involuntario de sus músculos, cada sentimiento avasallador llevado por su cuerpo debido a su corazón frágil, humano, pero poderoso. El la sentía.

¿Por qué ella querría romper lo que el sabía habían tenido?

De sus manos emergió el dolor que ella sentía, la desesperación que a él lo movía, y le envío un ataque de energía tan grande que el mismo sintió un trozo de su vitalidad irse en ese segundo, en ese momento. La iluminación que causó le hizo brillar las lágrimas a la mujer, lo hizo ver exactamente dónde se encontraba el ser cobarde y asqueroso, y con la mano firme lo enfrentó.