Eternamente (Rogue x Gambito) X-Men

43. Nuevo integrante

Rogue POV:
Pasaron tres años desde que Gambito desapareció en aquella explosión, no sabía si estaba muerto pero poco a poco me fui convenciendo, de no ser así me gustaría creer que el me hubiera buscado.
La muerte de Pyro me perseguía constantemente, las pesadillas sobre ello cesaron con los años pero aún dolía. Se perdió mucho en esa explosión pero aprendí a sobrevivir.

Tuve que despedir a varias personas de la Mansión, mi hermano por ejemplo, quien decidió vivir una vida tranquila y viajar por el mundo, venía una vez al mes a verme y algunas veces se quedaba semanas conmigo, me traía souvenirs de sus viajes. La mayoría de nuestros amigos se fueron, pero aún quedábamos muchos que decidimos ser parte de los X-Men y ayudar en el crecimiento de la escuela, ayudar a los chicos.

- Buen día Rogue. - me saludo Coloso al bajar al área común.

- Buen día. - le sonreí amablemente - ¿Tienes la lista de los chicos que se inscribieron a mi clase? - decidí cubrir el lugar que Logan dejo impartiéndole a los chicos Historia del Mundo, para mi sorpresa después de tomar la droga mi mente evoluciono haciéndome fácil aprender y retener la información.

- Si, justo está aquí. - me entrego dos hojas llenas de nombres - Eres la maestra favorita. - sonrió gustoso.

- Bueno, el deber manda. - reí - Nos vemos luego Coloso.

Coloso y yo nos quedamos encargados de la Mansión,Hank y Storm nos apoyaban al inicio del semestre y después se iban, tenían una vida. Nosotros impartíamos el papel de profesores, consejeros y amigos, adoraba a mis chicos, adoraba mi nueva vida, aprendí a adorarla.

Caminaba a mi primer clase del día, trabajaba 5 horas seguidas dándoles clases, no se me hacia tedioso, al contrario, estar con los chicos resultaba muy divertido, conocerlos era mi parte favorita de todo, pero añoraba hacer algo mas con mi vida, ni siquiera salí al mundo después de graduarme, me sumergí de lleno a la Mansión, me sentía con el deber de mantenerla a flote después de que todos se fueran, no era mi deber, pero igual no tenía otro lugar a donde ir o una persona a la cual seguir.

- Y esos fueron los acontecimientos de 1975. - apunte a la pizarra - ¿Alguno tiene duda?

- Rogue, buen día. - Coloso entró al salón interrumpiendo mi clase - Lamento interrumpir pero alguien te busca. - me miro emocionado.

- Oh, gracias Coloso. - le sonreí, este salió - Bien chicos, terminaremos por hoy, pueden irse. - los chicos se levantaron dejando el salón vacío.

Tome mis cosas y salí al pasillo, Coloso me informó que estaba en las escaleras principales esperando por mi, no mencionó quien pero mis manos comenzaron a sudar bajo mis guantes. Llegue rápidamente pero no pude divisar a nadie, busque entre el pasillo cuando unas manos cubrieron mis ojos, se sentía frío.

- Adivina quien soy. - dijo una voz suave que al instante reconocí.

- ¡Kurt! - grite emocionada girándome y abrazándolo fuerte - ¿Pero como? ¿Cuando? ¡Que gusto verte! Te extrañe demasiado. - un par de lágrimas cayeron sobre mis mejillas, abrazarlo era como estar de nuevo en casa.

- También te extrañe hermanita. - nos separamos, llevaba una gran mochila consigo, saco de esta una caja negra - Toma, un souvenir de Paris, supuse que te gustaría.

- Siempre me llenas de regalos exóticos. - tome la caja emocionada, la abrí y dentro de esta estaba la mas hermosa bola de cristal con la torre Eiffel dentro, al agitarla la nieve brillosa la rodeaba - Kurt, es hermosa, una más a mi colección, me encanta gracias. - volví a abrazarlo fuertemente - Ven, vamos a acomodarte en mi habitación.

Al irse Logan, y convertirme en profesora, me quede con su habitación, estás son más grandes, ser de la docencia tienen ese privilegio, además de que tienen su propio baño, lo cual es perfecto. Cuando Kurt volvía usualmente se quedaba en mi habitación, dormía en mi cama y yo en un cómodo sillón que acondicioné para que cupiera en la recámara.
Entramos, dejo la mochila en el piso y brinco a la cama, acomode la esfera en mi repisa, ahí tenía una gran colección de todas las esferas que Kurt me había traído de su viajes, está era la numero 15.