—En general, el duelo tiene cinco etapas, pero estoy segura de que ya has hablado de esto con tu anterior terapeuta —dijo, contando con los dedos. —Negación, ira, negociación, depresión y aceptación. ¿Estás familiarizada con esos términos? — Abrió su cuaderno y cruzó las piernas, hundiéndose en su silla Eames de cuero blanco.
Jennie estaba sentada en una silla similar, frente a Theresa en su acogedora consulta del centro de la ciudad. La habitación estaba llena de vegetación y estaba pintada en colores amarillos suaves, dándole al espacio una atmósfera tranquila y alegre. Theresa estaba en los cincuenta años, supuso Jennie. Su pelo era de color rubio natural, cortado hasta los hombros, y se le veía una pequeña cantidad de gris en las raíces. Llevaba pantalones negros, una blusa blanca de seda y sus gafas cuadradas eran de montura negra, enmarcando ojos azules y amables. Le había llevado dos semanas conseguir una cita y hubiera tardado más tiempo si su asistente no hubiera llamado varias veces al día para ver si había un espacio disponible.
—Sí, he trabajado eso en mis sesiones con el doctor Matthews.
—Eso está bien. Por lo que deduje de nuestra breve conversación, pareces estar atrapada en tu etapa de depresión. — Theresa le dirigió una cálida sonrisa. —Y eso no es anormal de ninguna manera. Mucha gente pasa por lo mismo.
—Sí, también hablamos de eso —dijo, preguntándose en silencio cómo Theresa podría marcar una diferencia mayor que el doctor Matthews. Sin embargo, de verdad se sentía más a gusto con ella, así que decidió darle una oportunidad.
—Bien, es bueno saber que todos vamos en la misma dirección. —Theresa apretó el tapón del bolígrafo un par de veces. —Voy a ser honesta contigo, Jennie. Tu depresión parece severa, pero como ha quedado probado por tus acciones recientes, estoy segura de que eres consciente de ello. Como me has dicho que nunca antes has sufrido depresión, vamos a trabajar bajo el supuesto de que es algo circunstancial y, de hecho, relacionado con la muerte de tu hermana. Ya sé que esto puede parecerte obvio, pero es importante que establezcamos esto para que yo pueda tratarte en consecuencia.
—Si usas el alcohol como medio para cualquier cosa que no sea un divertimento ocasional, entonces, técnicamente, hay un problema —dijo Theresa. —Así que, en tu caso, abstenerse de ello sería lo mejor. Y también creo que deberías ocuparte tú de hacer la compra —continuó. —Es algo en lo que concentrarte además del trabajo, incluso si lo haces por internet. Son las pequeñas rutinas como estas las que pueden marcar una gran diferencia. Trabajos indiscriminados que no te absorben demasiado, lo que te distrae del proceso de curación sino que te devuelven a la vida. Como estás bastante aislada, también te aconsejaría que salgas a dar un paseo todos los días. No tiene que ser largo o ir lejos, un paseo corto está bien. El objetivo es que salgas y hagas algo activo.
— Salir no es tan fácil para mí. —Se mordió el labio. —Si no estoy en mi coche, siempre tengo miedo de ser reconocida. Solía tener un guardaespaldas pero lo dejé ir después de aislarme más del público. Preferiría no emplear a otro nuevo, siempre lo sentí como una invasión de mi intimidad.
— ¿Alguna vez salías a dar paseos tú sola antes de morir tu hermana?
— Sí —admitió. —No a menudo, pero algunas veces. A mi cafetería local o a un restaurante cercano. Pero me he mudado desde entonces.
— Entonces esto es simplemente tu ansiedad portándose mal. Intenta encontrar una nueva cafetería local favorita. Si es demasiado, siempre puedes llamar un taxi para que te lleve a casa ¿o quizás tienes un chófer que te pueda recoger?
— Tengo un asistente nuevo. Podría pedirle que viniera conmigo. La protección no forma parte de su trabajo pero creo que me sentiría relativamente segura con él y definitivamente más cómoda que con un tío cuadrado en traje con su aliento en mi cuello todo el tiempo. Raphael parece agradable aunque no lo conozco muy bien.
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Mar De Amor [Jenlisa]
FanfictionEl segundo aniversario de la muerte de Helena había parecido una fecha adecuada, hacía dos noches, cuando condujo sin rumbo, desesperada por alejarse de su vida. Playa Anmok Beach era el lugar más tranquilo que había podido encontrar entonces, y aho...