Mar De Amor [Jenlisa]

31

— ¡Lisa! —Gritaba Jisoo mientras llamaba al timbre tres veces antes de que Lisa tuviera la oportunidad de abrir.

— Hola cariño, ¿qué estás haciendo aquí?

— Lo siento, sé que es tu día libre. —Jisoo abrió más la puerta y entró. —Solo tenía que hablar contigo cara a cara, considéralo un largo descanso para comer.

— Me da igual cuándo y cuánto duran tus descansos para comer, ya lo sabes. —Lisa la miró con curiosidad. —¿Estás bien?

— Sí, estoy bien. —Jisoo miró por la habitación y bajó la voz. — ¿Estás sola?

— Sí, ¿por qué? —Lisa la estudió, ligeramente divertida. Sabía que no era nada serio y, además, Jisoo entraba así de forma habitual. —¿Café? —Se dirigió a la máquina de café y les hizo uno a ambas.

— Gracias. —Cogió la taza y se apoyó en la encimera de la cocina, suspirando con dramatismo, como si no pudiera sostenerse en pie. —Estoy muy estresada ahora mismo, Lisa.

Lisa tomó un sorbo de su café.

— ¿Estresada sobre qué? ¿Es la boda?

— No. En realidad sí. —Levantó la mirada con un pánico fingido en sus ojos. —Jennie Kim va a venir a nuestra boda.

— Lo sé. Creía que querías que la llevara.

— ¡Y quiero! —La voz de Jisoo subió un tono. —Pero nunca esperé que pasara y ahora que la vas a llevar de verdad, me aterra que no lo pase bien.

Lisa se rió entre dientes y le dio un abrazo a su amiga.

— Jisoo, es tu día, no el de Jennie. Solo va acompañando y si no te sientes cómoda con que ella esté allí, se lo diré y ella lo entenderá.

— Nooo... —Sacudió la cabeza. —No, no, no, no, no. Quiero que vaya pero siento esta terrible presión de que necesito impresionarla. ¿No lo entiendes?

Lisa se la quedó mirando fijamente, intentando ponerse en el lugar de Jisoo. Se dio cuenta de que, aunque Jennie era solamente Jennie para ella, claramente Jisoo la tenía en un pedestal, como millones de personas en el mundo.

— ¿Te sentirías mejor si pudieras conocerla antes? ¿Podríamos cenar aquí y podrías traer a Rose?

— ¿En serio? ¿Crees que ella haría eso?

— Sí. Está en mi casa la mayoría de las noches de todas formas. Estoy segura de que le encantaría conoceros.

Jisoo asintió lentamente, como si casi no pudiera creérselo.

— Supongo que eso ayudaría... —Se mordió el labio y jugueteó con el anillo de su nariz. —Vale. Bueno, ¿cuándo lo hacemos? ¿Qué me pongo? ¿Qué traemos?

— ¿Qué tal el viernes? —sugirió. —Jennie no está trabajando ahora pero le preguntaré por si acaso y te lo digo esta noche. No hace falta que traigáis nada.

— El viernes nos viene bien. —Ambas se giraron hacia la puerta cuando se abrió.

— Cariño, ya estoy en casa —canturreó Jennie mientras entraba con una enorme caja de cartón. —La tienda web donde pedimos esto no podía hacer la entrega esta semana, así que Raphael y yo fuimos a recoger los juguetes a la tienda. No puedo esperar a que los veas. —Dejó caer los productos al suelo y levantó la vista, sorprendida cuando vio a Jisoo. —Oh, hola. Eres Jisoo, ¿no? — Se acercó a ella, que estaba clavada en el suelo, y le dio un beso en cada mejilla. —Encantada de verte otra vez. Espero que Lisa te haya dicho que tomé prestada tu ropa de yoga. ¿Te la devolvió? De verdad espero que no te importara.