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— Aquí tienes. —Lisa se cerró el albornoz antes de salir al porche con dos tazas de té de camomila. Era casi medianoche y la playa estaba desierta. Los paparazzi no habían estado por allí en dos días, lo que les había permitido sentarse fuera. La noche estaba oscura y el sonido tranquilo de las olas era tan relajante que no se había molestado en poner música. Le encantaba estar aquí, y le encantaba tener a Jennie aquí también. Ahora, se sentía tan natural que ya no podía imaginarse su vida sin ella. No habían hablado de arreglos formales. En cambio, Jennie había estado trayendo lentamente más y más ropa, zapatos y artículos de baño, discretamente colocándolos en uno de los estantes menos llenos del ropero de Lisa.

Lisa puso los pies en la barandilla del porche, dichosamente relajada y feliz después de dos horas de haber estado "celebrándolo" en la cama.

— Gracias —dijo Jennie con voz dulce. Tomó con cuidado un sorbo de su té. —¿Sabes? Olvidé decirte que el estreno de Spring's Promise es dentro de tres semanas.

Lisa frunció el ceño, recorriendo mentalmente los proyectos de los que Jennie le había hablado. — ¿Esa es la que terminaste el año pasado? ¿La realmente cursi sobre la princesa encubierta?

Jennie rió entre dientes.

— Sí. No es el trabajo del que esté más orgullosa pero espero que sea un éxito y me estaba preguntando si te gustaría ser mi invitada.

— ¿Tu invitada? ¿Como si fuera tu cita? —Lisa la miró con sorpresa. —Es un evento masivo, Jennie. Sabes que llevarme como tu cita confirmaría los cotilleos, ¿verdad?

— Lo sé. —Jennie le cogió la mano y la besó. —Pero ya es hora.

— Bueno... en ese caso, por supuesto que iré contigo. Sería un honor para mí. —Sonrió. —Pero no voy a ponerme un vestido.

— No tienes que ponerte vestido. Puedo pedirle a uno de los estilistas con los que trabajo que te encuentre un esmoquin bonito si quieres. —Sugirió. —Pero tienes que dejar de sonreírme de esa manera tan sexy porque solo me dan ganas de saltar encima de ti otra vez y no puedo ni pensar con claridad. —Sintió otra oleada de excitación ante el brillo en los ojos de Lisa mientras extendía una mano y la ponía sobre el muslo de Lisa. —¿Qué es esto? — preguntó cuando sintió algo en el bolsillo de su albornoz.

— Oh, se me olvidó. Esto estaba en el felpudo ahora mismo. —Lisa sacó un sobre del bolsillo y se lo entregó.

Jennie frunció el ceño.

— Es raro. Mi correo va normalmente a mi apartamento o a Tom.

— No lo vi antes y no tiene sello. Alguien debe haberlo dejado ahí.

— Hmm... —Jennie lo abrió y desplegó la carta escrita a mano. Su sonrisa se desvaneció inmediatamente cuando se dio cuenta de quién era. —Mierda, es de mi madre. Debe haber averiguado dónde vives y que yo estaba aquí. —Contempló la posibilidad de romperla pero cambió de idea y la leyó. Después de terminar, la tristeza que Lisa no había visto en mucho tiempo volvió a su mirada.

— ¿Está todo bien?

— Sí, supongo que sí. —Jennie le dio la carta y Lisa la leyó.

"Querida Jennie,

Ya no sé qué hacer. Durante un año, he estado esperando y rezando para verte de nuevo, pero después de habernos encontrado en el Palm Garden, me he sentido más sola que nunca. Perder a una hija fue, y lo sigue siendo, un infierno, pero haberte perdido a ti también ahora es algo que no puedo soportar.

Entiendo por qué ya no quieres verme. He traicionado tu confianza más de una vez y he sido una madre y una mánager terrible. Entiendo también que estés enfadada por los diarios de Helena, pero necesito que sepas que nunca los cogí por el dinero, dinero que doné a la amiga de Helena que sobrevivió al accidente y que está todavía en rehabilitación. Tú y Helena siempre fuisteis el centro de mi universo y todo lo que siempre quise fue que el mundo viera lo especial que erais las dos. Ahora sé que fui demasiado lejos, fue un error no permitiros tomar vuestras propias decisiones en vuestras carreras y que siguierais vuestros propios caminos. Sentí que no llegué a conocer a la verdadera Helena hasta que leí sus diarios. Siempre estuvo tan unida a ti, pero desde que se mudó a Nueva York, me evitó sobre todo a mí y, aunque no puedo culparla por eso, solo quería llegar a conocerla. Cuando te vi con esa mujer, que supongo que es tu novia, mostrando estar enamoradas y felices juntas, me di cuenta de que tampoco te conocía. Siempre te dije qué hacer, en vez de preguntarte lo que tú querías. Así que te pido ahora, por favor, déjame conocerte, solo como tu madre. Si no quieres volver a verme, respetaré tu decisión. Espero que hayas podido recuperarte después de perder a tu hermana y espero que encuentres la felicidad con esa mujer de la que parece que estás totalmente enamorada.

Mar De Amor [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora