Lisa no podía dormir después de que Jennie se hubiera ido. Eran casi las 2 de la mañana y todavía estaba mirando fijamente el techo, pensamientos y arrepentimientos llenando su cabeza. No debería haber admitido su atracción por Jennie, pero se había quedado completamente desconcertada por su confesión. Apenas había podido mirarla cuando estaban sentadas en el sofá juntas, porque cada vez que lo hacía, se le cortaba la respiración, y se sentía atraída hacia la boca de Jennie como si no tuviera control sobre ello. Su breve conversación, insinuando que había algo entre las dos, había evocado fantasías que era mejor que tuviera sola, y rápidamente había rechazado esos pensamientos allí mismo y en ese mismo momento. Un pequeño flirteo inocente era una cosa pero esto era otra historia completamente diferente.
Se sentía protectora de Jennie de una manera que no lo había sido nunca con nadie. Quizás porque le había salvado o quizás simplemente porque Jennie no tenía a nadie más que mirara por ella y no quería arriesgarse a romper el vínculo de confianza que se había formado por evaluar si había algo más entre ellas.
No estaba preocupada solamente por Jennie; también por ella misma.
Jennie le hacía sentir cosas que no podía explicar, y ya no era tan fácil dejar los sentimientos a un lado. Lisa no quería ser un experimento porque sabía que con Jennie sería imposible volver a ser lo que eran antes una vez hubieran cruzado esa línea. Pero ahora que estaba sola, resultaba aún más difícil no imaginar cómo se sentiría besarla y rozar sus labios a lo largo de su delicado cuello.
"No pienses en ello, Lisa. No va a pasar nunca."
— Estás súper sexy, Jennie—dijo Kai con una sonrisa de satisfacción antes de dar un bocado a su hamburguesa gourmet. —Esperaba que te eligieran a ti —continuó con la boca llena de comida.
— Gracias. Tú estás... —Jennie se devanó los sesos, buscando las palabras apropiadas. —Tú pareces bastante interesante.
El maquillaje le picaba, los tacones eran incómodos, y el traje negro le estaba demasiado ajustado y revelaba demasiado para su gusto, pero su estilista había insistido en que era el look perfecto para una primera cita. Había sido tan feliz vistiendo ropa de yoga últimamente que casi había olvidado cómo se sentía el estar vestida como un árbol de navidad. ¿Qué estoy haciendo? Estaba molesta por estar malgastando su tarde libre con Kai, pero se reconfortó al pensar que terminaría el rodaje en dos semanas. Y entonces tendría todo el tiempo del mundo para su nuevo pasatiempo favorito, Lisa.
Había habido una extraña tensión entre ellas después de haber salido del armario ante ella. La forma en que Lisa la había mirado era diferente ahora, como si se diera cuenta de que la oportunidad estaba ahí, sin embargo, Jennie sabía que nunca haría un movimiento a menos que dejara muy claro que lo quería y que estaba preparada.
Jennie intentó analizar la atracción entre ellas. No era solo un tipo de cariño profundo, combinado con la atracción física mutua; estaba segura de eso. Era también muy sexual. Lo podía sentir en cada nervio, y si era honesta consigo misma, lo había sentido durante semanas. Era difícil estar centrada en nada cuando no podía dejar de fantasear sobre cómo sería besar a Lisa, verla desnuda, tocarla...
— ¿Jennie? —la voz de Kai la despertó de sus pensamientos eróticos.
— Disculpa. —Jennie fingió una cálida sonrisa, consciente de los fotógrafos que les estaban observando desde fuera a través de la ventana.
Habían pasado más de dos años y medio desde la última vez que había hecho esto, y estaba un poco fuera de práctica. O quizás es que simplemente estoy distraída.
— ¿Qué has dicho? — Intentó quitar el polvo de oro del pan de su hamburguesa de salmón y se maldijo cuando se le quedaron pegados a los dedos.
— He dicho que mi nueva película saldrá pronto. Es fantástica — presumió Kai. —Estoy seguro que has visto el avance.

ESTÁS LEYENDO
Mar De Amor [Jenlisa]
FanfictionEl segundo aniversario de la muerte de Helena había parecido una fecha adecuada, hacía dos noches, cuando condujo sin rumbo, desesperada por alejarse de su vida. Playa Anmok Beach era el lugar más tranquilo que había podido encontrar entonces, y aho...