—Narra Jennie—
Jennie miró su vestidor, sintiéndose realizada. Todo estaba perfectamente organizado; los calcetines y la lencería en los cajones, los pantalones vaqueros en una repisa, bajo las camisetas y las sudaderas. Los rieles de las prendas que colgaban y abarcaban tres de las paredes de la habitación estaban organizados también; los vestidos, faldas, blusas y chaquetas blazer estaban puestas por color. Los zapatos estaban en las repisas superiores, y los escalones se mantenían debajo del espacio vacío donde acababa de elegir un par de zapatillas. Los complementos estaban almacenados en recipientes de plástico, apilados en una esquina de la habitación y había colocado con cuidado las joyas en una caja de cuero delante del espejo alto que se alzaba detrás del moderno tocador blanco al lado de la puerta. Los bolsos todavía estaban en el suelo y no sabía dónde ponerlos, pero se hizo una nota mental para pedir más cajas de almacenaje. Tampoco es que tuviera falta de espacio. Lo había hecho ella todo esta vez, organizándolo tal como quería, e incluso se sintió orgullosa cuando echó un vistazo a la habitación, buscando algo que ponerse.Jennie no había podido dormir intentando abstenerse de tomar pastillas para dormir, había venido aquí y había trabajado durante la noche. En realidad no había hecho esto antes; sus asistentes siempre se habían ocupado de ello, pero le gustaba mucho más su propio trabajo, decidió. Y ahora, ¿qué me pongo? No rodaban hoy y, aunque Jennie no se sentía como para atreverse a salir, el insistente recordatorio de Theresa siempre estaba en su mente, diciéndole que se vistiera e hiciera algo, hacer que cada día fuera un día "normal". Así que se había tomado un café, había desayunado y había disfrutado de una buena ducha después de haber trabajado en su armario y ahora se sentía tranquila y serena.
— Ahí vamos otra vez —se murmuró a sí misma mientras, de manera automática, cogió la sudadera roja que Lisa le había dado. Se la había puesto muchas veces y todavía no la había lavado y se preguntó por qué sentía la necesidad de seguir poniéndosela.
Había algo reconfortante en la gastada prenda que estaba deshilachada en los bordes de la capucha y rasgada en el dobladillo de las mangas, que casi sentía como que se ponía un escudo protector. Quizás era el ligero aroma a cítrico de Lisa que todavía quedaba en la tela o el suave tacto sobre su piel o quizás era simplemente el hecho de que no tenía ningún otro tipo de ropa informal. Todo lo demás en su armaruo era o incómodo o le hacía sentir expuesta de una u otra forma y eso no ayudaba mientras estaba intentando integrarse.
Los últimos seis meses con Theresa habían sido realmente duros, pero había merecido la pena. Ahora estaba en ese punto donde podía hablar de Helena sin sentir el deseo de estallar en lágrimas cada vez que decía su nombre. Algunos días eran más fáciles que otros, pero, en general, se sentía bien, así que mandó un mensaje a su asistente para que se encontraran en una cafetería local en vez de en el ático.
'¿Sintiéndote valiente otra vez?' fue su respuesta. Rió entre dientes con eso. Raphael era muy consciente de lo privada que era y solo se habían visto en un lugar público en un puñado de ocasiones, aparte de sus caminatas diarias a las 7 de la mañana. Sus paseos matutinos, durante los cuales tenían sus reuniones diarias, se habían convertido en su pasatiempo favorito. Era más fácil cuando la ciudad todavía estaba medio dormida y nadie prestaba mucha atención a quién estaba haciendo qué. Con el tiempo, se había establecido una compañía cómoda que había sido catalogada como romance por los paparazzi. A Jennie no le importaba en absoluto el cotilleo infundado y no creía que a Raphael le importara tampoco. Él nunca había dicho nada que indicara que estaba interesado en ella románticamente así que se sentía a gusto con él.
Raphael trabajaba para ella cinco días a la semana y tenía los fines de semana libres, al contrario que la mayoría de los asistentes de las celebridades, que estaban de guardia veinticuatro horas los siete días de la semana.
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Mar De Amor [Jenlisa]
FanfictionEl segundo aniversario de la muerte de Helena había parecido una fecha adecuada, hacía dos noches, cuando condujo sin rumbo, desesperada por alejarse de su vida. Playa Anmok Beach era el lugar más tranquilo que había podido encontrar entonces, y aho...