— ¿Dónde está esa bata que me prometiste? —bromeó Lisa cuando le abrió la puerta a Jennie, que llevaba puesto unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta de color melocotón con letras japonesas sobre ella.
— Lo siento, no ha habido suerte con el camisón. Tuve que devolverlo, mañana por la mañana volvemos a rodar la misma escena, así que tendrás que conformarte con esto. —Jennie extendió los brazos y se miró a sí misma.
— Esto está bien —dijo Lisa, lanzándole una mirada no muy sutil a las piernas desnudas de Jennie.
A estas alturas, ya no estaba segura de si se estaba engañando a sí misma porque le gustaba realmente el aspecto de sus piernas bronceadas en los pantalones cortos muy cortos.
— ¿Quieres vino? —abrió el frigorífico, y lo cerró de nuevo. —Tengo gin tonic frío, o vino tibio porque se me olvidó ponerlo en el frigorífico. —Le dirigió una mirada de disculpa. —O también tengo té de menta fresca. —Jennie sonrió.
— Creo que voy a tomar un té de menta. ¿Quieres que coja un poco del porche? —Jennie había visto varias macetas de hierbas en su visita anterior, así que abrió las puertas sin esperar una respuesta, salió y volvió con un montón de menta de la maceta de terracota que había debajo de la ventana. —¿Quieres uno tú también?
— Claro. Hay miel en esa cesta de ahí.
Lisa señaló hacia donde estaban los condimentos, luego abrió la bolsa de comida para llevar que había traído Jennie.
— ¡Qué rico, falafel! Buena elección. — Se giró a Jennie. —¿Quieres ver una película?
— ¿Una película? —Jennie arqueó una ceja como si no tuviera ni idea de lo que estaba hablando.
— Sí. Ya sabes, una película. Como en las que tú trabajas todos los días.
Jennie sacudió la cabeza y soltó una risita.
— Ya sé lo que es una película, es solo que no creo haber visto nunca una película por diversión con nadie. —Su sonrisa se agrandó. —Me encantaría, mientras que no sea una mía.
Lisa se rió también. —Me alegra que te emocionen las cosas mundanas. Al menos no te aburrirás de mí. —Sus ojos brillaron, claramente divertidos. —No te preocupes; no voy a poner ninguna de tus películas. En realidad no son lo mío.
Abrió más las puertas del porche, y sacó el televisor, desenredando la madeja de cables antes de colocarlo en la mesa del porche. Hacía una noche agradable y le gustaba disfrutar de la brisa marina mientras se relajaba de su día frenético. Había sido agitado sin Jisoo allí y Lisa se dio cuenta más que nunca de cuánto la necesitaba.
— Odias mis películas, ¿verdad? —Jennie arrugó la nariz. —Me lo puedes decir, no me ofenderé. —Agarró el brazo del sofá y ayudó a Lisa a moverlo por la puerta antes de sentarse en él.
— No, no es eso, pero ya sabes... una comedia romántica con un hombre y una mujer; no me produce nada.
Lisa se unió a ella con el té, una manta y la comida. Dividió las pitas, la ensalada, el humus, la salsa de menta y los falafels en dos platos y le acercó uno a Jennie.
— Pero he visto un par de ellas, con Jisoo. Está totalmente enamorada de ti, y no la culpo. Estabas muy sexy en esa película hawaiana. —Se cubrió la cara con las manos cuando se dio cuenta de lo que había dicho. —Dios mío, ahora sueno totalmente como un hombre.
Jennie se rió.
— Eh, está bien, me siento halagada. Además, no negaré que también me gusta mirarte. Pareces una escultura fluida cuando haces yoga. Es hermoso. —Sonrió mientras veía las mejillas de Lisa tomar un tono rosado más oscuro y decidió cambiar de tema.
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Mar De Amor [Jenlisa]
FanfictionEl segundo aniversario de la muerte de Helena había parecido una fecha adecuada, hacía dos noches, cuando condujo sin rumbo, desesperada por alejarse de su vida. Playa Anmok Beach era el lugar más tranquilo que había podido encontrar entonces, y aho...