Capítulo 15.

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                                                                                Callum.

Era evidente que ya había perdido los dos primeros bloques de clases, todo debido a la maldita resaca que tenía de la noche anterior. Sentía un infierno dentro de mi cabeza lo cual no me permitía ver con toda claridad, simplemente me percaté con rapidez que Damm no estaba en su cama. "Aún me pregunto cuál es su afán por asistir a todas las clases", pensé al ver la cama desocupada. Fui a las duchas con mucha rapidez antes de llegar tarde al tercer bloque y arriesgar una suspensión de clases, que por lo cierto sería una muy mala idea después de todo. Mi lado del armario no tenía mucha ropa en comparación al de Damien, sólo tenía unas cuantas prendas negras y blancas junto a mi fiel chaqueta de cuero puro estilo motoquera, no acostumbraba a utilizar botas así que me calcé mis Vans negras, y salí disparado hasta la clase de Química orgánica.

No me interesaba el hecho de saber que mi labio había sido curado por mi compañero de cuarto, de todos modos ya no sentía un palpitar molesto cada cinco segundos y todo gracias a él. Me he preguntado un millón de veces el porqué de sus estúpidas actitudes e inconsecuentes actos, a veces es muy encantador y otras se parece al diablo encarnado, pero la mayoría de las veces está sereno y eso lo hace parecido a un conejo, que con el más mínimo susto saltan tan lejos que es muy difícil pillarlos, quizás así es como actúa Damm.

La sala estaba atestada de gente, en lo personal me gustaba que todos dirigiesen su mirada hacia mí y luego que comiencen a hablar cuando paso, siempre ha sido así y siempre lo será. Mi vista se detuvo en un par de chicos que al parecer eran inadaptados, eran Damm y su extraño amigo Fredd (Creo que así se llama). Entré a la sala de clases con la cabeza en alto, con mi caminata victoriosa y me senté lo más cerca de Damm, Dios sabe por qué lo hice. Al parecer se percató de mi presencia pero aun así no me prestó atención, ¿Qué diablos espera?, no pienso pararme e ir a saludarlo así nada más, somos amigos pero que no se tome lujos extra. Finalmente la clase terminó y me marché lo más rápido que pude, no quería encontrarme con Damien y darle explicaciones del por qué no lo saludé o simplemente entablar una conversación con él frente a todo el mundo, no me gustaría para nada que Kim se enterase sobre mi estrecha relación de amistad o supuesta amistad con el Inadaptado.

—Hola Roger—Saludé con un pequeño gesto con la mano y me senté entre los demás del equipo.

—Llegas tarde Foster, ¿Sabes dónde diantres está Black?— No tenía la más mínima idea de la ubicación de Darren.

—No tengo idea, no he hablado con él desde la fiesta, puedes comenzar el entrenamiento sin Darren—Puse los ojos en blanco.

Me molestaba que Scott dependa tanto de los demás para comenzar el puto y tedioso entrenamiento.

—No me levantes la voz, cachorro—Se comenzó a reír el resto del equipo, me puse de pie.

—¿A quién crees que llamas cachorro?, pedazo de albóndiga con pies—Fue inevitable no reírme con los demás, realmente Roger parecía una albóndiga.

Noté como su cara se ponía cada vez más roja.

—Cállate, idiota. A tu posición Foster, Mathias ve contra Callum, quiero ver cómo andan con la fuerza—Sonrió con amargura, estoy seguro que tramaba algo más.

Mathias se colocó en frente mío con una colchoneta ante la cual debía correr y depositar mi fuerza con un fuerte empujón. Me estiré un poco y corrí contra él con todas mis fuerzas hasta sentir el fuerte golpe contra el suelo, "Maldita sea, qué bestia es", nunca esperé que Mathias tuviese tanta fuerza. La cabeza se me azotó contra el suelo pero por suerte traía mi casco, del contrario podría haberme sucedido algo mucho peor.

Limerence.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora