Callum.
Un estruendo me sacó del enseño, estaba de pie frente la puerta esperando a que volviera pero no lo hizo, no la abrió y me sonrió como lo hacía de costumbre. Por el otro lado me sentía culpable de tener a Kim en mi cama, si no hubiese sido por ella él no se hubiese marchado, no me hubiese abandonado. Agité la cabeza y me coloqué una playera, Kim se vistió y me miró asustada, pero no le creí nada. Tragué saliva y corrí sin prestarle atención alguna, la mayoría de los alumnos de la residencia salían de sus habitaciones debido al fuerte sonido, mi mente pensaba lo peor, pero no quería dejarla que me atormente. Me abrí paso entre la multitud asustado, desesperado, la gente se tapaba la boca y otros tenían los ojos abiertos como plato. Mi corazón estaba apretado, se me comenzó a formar un nudo en la garganta y mis ojos se transformaban en una piscina a punto de estallar, finalmente llegué y lo vi.
— ¡Denle espacio!—Comencé a gritar con desesperación— ¡Que alguien llame a una ambulancia!—Me arrodillé a su lado y sostuve su delicada cabeza en mi regazo.
—Viene en camino una ambulancia, háblale, aún respira—Dijo alguien entre la multitud, en estos momentos solo me importaba él.
—Si le hablas podrás mantenerlo con el pulso estable—Agregó alguien.
Asentí.
—Hey, conejito—Le acaricié la cara con delicadeza—Yo sé que me puedes oír—No suelo llorar, pocas veces lo he hecho en mi vida pero en estos momentos no podía aguantarme, dejé derramar unas cuantas lágrimas sobre su rostro pálido y machucado. Acaricié su labio y le quité un poco de sangre que tenía—Por favor no me abandones—Dije entre sollozos—Eres fuerte, saldrás de esta como lo has hecho en toda tu vida, siempre has logrado superar todos los obstáculos que el destino te ha puesto en la vida, este no será otro de ellos—Lo besé con cuidado—Perdóname...perdóname por favor—Lo abracé y simplemente me rompí, nunca me había sentido tan angustiado en mi vida, no quería perder a la única persona por al que he sentido... amor.
—Cuidado, hay que subirlo—Dijo un hombre con uniforme, al parecer eran los de la ambulancia— ¡Abran paso!—Grito otro hombre que venía con una camilla amarilla, entre los dos subieron a mi Damm, a mi pequeño conejito y asustadizo ciervo.
— ¿Tú eres un familiar?—Preguntó el uniformado delgado.
—No—Tragué saliva, es hora de ponerme los pantalones de una vez por todas—Soy su novio.
—Muy bien, puedes subir con él—Me indicó el hombre.
Miré a toda la multitud que había salido, algunos con bata y otros con ropa interior. Me sequé las lágrimas y corrí tras ellos, subí a la ambulancia y simplemente miraba como le colocaban unos tubos por la nariz y como le abrían la camisa. No podía dejar de llorar, ver su pequeño cuerpo lleno de hematomas me hacía sentir terrible.
— ¿Cómo se llama?—Preguntó el hombre.
—Damien Brown—Volví a secarme las lágrimas y tomé su mano, estaba flácida.
— ¿Y el tuyo?
—Callum Foster—Lo miré a los ojos— ¿Se pondrá bien?
Él solo me miró y capté, no respondió y un silencio incómodo invadió la ambulancia.
—Niño, te pediré que hagas algo.
Asentí
—Llama a los padres de este joven y diles que vengan sea donde sea que estén.
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Limerence.
Romance-Tú eres mi debilidad, mi talón de Aquiles-Dejé que sus dedos se perdieran en mi cabello- Me haces ser débil. Tú eres la persona que llegó a desordenar mi presente y mi futuro... Damien Brown es metódico, con unos cuantos secretos como todo adolesce...