Capítulo 28.

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Su voz tan cercana me despertó, mis ojos estaban pegados en el techo de la habitación mientras que mis oídos esperaban otro grito, pero en vez de eso recibieron como respuesta los ronquidos de Ámbar. El grito de Callum había sido lo suficientemente fuerte como para haber despertado a los de la habitación de al frente, o quizás a todos los del pasillo, no podía dejar de pensar en lo que habrá soñado, tiene que haber sido algo bastante feo como para despertar de aquella manera. No podía quedarme sin saber qué le había sucedido, le tenía que devolver la mano de alguna manera por todas las veces que me escuchó gritar debido a mis pesadillas. Abrí las tapas de mi cama y bajé intentando no hacer ruido alguno, caminé en silencio hasta abrir la puerta y sentí un crujido que me hizo cerrar los ojos y maldecir. La habitación de Callum se encontraba al lado de la mía así que para mí buena suerte no debía caminar tanto, apoyé mi cabeza en la puerta intentando escuchar algún signo de que estaban despiertos pero no, nadie hablaba dentro. Cuando abrí la puerta me encontré con Callum con su mirada pegada en la puerta y sentado en la cama como un niño asustado, me mordí el labio e hizo una seña para que pueda pasar tranquilo, cuando finalmente llegué a su cama me senté en su cama sin dejar de mirarlo.

— ¿Estás bien?

—No esperaba que aparecieras por esa puerta, y sí, estoy bien—Su voz sonaba débil.

—Escuché tu grito y no podía dejar de pensar sobre qué te había causado aquella reacción—Me sobé los brazos intentando darme algo de calor.

Las mariposas en mi estómago comenzaron a despertar, la cercanía con Callum me ponía nervioso como nadie más lo ha logrado.

—Es raro, no creo que deba contártelo—Dejó escapar un suspiro y se metió la mano entre sus risos.

—Tranquilo, prometo no contarle a nadie—Sonreí, necesitaba ser sincero con él para que así pueda confiar en mí.

—Bueno—Tragó saliva—Soñé que te caías de un acantilado porque te había roto el corazón.

Mi respiración se detuvo por unos cuantos minutos, agarré las sábanas con sutileza intentando procesar la información reciente. ¿Callum soñando conmigo?

—Eh...—Las mejillas se me llenaban de calor, estoy seguro que estaba tan rojo como un tomate— Estoy vivo, y con el corazón intacto. ¿Te deja eso más tranquilo?—Ahogué una sonrisa pero en cambio él sonrió ampliamente.

—Sí, es bueno saberlo. Gracias por venir—Su mano se posó sobre la mía y mi único instinto era sacarla rápidamente pero no lo hice, dejé que me traspasara algo de calor.

—No hay de qué, tú también estabas allí cuando yo tenía pesadillas así que sólo te estoy devolviendo la mano, el único problema, llegué un poco tarde—Puse los ojos en blanco y sonreí.

—Eso da lo mismo, lo que importa es que viniste—Su mirada se fijó en Kim y luego volvió a mí—Ella ni se inmutó.

—Quizás tiene sueño, o simplemente no le importas.

—Creo que ambas, a mí tampoco me importa mucho ella—Quitó la mano y yo me puse de pie.

—Es bueno saber eso—Me tapé la boca instintivamente.

— ¿Ah sí?—Su mirada se volvió mucho más coqueta.

—Eh... yo... no sé—Sacudí la cabeza y desvié la mirada avergonzado.

—Tranquilo, no le diré a nadie.

—Más te vale—Lo miré desafiante y luego sonreí.

—Volveré a la cama ahora que sé que estás vivo.

Limerence.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora