Capítulo III

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Zachary

Termino de ponerme mi jersey de punto gris junto con mis vaqueros negros cuando escucho a Addriel pitar con el coche fuera de mi casa, indicándome que está bajo. Me despido de mis hermanos y mi abuela, que están viendo una película y salgo de mi casa, metiéndome en el coche de mi amigo.

–Joer, que guapo, normal que tengas a tantas detrás, yo también iría –me guiña un ojo mientras arranca y pone rumbo hacia el sitio al que vamos.

–Ya lo sé, en el fondo te mueres por mi –bromeo, haciendo que él se ría –Oye, ¿Dónde vamos?

–A Alicante –contesta simplemente.

–Hay muchos sitios en Alicante, Ad.

–Vamos a la feria y después iremos a cenar por el Outlet –asiento un poco y cambio la emisora de la radio a Los 40.

Nos pasamos el resto del viaje hablando de todo un poco, hasta que caigo en que tampoco sé quién va, pero me sigue dando igual. Hoy me he levantado con una resaca horrible, pero cuando mi abuela me ha dado su mejunje especial para ese tipo de ocasiones se me ha pasado y he estado de mejor humor.

Cuando llegamos aparca en el parking y nada más bajar percibo la música alta y el olor a algodón de azúcar. Dios, hace años que no pruebo uno de esos.

–¿Vamos o piensas quedarte mirando desde aquí toda la noche, Zach? –Addriel me saca de mis pensamientos y lo alcanzo, no me había dado cuenta de que ya había avanzado unos metros.

–Estaba pensando en que hace años que no me compro una nube de algodón de azúcar –comento.

–Ahora que lo dices, yo también. Hoy unos compramos uno, decidido –le sonrio un poco y entramos al lugar.

Sabía que esta feria era grande, pero no me la imaginaba tanto. Tiene muchas atracciones y, como hemos venido por la tarde noche, ya han encendido todas las luces, dándole un mejor aspecto. Acompaño a Addriel hasta que nos encontramos con un grupo de gente y empieza a presentármelos.

–¿Estamos todos? –Pregunta Addriel.

–No, faltan Lexi, Liam y Kiara –responde uno, no me acuerdo de su nombre.

Nos quedamos esperando a los que faltan mientras hablan, pero dejo de prestar atención a la conversación en cuanto la veo. Una castaña de largo cabello rizado viene acompañada de una chica morena con el pelo largo y liso y de un castaño de ojos azules, pero mi mirada vuelve a ella. Lleva un jersey corto, blanco y de manga larga; una falda que le llega por el medio de los muslos negra; y unas botas negras también que le llegan a la rodilla. Es muy guapa, las gafas que lleva le dan un toque intelectual que le sienta de lujo y esos ojos verdes son increíblemente bonitos.

–Hola –saluda alegremente la morena.

–Lexi, tú siempre tan puntual –la pica mi amigo.

–Addriel, tú siempre tan tocapelotas –le guiña un ojo mientras sonríe y yo no puedo evitar acercarme a la castaña con una pequeña sonrisa.

–Hola –la saludo y cuando su mirada recae en mí no sé por qué se me acelera un poco el estúpido pulso.

–Hola –contesta simplemente.

–Soy Zach –¿porque narices quiero mantener una conversación con ella? Sin embargo, aquí estoy, presentándome.

–Kiara –asiente un poco y mira al castaño que tiene al lado, quién me mira también. ¿Será su novio? Espero que no.

–Hola –me saluda alegremente el castaño –Soy Liam –me sonríe y luego mira a Kiara de una forma que no sé descifrar, pero ella parece que sí, pues rueda los ojos.

–Ven –Lexi la coge de la mano y cuando se la lleva con los demás, mi mirada cae directamente en su culo, no puedo evitarlo, es demasiado perfecto. Aprovecho que Ad va con Lexi y me uno, poniéndome al lado de ella.

Escucho la conversación que mantienen Addriel y Lexi mientras le echo alguna que otra ojeada a la castaña a mi lado. Teniéndola así, la diferencia de altura es bastante notable. Intento pensar en un tema de conversación, pero no parece estar muy por la labor de hablar. Aún así, sigo pensando mientras paseamos por la feria.

–Kiara, móntate conmigo aquí –le sugiere su amiga animadamente mientras señala una especie de montaña rusa.

–Yo me monto contigo –Ad le guiña un ojo, a lo que ella sonríe coquetamente.

–¿Vamos? –le pregunto.

–Bueno.

Compramos los tickets. Addriel y Lexi se sientan juntos y yo me siento con Kiara detrás de ellos. Cuando ya estamos acomodados, el chico nos pone las sujeciones.

–Debería haberle dejado las gafas a Liam –comenta mientras mira la altura de la atracción.

–Puedes dejármelas a mi –digo, encogiéndome de hombros. Ella me mira un poco antes de quitárselas y dármelas. Las cojo y las mantengo en la mano sin manchar el cristal justo cuando suena el pitido que da comienzo al viaje.

No es larga, pero sí bastante alta. Acaba más rápido de lo que me gustaría. Cuando bajamos me tiende la mano y yo me hago el desentendido solo para molestar y escuchar su voz.

–¿Qué? –le pregunto inocentemente.

–Las gafas –me pide.

–¿Y si no te las doy? –me acerco a ella un poco más, provocándola, a lo que se me queda mirando, pero no se aparta.

–Pues tendrás que atenerte a las consecuencias –contesta mirándome fijamente con un aire pícaro.

«Me sigue el juego, perfecto»

–¿Y cuáles son las consecuencias? –no le aparto la mirada.

–Mmmm, yo no tentaría a la suerte averiguándolo –responde con un tono juguetón.

–Bueno, yo sí quiero tentarla –le sonrio coquetamente y justo cuando me va a responder, nos interrumpen.

–Kiara, vamos a montarnos allí, ¿te animas? –le pregunta Liam.

–Ahora voy –le contesta sin mirarlo, pues no me aparta la mirada a mi –Las gafas, por favor– me vuelve a pedir, a lo que se las devuelvo –Gracias –y se va con Liam.

«Esto no va a quedar así»

𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora