Capítulo XXV

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Kiara

Sólo han pasado dos días desde que Zachary me llevó a correr con él y ya tengo ganas de volver. No sabia que también corría en carretas, obviamente, ilegales y sé que es peligroso, pero la velocidad, la adrenalina, la victoria... Es una sensación increíble.

Todavía sigo un poco cabreada con él por romper su promesa, me prometió que no iba a pelear y lo pillé de pleno. Aunque en parte sí lo entiendo. Nos conocemos de unos meses y a saber cuánto tiempo lleva peleando. No puedo pretender que lo deje de la noche a la mañana.

Es tarde y estoy cansada, así que me acuesto en mi cama. Mañana será otro día.

***

«¿Qué es eso?»

Una brisa de aire frío me despierta, pero prefiero ignorarla antes que abrir los ojos. Quiero seguir durmiendo.

Noto como alguien se acuesta mi lado y me rodea la cintura con un brazo, atrayéndome a él hasta que mi espalda toca su pecho. Me quedo completamente quieta y confusa, hasta que giro un poco la cabeza para mirar qué está pasando por encima de mi hombro.

Zachary.

¿Qué diablos hace aquí a las... 4:00 de la mañana? Miro la ventana, pues me llega otra brisa fría y me doy cuenta de que está abierta, cosa que anoche no.

Estoy muy cansada, así que me acomodo de nuevo en la cama para seguir durmiendo. Total, es Zachary, por lo que no me preocupo demasiado.

***

Me vuelvo a despertar y abro un poco el ojo para ver la hora.

9:30 de la mañana.

Esta hora ya es más decente para levantarme, sin embargo, no me muevo, pues noto como juegan con mis rizos. Deduzco que es Zachary, que supongo que ya está despierto por su respiración y porque sería un poco preocupante notar como alguien juega con mis rizos y que no sea él.

Me quedo disfrutando de sus caricias un poco más y cuando me canso de estar acostada me doy la vuelta para mirarlo.

–Buenos días, estrellita –me saluda con la voz ronca de recién despierto.

¿Se puede ser más guapo? No lo entiendo, cada que pienso que no puede ser más guapo me sale con otra cosa. Tiene los ojos vidriosos pues se acaba de despertar y el rostro algo adormilado aún, pero es que de verdad que está guapísimo. Y esa voz... si de por sí ya es ronca y grave, ahora que se acaba de despertar es todavía mejor. A mi seguro que me falta el moco cayéndome por la nariz o la baba cayéndome del labio para estar lo más horrible posible.

–¿Qué haces aquí? –le pregunto directamente.

–Dormir –contesta como si fuera obvio, a lo que yo ruedo los ojos.

–En mi habitación, ¿qué haces en mi habitación, durmiendo, en mi cama? Esto no es un Hotel.

–Ah, ¿no? –pregunta, divertido.

–Zachary, es enserio.

–Tuve una pesadilla y no podía dormirme –se encoge de hombros.

–¿Y la solución era venir? –pregunto, irónica.

–Sí –se despereza.

–De buena mañana y ya estás molestando –le entrecierro los ojos, algo divertida.

–Así me quieres –contesta, muy seguro.

–Quisieras –le guiño el ojo y me levanto de la cama para ir al baño de mi habitación.

Escucho movimiento fuera y cuando salgo del baño, Zachary ya no está en la habitación. Miro la ventana a ver si se ha ido, pero está cerrada y escucho ruido en la cocina, así que me recojo el pelo en un moño despeinado y bajo.

Me asomo a la cocina y me quedo embobada con el panorama: Zachary sin camiseta haciendo el desayuno. Me está dando la espalda, así que aprovecho para quedarme viéndolo un poco más.

Su brazo derecho está totalmente tatuado, desde el hombro hasta la punta de los dedos. El tatuaje que tiene detrás de la oreja izquierda con la frase "Ne jamais abandonner" se le ve mejor ahora. Me quedo mirando como los músculos de su espalda se contraen cada que se mueve para batir la mezcla o darle la vuelta a las creeps que está haciendo en la sartén y mejor no hablemos de su culo.

«Este chico es perfecto mires por donde mires»

–¿Disfrutando las vistas? –su voz me saca de mis pensamientos y siento mis mejillas sonrojarse. Carraspeo un poco antes de contestar.

–Puede ser –sonrie ante mi confesión y me siento en la banqueta de la cocina mientras abro mi móvil.

Me ha llegado un Gmail de nuestra manager. Lo leo y me quedo flipando.

«No puede ser»

–¡Kiaaa! –baja Liam corriendo y llega hasta mi –Kia, por dios, dime que has leído el correo.

–Sí, sí, lo he leído –le contesto, incrédula.

–Vamos aceptar, ¿no?

–Vaya pregunta de mierda, claro que sí, Li.

–¡Genial! –me abraza y yo se lo devuelvo.

–¿Qué pasa? –pregunta Zachary, curioso.

–¡Nos vamos a Marbella! –le contesta Liam, entusiasmado, pero Zachary sigue sin entender.

–Nuestra manager ha conseguido que una productora nos contrate para hacer un concierto en Marbella dentro de 2 meses –le aclaro yo, contenta.

–Es fantástico –asiente Zachary.

–Me voy, he quedado con Ali –se despide mi hermano y se va.

Vuelvo a leer el correo. Cada vez estoy más convencida de que nuestra manager es la mejor de todas. Un concierto, en Marbella. Es increíble.

Veo como Zachary va a decir algo pero antes de que pueda hacerlo escucho como tocan a la puerta. Supongo que será Liam, que se le han olvidado las llaves otra vez. Así que me levanto y voy abrir. Para mi desgracia no es mi hermano y me quedo completamente helada al ver esos ojos ámbar que tanto detesto.

–Hola, Kiara –saluda Neftalí, con su típica sonrisa de suficiencia.

No soy capaz de contestarle ahora mismo. Después de un año tiene las narices de presentarse en mi casa, ¿es enserio?

Noto como Zachary se acerca al ver que ni me muevo ni contesto y ya presiento que se va a liar.

𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora