Zachary
En solo dos días, que es lo que Kiara me dio de margen, ya tengo todo lo necesario para irme con ella y el resto de la banda a Marbella. ¿Quién me iba a decir a mi que me iría de viaje con mi grupo de música favorito? Es más, ¿quién me iba a decir a mi que me enamoraría de la cantante? La de vueltas que da la vida...
En fin, cuando me suena la alarma a las 4:30 de la mañana me levanto y me doy una ducha rápida para espabilarme, porque si no dudo de poder llegar ileso al aeropuerto. Desayuno algo ligero y sin hacer mucho ruido salgo de mi casa a esperar al taxi que nos iba a recoger a mis vecinos y a mi. Decidimos llamar a uno para así no dejar el coche en el aparcamiento del aeropuerto los tres días que vamos a estar fuera.
–¡Hey! ¡Vecinooo! –me saluda Liam en cuanto sale de su casa.
–¡Liam! Que son las 5:30 de la mañana, hombre, vas a despertar a todo el barrio –le regaña su novia.
–¿Y? Me voy tres días, era para que no echen de menos al mejor vecino que tienen durante todo ese tiempo –dice arrogantemente mientras Alina rueda los ojos en respuesta y Kiara se ríe disimuladamente.
Yo sonrío divertido mientras meto las maletas en el maletero del taxi que acaba de pararse delante nuestra. Veo como Liam y Alina se meten en la parte trasera del coche y ya escucho como Liam le da conversación al taxista mientras que Alina lo mira embobada. ¿Así me veré yo cada vez que miro a Kiara?
–¿Te ayudo? –me pregunta ella a mi lado.
–No hace falta, esta es la última –coloco su maleta estratégicamente y agradezco internamente que mi padre me enseñase a jugar al tetris en su tiempo libre.
–Entonces voy subiendo –me sonríe antes de dirigirse a la puerta del copiloto y entrar al vehículo.
Una vez está todo cierro el maletero y me subo en la parte trasera, al lado de Alina, que está en el asiento del medio. El conductor arranca y empieza un largo viaje de media hora hacia el aeropuerto en el que Liam no se calla ni un segundo y en el que Kiara se ríe de la expresión del pobre hombre. Seguramente esté pensando en por qué tirarlo con el coche en marcha es ilegal.
Cuando llegamos al aeropuerto nos bajamos del taxi y vamos dentro de la terminal junto con nuestras maletas. Vamos a la sala de abordar una vez hemos terminado con todo el lio de papeles y seguridad del aeropuerto y en una de las mesas de la cafetería ya vemos sentados a Elián, Ibbie y Zyan acompañados de Juls, la manager del grupo.
–¿Ya estáis comiendo? –pregunta Liam.
–Te hemos pedido esto –Elián le ofrece una bolsa de patatas fritas que descansaba sobre la mesa.
–Os quiero chicos –Liam coge la bolsa y tarda menos de un segundo en abrirla.
Juntamos otra mesa para que quepamos todos y, mientras esperamos a poder subir al avión, Juls les va diciendo todo lo que tiene planeado para hacer antes del concierto como cuándo van a ensayar y demás.
Una vez podemos subir voy al lado de Kiara porque son como 3 horas de vuelo y pretendo pasarlas con ella, pero veo que, nada más subir, se sienta al lado de Zyan, por lo que no me queda de otra que sentarme al lado de su hermano.
El avión despega y no puedo evitar mirarla de vez en cuando. Está con la cabeza apoyada en el hombro de Zyan y con los ojos cerrados, cosa que, aunque nunca lo admitiré en voz alta, me molesta. Me molesta porque me gustaría ser yo quien la tuviera tan tranquila apoyada en mi hombro y me gustaría acariciarle suavemente el brazo mientras descansa durante el viaje.
–Oye, puedes asesinar al guitarrista después del concierto que a estas horas no hay quien encuentre sustituto –me dice Liam, divertido, a lo que yo respondo con un encogimiento de hombros –No tienes por qué ponerte celoso.
–No estoy celoso –miento descaradamente.
–Sí vale, igual te diré que Kiara le tiene miedo a los aviones y que Zyan, que es nuestro primo, le ha dado un trankimazin para que se le pase el miedo, solo para que lo sepas –me dice en tono divertido, a lo que yo dejo de mirar a Zyan para mirarlo a él.
–¿Primo?
–Sí, pero eso da igual porque como no estas celoso...
–A veces eres muy insoportable.
–Y así te encanto –me guiña un ojo y yo ruedo los míos.
Una vez el avión aterriza, Zyan despierta a Kiara y ella se levanta adormilada, tanto que se tambalea y la sujeto de la cintura para que no caiga. Ella me sonríe y una vez estamos bajo se sujeta de mi brazo mientras ambos arrastramos nuestras maletas al hotel.
El hotel es uno de 5 estrellas con un gran vestíbulo lleno de gente elegante. Todos nos quedamos asombrados detallando el sitio blanco y oro mientras que Juls habla con la recepcionista, que nos da las llaves de la habitación. Resulta que Juls no ha reservado unas habitaciones normales y corrientes, no, ha reservado el ático del hotel, así que subimos al ascensor que nos lleva hasta allí.
Nada más abrirse las puertas vemos un gran y lujoso comedor y unas escaleras a la izquierda que llevan al piso de arriba, donde suponemos que estarán las habitaciones. A la derecha hay una puerta que da a la enorme cocina y a las escaleras de emergencia y al lado otra puerta que da al gigantesco baño. Subo junto con Kiara por las escaleras y vemos que hay 6 puertas, cada una da a una habitación diferente, que están ambientadas en diferentes lugares.
La primera puerta está ambientada en Egipto, pues las paredes son color crema y están hechas de ladrillos grandes, con la cama y los cajones negros y unas estatuillas del mismo color de unos gatos egipcios. Nada más verla, Ibbie se la agenció y se metió dentro, cerrando de un portazo.
La segunda está ambientada en la selva, pues las paredes están pintadas de verde y blanco y el cabecero de la cama tiene una madera con plantas y luces por encima que le dan un toque rústico. En esta habitación es Zyan quien entra, agenciándosela.
La tercera está ambientada en hawai, pues las paredes son azules y blancas, al igual que las sábanas de la cama y de una esquina cuelga un asiento de madera con un cojín azul que tiene pinta de ser bastante cómodo. Kiara es la siguiente en elegir la habitación.
La cuarta es una habitación hippie, con la cama contra la pared que tiene dibujada un mándala con colores oscuros pero vivos y llamativos y unos cojines con la misma gama de color. A Alina le gusta esa, así que tanto ella como Liam se la quedan.
La quinta es una habitación hipster, con las paredes llenas de posters de distintos tamaños de un montón de bandas y grupos de música de muchos estilos diferentes. Aquí es donde se queda Elián, así que yo me voy a la que queda.
La sexta y última habitación es una motera, con un armario abierto lleno de chaquetas y chupas de cuero, con un montón de cascos de motos diferentes e incluso una figurita de una moto. En la pared hay un montón de marcos de fotos relacionadas con el tema principal.
Me pongo a deshacer mi maleta nada más salgo de mi asombro, por que la verdad es que es una pasada de habitación. Mientras sigo en mis cosas escucho unos toquecitos a la puerta.
–Pasa –contesto simplemente antes de ver por el rabillo del ojo una silueta que conozco tan bien.
–Esta habitación es muy tú –me sonríe, divertida.
–Ni que lo digas –la miro igual –Oye, respecto a lo del otro día, lo del reto... –dejo la frase en el aire porque abre la boca para contestar, pero antes de que pueda hacerlo escuchamos una tercera voz.
–¡Ibbie, Zyan, Liam, Kiara y Elián, os quiero bajo en 30 segundos! –la voz demandante de Juls interrumpe nuestra conversación, haciendo que maldiga por dentro –Venga, salir.
Kiara me sonríe un poco apenada, pero sin decir nada más se va de la habitación, dejándome solo una vez más.
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𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜
Teen FictionZachary ¿Qué es lo que pasa cuando un día descubres que tú prometida te engaña con tu mejor amigo? Bueno, pues hay a quien no le afecta, hay a quien le afecta demasiado y luego estoy yo. ¿Qué qué es lo que hice yo? Tendrás que leer mi historia para...