Capítulo XXXIX

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Kiara

–¡Kiara! ¡Cómo no estés bajo en 5 segundos tiro la puerta abajo! –me grita Juls, mi dulce manager, seguido de unos cuantos aporreos a la puerta, lo que me deja claro que es totalmente capaz de derrumbarla.

–Cuanto más me repitas más voy a tardar –le contesto mientras me levanto de la cama y me pongo las zapatillas.

–A veces te odio –contesta.

–A veces yo a ti también –la escucho resoplar al otro lado de la puerta y decido que este es el momento idóneo para salir.

Juls está frente a mi puerta, de brazos cruzados y con cara de pocos amigos, cuando detrás de ella sale un Zachary recién despierto, seguramente por los gritos, de su habitación.

–Buenos días –saludo.

–Hola, Estrellita –me sonríe y me da un beso en la mejilla.

Ignoro una larga charla por parte de mi manager sobre la importancia de la puntualidad y de obedecer lo que me dice mientras bajamos por las escaleras de camino a la cocina. Una vez allí saludo a mis amigos y me siento entre mi hermano y Zachary para desayunar.

Nos pasamos el resto de la mañana ensayando con normalidad. Lo difícil empieza después de comer, porque estamos todos con los nervios a flor de piel y a Juls le da por gritarnos todavía más, puesto que quiere que todo salga perfecto, como es lógico.

El concierto empieza a las 21:30, así que sobre las 18:00 ya estamos sobre el escenario haciendo las pruebas necesarias y ensayando un poco más.

–Fuera hay un porrón de gente en verdad, ¿qué pasaría si me quito la camiseta en medio del concierto?

–Que te tragas mi baqueta por idiota, Liam.

–No te daría tiempo porque te desmayarías antes de poder hacerlo, Ibbie.

–¿De lo blanco que estás? –pregunta Elián.

–Te la estás jugando, Davies –Liam le pone mala cara y le saca el dedo después de escuchar la carcajada de éste, lo que provoca que yo también me ría un poco.

Liam se gira hacia mi y abre la boca, ofendido.

–¡Deshonra sobre toda tu familia! Toma nota –le dice a Zyan en un pequeño inciso de su espectáculo –¡Deshonra sobre ti! ¡Deshonra sobre tu vaca! –grita dramáticamente mientras se lleva la mano a la cabeza y yo no puedo evitar reírme.

–Muy bien, después de este pequeño descanso, es hora de que os vayáis todos a prepararos –nos interrumpe Juls.

Les dejamos los instrumentos y el micrófono a los chicos que se encargan del sonido y nos vamos cada uno a nuestras habitaciones. Toco a la puerta de la habitación de Zachary antes de entrar a la mía y como no obtengo respuesta decido abrir. La habitación está vacía, así que vuelvo a cerrar y me voy a mi habitación a cambiarme y maquillarme. Decido ponerme un vestido largo y negro, con unos tirantes finos, un escote que acaba en pico y dos rajas a la derecha y a la izquierda que me llegan hasta un poco por encima de los muslos. Me pongo unos tacones de aguja también negros con dos cordeles que me rodean las piernas hasta la mitad y el pelo me lo he dejado suelto, con mis rizos naturales.

Una vez hemos terminado, volvemos a salir al escenario para pulir los últimos detalles y cuando nos informan de que van a abrir las puertas nos vamos detrás. Me asomo por un lado cuando empiezo a escuchar el bullicio de la gente e inconscientemente busco a Zachary con la mirada. Le di un pase VIP, así que debería estar aquí delante, cerca del escenario, pero no lo veo.

No me da tiempo a seguir buscándolo porque cuando me doy cuenta, Elián, Ibbie, Liam y Zyan ya han salido y están tocando la canción con la cual vamos a inaugurar la noche. Me preparo y cuando es el momento salgo, empezando a cantar "Bring me to life", una de nuestras mejores canciones.

Cuando llegamos a la parte del estribillo decido callarme y apuntar con el micrófono al público. Es algo alucinante escuchar a las más de 200 personas cantar al unísono tus canciones. Es un sentimiento y una sensación indescriptible, hay tantas personas que les gusta nuestra música, que les gusta mis letras, que se sienten identificadas con ellas y que incluso les puede ayudar a superar una mala época tanto como me ha ayudado a mi. Saber todo eso te da una sensación de compañía, saber que toda gente me apoya, que creen en mi, en nosotros, es simplemente... mágico.

En el final del concierto mi mirada se cruza con la de unos ojos heterocromáticos que hacen que se me acelere el corazón más de lo que ya estaba, si es que eso es posible. Zachary me mira y me sonríe de lado, de esa forma que me encanta, haciendo que de un momento a otro las personas a mi alrededor desaparezcan, quedando él, mi música y yo.

Es ahí cuando decido que es el momento perfecto para poner en marcha la sorpresa que tengo preparada, por lo que me giro a mis compañeros y asiento levemente con la cabeza, haciendo que ellos enlacen el final de la anterior canción con una nueva melodía.

–Muy bien, damas y caballeros –me paseo de la izquierda a la derecha mientras miro al público –Necesitamos que nos hagáis un favorcito, guardar todos los dispositivos electrónicos durante 5 minutitos, luego podréis volver a sacarlos y grabar y hacer todo lo que os dé la gana, ¿podréis hacerlo? –la gente grita un sonoro "Sí", pero igualmente me giro hacia mi grupo –¿Qué opináis, chicos?

–¡MÁS ALTOO! –anima Liam, haciendo que las personas griten un "Sí" más fuerte.

–Genial, muchas gracias –les sonrío y me acerco al borde del escenario, por el centro de éste, con el micrófono en la mano –Quiero presentaros una nueva canción, en exclusiva, solo para vosotros –un montón de chillidos y silbidos empieza a escucharse y mis ojos van directos a cierto mulato con cara de confusión –Es un placer para nosotros presentaros... Good enough.

Empiezo con la letra de la canción sin apartarle la mirada a este chico que cada vez me vuelve más loca.

Under your spell again
I can't say no to you
Crave my heart and it's bleeding in your hand
I can't say no to you
Shouldn't let you torture me so sweetly
Now I can't let go of this dream
I can't breathe but I feel
Good enough
I feel good enough
For you
Drink up sweet decadence
I can't say no to you
And I've completely lost myself and I don't mind
I can't say no to you

La confusión en su expresión pasa a ser una de total comprensión, dibujando una pequeña sonrisa en su rostro.

Shouldn't let you conquer me completely
Now I can't let go of this dream
Can't believe that I feel
Good enough
I feel good enough
It's been such a long time coming
But I feel good
And I'm still waiting for the rain to fall
Pour real life down on me
'Cause I can't hold on
To anything this good enough
Am I good enough
For you to love me too?

Me acerco al lado izquierdo, que es donde se encuentra Zachary y, quedando frente a él, mirándonos fijamente a los ojos, termino.

So take care what you ask of me
'Cause I can't say no

Una vez acaba rompo el contacto visual con él y nos despedimos de las personas todos juntos, pues teníamos planeado que ésta sería la última canción. Ponen más música y mientras la gente se va yendo o se quedan bailando un rato más, nosotros nos vamos a la parte de atrás, a los camerinos. Aunque antes de que llegue al mío unos fuertes brazos me detienen, rodeándome la cintura. Reconozco quién es enseguida, así que me giro entre sus brazos para encararlo. Zachary intenta darme un beso nada más me doy la vuelta, pero echo la cabeza para atrás, esquivándolo.

–Vaya cobra, chaval –me entrecierra los ojos.

–Quiero poner una condición antes de nada.

–La que sea –asiente.

–Zachary, entiendo lo de las carreras, pero por favor te lo pido, no vuelvas a las peleas, no me gusta que te pelees y esa es mi condición, es un sí si no vuelves a pelearte –miro su expresión atentamente.

–¿Carreras sí, peleas no? –pregunta para asegurarse después de unos momentos de silencio, a lo que yo asiento en respuesta –Está bien, vale –él asiente también.

Y ahora soy yo la que lo besa a él.

𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora