Kiara
Voy de camino a clase, en el bus. Me pasé todo el día de ayer pensando en si mandarle un mensaje o algo a Zachary, pero al final no lo hice y preferí pasar el día con Lexi. Le conté lo que pasó el sábado, la verdad es que hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien, aunque me ganase en la carrera con el caballo, me debe una revancha.
Llego a clase y Beca no está, lo que significa que Zachary se sentará a mi lado, así que me siento en unas mesas donde hay dos asientos libres y empiezo a sacar las cosas. Al poco lo veo entrar, pero él ni me mira y se sienta en la otra punta de la clase.
«¿Qué le pasa? ¿Debería haberle escrito?»
Iba a levantarme a hablar con él, como quien no quiere la cosa, pero justo entra la profesora, así que me toca sentarme de nuevo y esperar a que acabe la clase para acercarme.
–Vamos hacer un viaje –esa frase capta mi atención de inmediato –Iremos a Mojácar durante 5 días y 4 noches, pero no iremos de vacaciones. Todos los años se reúnen Sanitarios de toda España para escuchar unas conferencias, así que iremos para escuchar las conferencias, las experiencias y para aprender más de esos sanitarios. El viaje cuesta 200€ y nos alojaremos en un hotel 5 estrellas con todo incluido. A partir de la semana que viene os daremos más detalles –suena la sirena, así que empiezo a recoger para irme.
Ese viaje tiene que ser una pasada. Mi hermano y yo seguro vamos. Me cuelgo la mochila de un hombro y me giro hacia donde estaba Zachary, pero él ya no está.
«Que tío más raro»
***
Llevamos 2 semanas sin hablarnos y cada vez me cuesta más quitar de mi mente esos ojos verde y azul que se han apoderado de mis pensamientos desde el día en que los vi.
Al principio intenté acercarme a él, pero me rehuye como si tuviera la peste, así que ahora yo también lo ignoro a él.
De verdad, me tiene cabreada. ¿Se puede saber qué he hecho ahora? El sábado de hace dos semanas estaba todo bien, después de ir a montar a caballo me llevó a casa y cenamos juntos. Luego, él se fue a la suya y ya.
¿Eso le molestó? ¿Quería quedarse conmigo? ¿O quería que le mandase un mensaje y como no lo hice se cabreó? No entiendo nada, cada vez estoy más confundida, lo que me enfada más. Cuando por fin después de 1 año consigo tener tener un medio amigo me sale con estas.
–¿Te habla ya? –me pregunta Liam, mientras engulle su tostada.
–No –bufo mientras remuevo mi café.
–¿Y por qué no le hablas tú?
–A ti te cuenta cosas, ¿te ha dicho algo de por qué me ignora? –mi hermano niega, a lo que yo suspiro.
–Ve hablar con él, si vas a su casa no tiene escapatoria –me sugiere, travieso.
–No es mala idea –me bebo el café de un trago y después de cambiarme rápido voy a casa de Zachary.
Toco a la puerta y es un chaval mulato bastante alto quién me abre, supongo que será su hermano. Se parece a Zachary, tiene los ojos azules con el mismo tono que él, aunque este tiene los dos azules. Tiene el pelo rizado y castaño oscuro.
–Zach está en su cuarto –se aparta dejándome pasar.
Insertemos meme de "¿Cómo lo supo?". De todas formas, entro a la casa.
–Gracias –le sonrío un poco y subo a la habitación, tocando a la puerta.
Escucho un "Adelante", así que paso y cierro la puerta tras de mí, cruzándome de brazos. La sorpresa en su expresión es clara como el agua, es obvio que no esperaba verme. Encima está sin camiseta...
«Kiara, concéntrate»
–¿Se puede saber qué leches te pasa? –le pregunto, enfadada.
–¿Qué haces aquí? –pregunta, sorprendido.
–¡Aleluya! Ya pensaba yo que eras mudo, aparte de imbécil –rueda los ojos.
–Vete.
–No –me acerco. Madre mía qué bueno está.
«Concéntrate, concéntrate, concéntrate»
–Lárgate, Kiara –me dice, con dureza.
–He dicho que no –contesto con el mismo tono –Mira, no tengo ni puñetera idea de lo que he hecho que te ha molestado tanto, pero deja de ignorarme, no tenemos 5 años, háblame, ¿que he hecho?
–Nada.
–Entonces dime por qué me ignoras como si fuera un moco –él suaviza un poco su expresión.
–Que te vayas.
–No, dime qué he hecho –odio ser tan sensible, ya tengo ganas de llorar y así no se puede, pierdo credibilidad.
–Ya te he dicho que no has hecho nada –cierra el libro que tenía en las manos y me da la espalda, a lo que yo me pongo enfrente suya.
–Como no me digas que pasa o por lo menos que vas a dejar de ignorarme voy a terminar encadenándome en tu habitación hasta que lo hagas –parece pensativo, algo lo preocupa.
–No voy a repetírtelo más, vete –me quedo mirándolo a los ojos.
Es tan contradictorio. Me dice que me vaya, pero sus ojos expresan que no lo haga. No puedo evitarlo y los míos empiezan a empañarse.
–Bien –le digo seria voy hacia la puerta, tragándome las lágrimas que amenazan con salir.
¿Por qué me afecta tanto? Le verdad es que no lo sé, pero estoy cansada, muy cansada de ir detrás suya. Si no quiere que esté cerca suya él lo ha querido.
–Espera –me coge de la muñeca.
Ahora no me da la gana de esperarme. Me suelto de su agarre y corro hacia la puerta, pero él se levanta, viniendo tras de mí.
Consigo abrir la puerta antes de que me alcance y salgo corriendo escaleras abajo, sintiendo como me pisa los talones mientras me llama.
Estaba claro que me iba pillar, mide perfectamente 1'90 y yo 1'67, así que estaba claro que don patas largas me iba terminar pillando, pero no está de más intentarlo.
Me coge por la cintura, cargándome como un saco de patatas en su hombro mientras yo me retuerzo, aunque no sirva de nada.
–¡Suéltame, bájame, Zachary! –pataleo, pero él no me suelta hasta que llegamos a su habitación de nuevo y me deja en el suelo, taponándome la salida –Quítate, ahora no me da la gana de escucharte –me cruzo de brazos.
–No te vayas así.
–¡¿Y cómo quieres que me vaya si llevas 2 malditas semanas pasando de mi y cuando vengo a hacer las paces nada más me hechas?! –le digo, con la voz levantada pero sin gritar, no me gusta ni cuando me gritan ni cuando lo hago yo, aunque él parece muy tranquilo, y eso me mosquea más.
–Cálmate.
–No, ni se te ocurra decirme que me calme ahora, es que ni se te ocurra. Pero de verdad que ves normal que... –no me deja terminar, pues antes de que lo haga, ya ha estampado sus labios contra los míos.
No puedo evitarlo y le sigo el beso. Besa demasiado bien. No es un beso cariñoso, es un beso intenso, con deseo. Me besa como si llevase queriendo hacerlo hace mucho, como si lo necesitase.
Cuando salgo de mi trance consigo reaccionar y lo aparto de mi.
–¿Me vas a seguir ignorando? –pregunto, cabreada pero con la respiración agitada por el beso.
Como respuesta, él me vuelve a besar.
ESTÁS LEYENDO
𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜
Teen FictionZachary ¿Qué es lo que pasa cuando un día descubres que tú prometida te engaña con tu mejor amigo? Bueno, pues hay a quien no le afecta, hay a quien le afecta demasiado y luego estoy yo. ¿Qué qué es lo que hice yo? Tendrás que leer mi historia para...