Capítulo XXXIV

12 2 8
                                    

Kiara

Ya han pasado 3 semanas desde que mi hermano nos dijo que se iba a casar, así que ha sido un mes bastante ajetreado porque Eider y Ligeia han necesitado nuestra ayuda, pues quieren casarse pronto y ellos solos no podían con todos los preparativos. Además, aparte de la boda de mi hermano, también está el viaje a Marbella, por lo que Juls ha estado de los nervios, y eso que aun falta 1 semana para irnos.

He estado pensando en invitar a Zachary a que venga con nosotros. Cuando estamos juntos es un sol, no hay ni rastro de chico al que le importaba un rábano todo y la verdad es que podría acostumbrarme a esto perfectamente.

Escucho mi teléfono sonar con un mensaje, así que miro el reloj para ver de quien es.

<<Hablando del rey de Roma>>

No me da tiempo a cogerlo, pues alguien abre la puerta de mi habitación bruscamente.

–Kiara Sofia Shallow –me dice mi madre con un tono serio, está cabreada.

–Hola, mamá –digo en un tono suave, aunque no me voy a librar de la bronca no está de más intentarlo.

–¿Te acuerdas de lo que te dije anoche? –se cruza de brazos.

<<Mierda, no he recogido la cocina>>

–Sí...

–¿Entonces?

–Se me ha pasado, lo siento, pero siempre la recojo yo, todas las mañanas y cuando vienes la casa está impecable.

–Eso faltaba, me desvivo por vosotros, para que nos os falte de nada, lo mínimo que espero es que ayudéis con la casa y que saquéis buenas notas.

–Ya lo sé, solo se me ha olvidado un día.

–Me da igual, a mi no se me puede olvidar ir a trabajar ningún día. ¿Qué estabas haciendo que es más importante que hacer lo único que te pido?

–Nada.

–No me mientas, Kiara, ¿a qué estabas con la bandilla esa que tienes? –prefiero no contestarle y agacho la cabeza –No soy tonta, no te creas que no sé con lo que pierdes el tiempo –como no le contesto sigue –Quiero que limpies la cocina a fondo para cuando vuelva.

Una vez dicho eso sale de mi habitación dando un portazo, dejándome ahí plantada. Cuando escucho la puerta principal cerrarse salgo de mi trance y bajo a limpiar la cocina antes de que se me pase y sea peor. No puedo parar de darle vueltas a esa última oración... "No creas que no sé con lo que pierdes el tiempo".

<<¿Estaré perdiendo el tiempo?>>

En terminar subo a mi habitación, cojo el teléfono y a los 5 minutos, Zachary ya está en mi habitación, sentado en la silla de mi escritorio enfrente mía y yo ya le he contado todo lo que ha ocurrido.

–¿Tú crees que estoy perdiendo el tiempo con el grupo? –le pregunto mientras juego con mis dedos sentada en la cama.

–No, simplemente lo estas invirtiendo en eso, cuando le dices a alguien lo que haces se piensan que es para vivir de ello, no simplemente como diversión o como hobbie, pero tu puedes hacer lo que te de la gana porque cantar y tener una banda es una cosa y lo que pase luego con esa banda es otra.

–Es que a veces me da la impresión de que nada de lo que hago esta bien, ¿sabes? Es como que nada es suficiente y lo único que yo quiero es que estemos todos bien, que no se enfade –no puedo evitar que se me rompa un poco la voz.

–Kiara, mírame –no lo hago, así que se inclina hacia a mi y me pone las manos en las mejillas para hacer que lo mire –No es tu culpa, ¿entiendes? Muchas veces, las cosas que diga y las que haga no es por lo que hagas tú, cuando te haga sentir mal y te infravalore, no es por ti, sino que viene de ella.

–No lo entiendo.

–A mi me pasó algo parecido con mi madre cuando mi padre murió. Todo tenia que hacerlo yo, tenia que cuidar de mis hermanos, trabajar, limpiar, hacer la compra, la comida... Todo, y de mientras ella se pasaba el día encerrada en su habitación, deprimida en la cama, y como saliese y las cosas no estuvieran como ella quería... Así que te entiendo perfectamente, pero no es tu culpa aunque ella te haga pensar que sí, no es cosa tuya. Es la forma que tiene de canalizar las cosas, aunque a ti te haga sentirte mal.

Asiento un poco en respuesta y le aparto la mirada, pero él hace que lo vuelva a mirar.

–¿Te digo algo? –asiento –No sientas que pierdes el tiempo porque yo creo en ti, Kiara, te he visto cantando con los chicos e incluso he cantado contigo y te aseguro que no estas perdiendo el tiempo, solo lo estas invirtiendo en hacer algo que te gusta, algo que te llena y que se te da genial, así que no, no estas perdiendo el tiempo, estás haciendo arte.

No puedo evitar que se derramen las lágrimas de mis ojos, aunque no les da tiempo a recorrer mucho, pues él me las limpia con los pulgares, acariciándome las mejillas. Le aparto las manos de mis mejillas y lo abrazo mientras me siento en su regazo, pegándome a él y rodeándole el cuello con los brazos, haciendo que él me responda al abrazo al instante, estrechándome contra él.

–No sabia lo que me hacia falta escuchar eso hasta que lo he hecho, la verdad –le digo, sin separarme de él, en un tono solo para nosotros –Gracias, enserio.

–No tienes que darlas, me alegra poder ayudarte, ademas, sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa –siento como me da un beso en la sien y yo me quedo abrazándolo un poco más, me siento demasiado bien entre sus brazos, oliendo su perfume –¿Qué tal si vamos a pasar la tarde a la Jackson? –asiento en respuesta.

–Me parece bien, también podemos avisar a nuestros hermanos y vamos los 7.

–Vale.

Zachary se levanta de la silla conmigo en brazos y se sienta en la cama, apoyando la espalda contra el cabecero y acunándome con sus brazos. Apoyo la cabeza en su hombro y cierro los ojos, disfrutando el momento junto a él, hasta que sin darme cuenta me quedo dormida.

𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora