Capítulo XX

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Kiara

Me despierto de repente porque escucho un ruido. Ya sabía yo que no me iba a ser fácil dormir aquí. De por sí ya tengo un mal sueño, pues tengo insomnio además de un sueño muy ligero. Cualquier cosa, literalmente, me despierta y luego me cuesta un mundo volver a dormirme. Lo intento de todas formas y cierro los ojos de nuevo... Otra vez ese ruido.

Miro la hora, son las 3:30 de la mañana. Suspiro y me levanto a ver qué narices es eso que no me deja dormir. Cuando salgo de la habitación escucho susurros, así que, como mi curiosidad no puede parar quieta, decido acercarme.

Llego hasta la habitación donde está mi hermano. La luz está apagada, aunque sigo oyendo esos susurros. Abro la puerta un poco y me asomo. Ambos están durmiendo, o eso parece.

–No.

Miro a Zachary, pues me ha parecido que era su voz. Tiene la mitad del cuerpo destapado y la cama tiene indicios de que se ha estado moviendo mucho.

–No, para –vuelve a decir mientras empieza a revolverse en la cama.

«Está teniendo una pesadilla»

No para de moverse desesperadamente mientras repite la palabra "No" una y otra vez, así que me acerco a despertarlo.

–Zachary, despierta –parece no orírme, así que pongo una mano en cada uno de sus hombros y lo zarandeo –Zach, despierta –digo más alto, sin dejar de sacudirlo.

Sigue sin despertarse, así que consigo ponerme a horcajadas sobre él y froto un poco mis nudillos contra su esternón, consiguiendo así que de despierte.

Mira a su alrededor y luego a mi, confundido. Se pasa las manos por la cara y el pelo, para después atraerme a su pecho y abrazarme. Me pilla de sopetón, así que tardo unos segundos en devolverle el abrazo.

–Solo era una pesadilla, estás bien –le susurro, cerca del oído. Él solo asiente y no me suelta.

No me preocupa que mi hermano se despierte, siempre ha tenido un sueño de marmota, le puede caer una bomba al lado que no se entera. De todas formas, recuerdo que estaba enfadada con él y que iba a mantener las distancias, así que me suelto de su abrazo y me levanto, pero me coge de la muñeca antes de que me vaya.

–Quédate –me pide. Parece tan cansado... –Kiara, por favor, quédate.

No puedo evitarlo, me meto en la cama con él y me vuelve a abrazar, acercándome a él todo lo que puede.

–Solo esta noche, Zachary –le aclaro, a lo que él asiente y yo llevo una mano a su pelo, acariciándolo hasta que ambos nos quedamos dormidos.

***

Me despierto a la mañana siguiente y me estiro un poco, aunque me resulta complicado porque tengo a Zachary literalmente encima. Tiene la cabeza apoyada en mi pecho mientras me rodea de la cintura con ambos brazos. No sé ni yo como consigo soltarme y levantarme sin despertarlo.

El caso es que me voy a desayunar, tengo hambre y necesito café, si no no soy persona. No sé qué pensar respecto a lo de anoche, no por él ni nada eso, sino porque he podido dormir el resto de la noche del tirón, sin despertarme ni una sola vez. He dormido como nunca y me niego a pensar que ha sido por mi acompañante.

Me pongo unas creps con sirope de chocolate y mi café con leche. Hacia tiempo que no tomaba un desayuno así, muchísimo tiempo, en realidad, así que hoy me voy a dar el lujo. Me salgo al jardín a tomarme ahí mi desayuno tranquilamente, aunque eso de la tranquilidad queda descartado cuando veo que mi hermano ya me ha visto y me está poniendo una de sus características sonrisas pillas.

–¿Qué? –dejo el desayuno en la mesa y me siento frente a él.

–Buenos días, hermanita –me saluda, con un tono acorde a su sonrisa –¿Has dormido bien?

–De buena mañana y ya estás molestando –ruedo los ojos y empiezo a desayunar.

–No molesto, me preocupo por mi querida hermana menor por 15 minutos –sigue desayunando él también.

–Venga, superalo, son solo 15 min.

–Nunca, ahora dime, ¿qué pasó anoche? –pregunta curioso.

–Nada –me encojo de hombros.

–Ya, y yo soy cura con el celibato. Si no pasó nada, ¿cómo es que literalmente de la noche a la mañana lo ignoras como el mayor trozo de mierda pero luego te despiertas en su cama?

–Tuvo una pesadilla, me despertó así que fui a despertarlo y luego me quedé con él a dormir. Ya está, no hay nada más –doy por zanjada la conversación, pero se ve que él no.

–¿Por qué te quedaste?

–Y yo que sé, Liam, no me calientes de buena mañana –bufo.

–Yo no caliento nada, pero Zach... –me mira pillo y yo decido irme dentro con mi desayuno.

Escucho como se ríe a la distancia, a lo que yo le saco el dedo, provocando que se ría más.

Cuando me termino el desayuno recojo todo y subo a cambiarme. Ya voy tarde otra vez, pues las conferencias empiezan en 10 minutos y me tengo que arreglar entera. Menuda manera de empezar, es el primer día y ya voy mal. Decido ponerme lo primero que saco de la maleta y recogerme el pelo en una cola alta, de la cual se me escapan algunos rizos pero no me puedo encargar de ellos porque llegamos tardísimo y mi hermano no para de meterme prisa.

Al final conseguimos llegar y me siento al lado de Liam, quedando a mi otro lado un sitio libre.

«Ojalá Zachary se siente al lado»

Conciencia, se supone que estamos enfadadas.

«Cariño, con ese monumento no podemos estar enfadadas tanto tiempo»

No me retes, sí que podemos.

Dejando a mi voz interior a un lado, veo que Zachary se acerca hacia nosotros, lo cual me ilusiona por mucho que lo disimule. Cuando está apunto de llegar, Beca se le cuela y se sienta a mi lado.

«Maldita sea»

Ella me sonríe, así que le devuelvo la sonrisa y veo como Zachary se sienta al lado de Liam, pudiéndose sentar al lado de Beca.

«Chúpate esa»

Conciencia, por Dios, controla. Un chico con bata de médico se sube a la plataforma y empieza con la conferencia, así que decido prestar atención.

***

Por fin hemos terminado con las conferencias. Se me han hecho eternas a partir de la segunda. Sólo hemos tenido un descanso de media hora para comer y después volver a las charlas y experiencias. Ha estado bien y he tomado nota de muchas cosas, tanto que me duele la muñeca, aunque, pensándolo bien, no hay mejor sitio para lesionarse que éste ahora mismo.

He ido a una tienda a por un batido de mora. Me apetecía mucho y como está cerca pues he decidido darme un paseo. De camino al apartamento paso por el gimnasio del lugar. Están las luces encendidas, aunque es raro, pues es tarde y no creo que después del día que hemos tenido nadie tenga muchas ganas de ponerse a hacer ejercicio a las 22:30.

La curiosidad mató al gato, pero ya llevo muchos años de curiosa y no voy a cambiarlo ahora. Me acerco un poco y me asomo al cristal.

Mala decisión.

Quién está dentro es Zachary.

No puedo evitar mirarlo de arriba abajo. Tiene los cascos puestos, así que aprovecho para detallarlo un poco ahora que no me ve. Está sin camiseta, por lo que su brazo derecho lleno de tatuajes se ve perfectamente. Le caen algunas gotas de sudor, pero que le dan un toque impresionante. Los pantalones cortos que lleva se le ajustan en los sitios indicados, dejándole un culo espectacular, la verdad. Sus abdominales, muy bien esculpidos, también se ven claramente, junto con sus brazos muy bien trabajados.

Me obligo a seguir mi camino hacia la habitación. Esto de ignorarlo es más difícil de lo que pensaba, pero no voy a permitir que me vuelvan hacer daño. Ya sé cómo acaban estas cosas y prefiero cortarlo ya, antes de que sea tarde. Es lo mejor.

Con ese pensamiento me voy a la habitación y me acuesto en la cama, esperando a poder dormir.

𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora