Zachary
Por fin es viernes. Esta semana se me ha echo más larga de lo normal, aunque me la he pasado ligando con Beca. Esperaba que al acostarme y ligar con ella se me pasase la tontería con Kiara, pero no ha sido así. De hecho, todo lo contrario, porque ha estado evitándome toda la semana además de ignorame tanto por WhatsApp como por Instagram, lo cual me resulta cuanto menos curioso y hace que piense más en el tema.
En fin, llego a clase y, como de costumbre, me siento al lado de Kiara, nada más por molestar. Pero antes de que pueda articular palabra, ella se levanta y se sienta al lado de su hermano. Beca aprovecha que ella se ha ido para ocupar su lugar y darme la lata el resto de clase. La verdad es que no le presto atención ni a la profesora ni a mi compañera, pues me paso la clase pensando en su extraño comportamiento.
Me recuerda a cuando mi ex... No quiero pensar en eso, mejor dicho en ella, ahora.
Finalmente, las clases terminan y nos volvemos a casa. Vuelvo con Liam y Kiara, como estas últimas semanas, y él no para de hablar durante todo el camino, aunque Kiara solo le conteste lo justo y yo ni preste atención a lo que hablan porque mi mente ha decidido que es buena idea pensar en mí exprometida.
Llego a mi casa 15 minutos después y subo a mi habitación sin decirle nada a nadie, lo cual estoy seguro de que les extraña, pero no estoy de humor como para ponerme hablar con mis hermanos ni con mi abuela ahora. Me doy una ducha con agua caliente y me pongo el pijama antes de bajar a la cocina.
Cuando bajo, mi abuela está haciendo la cena. Por como huele supongo que será crema de calabacín.
–¿Qué te pasa, Zackie? –me pregunta sin girarse.
–Nada –miento mientras me siento en una banqueta.
–Te voy a cambiar el apodo a Pinocho –se sienta frente a mi. –Dime qué te pasa, no es bueno que te lo guardes, ya lo sabes –suspiro.
–Estaba pensando en Avery –le cuento, a lo que ella rueda los ojos pero se me queda mirando –¿Qué?
–¿Qué más? –me pregunta con los ojos entrecerrados.
–Kiara lleva sin hablarme toda la semana –le cuento también, aunque no sé muy bien por qué.
–¿Que has hecho?
–Nada –levanto las manos pacíficamente, pero ella me sigue mirando desconfiada.
–Recapitula –me sugiere –¿Cuándo ha dejado de hablarte?
–El lunes... Porque empecé a coquetear con Rebec... ¡Ay! –la miro mal y me froto la cabeza con una mano después del cucharazo que me ha dado.
–¿Se puede saber a quién leches se le ocurre ligar con una mientras se tira a otra? –me pregunta enfadada, pero me afecta más su declaración. ¿Cómo sabe que nos hemos acostado?
–¿Y tú cómo sabes que Kiara y yo nos hemos acostado?
–Zackie, las madres lo sabemos todo y yo soy abuela, así que lo sé todo doblemente. Ahora dime, ¿qué te pasa?
–No me pasa nada.
–¿Te gusta Kiara? –pregunta directamente.
–¿Qué? No –niego con la cabeza porque no me gusta, ¿no? –Solo nos conocemos de hace dos semanas, no me puede gustar alguien en tan poco tiempo y menos después de lo de...
–Calla, deja de mencionar a la vieja esa –me corta mi abuela –¿Cómo es eso de que no te puede gustar alguien en dos semanas? ¿No sabes lo que es el amor a primera vista?
–No me hables de amor ahora, Abu –le digo con el tono de voz más bajo mientras niego con la cabeza _Eso no existe.
–No digas que no existe, jovencito. Claro que sí existe, que no lo hayas encontrado todavía es otra cosa –me pone la mano en el hombro –Sé que no estás en tu mejor momento, Zackie, pero deberías arreglar las cosas con Kiara, aunque parezca que no, te puede enseñar muchas cosas y ayudarte con muchas otras –me da una palmadita y empieza a servir la crema de calabacín.
Me quedo pensando en nuestra conversación durante la cena. Quizás mi abuela tenga razón y deba arreglar las cosas con ella, aunque no sé muy bien que es lo que tengo que arreglar ni cómo hacerlo. De todas formas, no tengo nada que perder.
Cuando termino de cenar ayudo a recoger y subo a mi habitación a cambiarme para ir a casa de Kiara. Sé que está despierta, así que, antes de seguir dándole vueltas al asunto para luego arrepentirme y no hacer nada, toco a su puerta. A los dos minutos es una chica que no conozco la que me abre. Es rubia con ojos cafés y muy bajita.
–Eres el vecino, ¿No? –asiento en respuesta.
–¡Kenya! ¿Quién es? –escucho a Kiara de fondo. La chica que supongo que se llama Kenya me mira y yo niego para que no le diga que soy yo, puesto que se irá.
–¡Ven, Kiara! –contesta ella, cubriéndome con una sonrisa cómplice. Le devuelvo la sonrisa justo cuando la veo acercarse.
–Súbete a la habitación –le dice a la rubia, que asiente un poco antes de coger a un moreno de la mano y subir por las escaleras. –¿Qué? –me pregunta.
–Quería hablar contigo.
–Pues habla –se cruza de brazos y se apoya en el marco de la puerta, esperando a que diga lo que tengo que decirle.
–No sé lo que habré hecho esta semana que te ha molestado tanto, pero quiero que volvamos a estar como antes –le suelto.
–¿Qué es «como antes»? –hace énfasis en las dos últimas palabras –Porque me he cansado de que nada más me hables para después terminar en la cama –contesta simplemente.
–Como antes es que no me ignores ni me evites para que no pueda hablate.
–¿Y qué más te da que no te hable una chica? Vas de sobrado, con todas las que tienes detrás. Una más una menos no marcará la diferencia –me dice con ironía.
–Depende de la chica, si eres tú si se nota. ¿Quién si no me va a mandar a la mierda por las mañanas? –le digo, algo divertido para aligerar el ambiente, lo cual parece que funciona, porque desfrunce el ceño.
–Puedo mandarte a la mierda más veces, no solo por las mañanas –me contesta, un poco más divertida que antes. Menos mal.
–Pues te daré una excusa más para que me vuelvas a mandar.
–¿Cuál? –pregunta con desconfianza.
–Mañana vendré a recogerte, a las 19:30.
–¿Para qué? –mantiene el tono desconfiado.
–Para una cita, ahora buenas noches, estrellita –le guiño un ojo y me voy para mi casa con un sorprendente mejor humor que antes.
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𝚂𝚝𝚊𝚛𝚜 𝙰𝚗𝚍 𝚁𝚘𝚊𝚍𝚜
Teen FictionZachary ¿Qué es lo que pasa cuando un día descubres que tú prometida te engaña con tu mejor amigo? Bueno, pues hay a quien no le afecta, hay a quien le afecta demasiado y luego estoy yo. ¿Qué qué es lo que hice yo? Tendrás que leer mi historia para...